Decidí no volver a confiar en ningún hombre, era definitivo. Leonador quiso pasarse de listo y no le iba perdonar el mal momento que casi me hacía morir de un infarto. — Solamente estaba bromeando. No me creerías capaz de abandonarte ¿O sí?. —Se rascó la cabeza. —. — Leonardo esa broma estuvo muy pesada. — Me cuesta aceptar que en serio hayas creído a mi persona capaz de hacer semejante cosa. Óyeme bien, Kiara, ni en mis sueños te haría algo para perjudicarte, por el contrario vería en todo momento por tu bienestar. — Eso debiste haberlo pensado antes de hacer tu bromita pesada. Al llegar a la casa me fijé que el auto de Santiago estaba estacionado mire de hito en hito para sersiorarme que todavía no se hubiese bajado del coche. En esos milisegundos que transcurrieron no sé porqué se vino a mi cabeza una estrategia infalible para darle un ataque de celos. — Leonardo. Te disculparé por lo que hiciste solo si me haces un favor. — ¿En qué te puedo ayudar? — Me pregunto sonriendo.
— Puedes entender que fue él quien hizo que todo se fuera a la borda.— Kiara, sino le diste la oportunidad para que se expresará fue un grave error el que cometiste. No es correcto que hayas dado todo por sentado sin siquiera escucharlo. — Argumentó Luisa. —.Luisa es una gran compañera de trabajo, una viuda de cuarenta y nueve años que vivía sola. Al fallecer su esposo juró ante Dios que no abriría las puertas a un nuevo amor, aunque este le tocará una y mil veces. Su unión la consideró sagrada decía que Dios le había puesto a su esposo en la vida para formarse como una mejor mujer y evolucionar espiritualmente y por ese motivo sería fiel a su promesa de amarlo hasta la eternidad aunque Dios se lo haya llevado muy pronto. Luisa se veía muy feliz a pesar de que la vida le había golpeado con todas sus fuerzas, su mayor deseo era
Tome un taxi para dirigirme a la casa de la señora Manuela y el señor Cristobal. Les debia una disculpa por mis compartiendos ante lo sucedido porque ellos no habían fallado. Siempre han sido unos suegros muy atentos y como abuelos Tifany los adora inmensamente. El matrimonio de mis suegros no es que haya sido fácil o que el éxito en su matrimonio sea nato, han sido prudentes en sus desiciones y sabios en su actuar como pareja, a pesar que en sus comienzos se encontraron con un camino lleno de espinas donde sufrieron y sus corazones se hicieron pedazos, pero cuando el amor es verdadero cualquier obstaculo es superable sin importar su complejidad y lo doloroso que pueda ser.— ¿Señor, acepta pago movil?.. — Le pregunte al taxista —. Revisando la cartera noté que ya no tengo efectivo, disculpe debi haber revisado antes.— No se preocupe, señorita. Puede cancelar tranquilamente con un p
— ¿Cómo que se ha ido de viaje? — Me frote la cabeza desesperada. —.— Así como estas escuchando, Kiara, se ha ido de viaje, Cristobal y yo le insistimos que nos diera una fecha para saber cuando regresaria y nos pidio que respetaramos su desición, que estaría bien y cuando se sintiera seguro de volver a la ciuidad vendría a vernos. — Encogió lo hombros. —.Se habra enojado por la broma que le hice con Leonardo. Jamás pensé que esa acción lo haría marcharse de la ciudad por tiempo indefinido, quiza para desquitarse y olvidarse de lo que sentía. No cavidad para las dudas, Lucia dió en la llaga, él también estaba sufriendo y yo era la única que se negaba a creerlo.¿Y su celular?, ¿Por qué no lo llaman a su celular para preguntarle si se encuentra bien? Le ruego que le digan que estoy aquí e
Era un sabado por la mañana hacia un día lluvioso y frío, seguía acostada en mi cama abrazando una almohada. Relativamente el fin de semana llego en un parpadeo. Santiago, no se habia comunicado con sus padres y eso me tenía muy mal. Durante esos días confirme que es real ese mal hábito de valor a las personas cuando las perdemos, no había podido dormir bien esas noches y la cama se sentía más sola y vacia desde que él no estaba. Revisaba constantemente mi celular con la esperanza de encontrar un mensaje o ver una llamada de Santiago, pero nada. Parecía que la tierra se lo hubiese comido. — ¡Kiara! — Escuche la voz de Leonardo. —. Muy temprano para recibir visitas así que pensé que eran alusinasiones mías lo de imaginarme su voz. No quería levantarme de la cama, ni cambiarme de ropa para recibirlo. La bata transparente de encaje que tenía puesta permitía que se viera en un ochenta por ciento las partes de mi cuerpo. Di un sobresalto cuando escuche mi telélfono sonar pensando que po
— Santiago no es lo que estás pensando, no malinterpretes las cosas. — Intenté calmarlo. —. — ¿Me estás pidiendo que no malinterprete? Estás sola en la casa con él ¿Qué esperás que me imagine? Que no pasa nada y ya, ¿Qué están conversando como dos buenas amigas?. — No cometas el mismo error que yo. Escúchame. Comenzaba a llover más fuerte, nuestras ropas estaban empapadas. — Estoy muy enfadado, la rabia no me está dejando pensar, siento necesidad de partirle la cara a ese m*****o —Apretó los puños y la mandíbula. —. — Aguarda un minuto, le pediré que se vaya para que hablemos tranquilos. — Aquí el que sé va seré yo. — Santiago, espera tenemos hablar. — Lo tome de sus manos para detenerlo. —. Las cosas iban en ascenso de problemas me negaba aceptarlo, pero era innegable: los problemas llaman a más problemas. —Déjame sí, no me siento bien y aunque esté manteniendo el control, este exceso de rabia en cualquier momento podría hacerme cometer una locura. ¡Aléjate! Se encamino h
Yo sabía que arrepentirse es humano, pero esa sensación me estaba ahorcando, no paraba de sentirme miserable luego de lo que había pasado con Santiago, a lo mejor sí, y el endeudado de Don Ramón tuvo razón cuando le dijo al Chavo: “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”. Si había actuado mal, es que inclusive hasta yo habría pensado lo peor si los papeles hubiesen estado invertidos, un hombre y una mujer solos en casa, ¿qué hacen? ¿Conversar? ¿Ver películas?... es que por donde se le mire, suena a s**o y seguramente eso es lo que él pensó, como pude haber dicho por la llamada aquello. Necesitaba hacer algo para esclarecer, yo lo conocía y sintiéndose traicionado podía cometer una locura, quería gritar muy fuerte, pero algo me lo impedía, Leonardo no paraba de escribirme y eso me estaba estresando ya que mi mente estaba ahora dedicada a pensar en Santiago. ― ¿Bueno?, ¿logras escucharme? ― Me pregunto Leonardo al contestarle la llamada ―. ― Sí, te escucho, ¿qué pasa?
¿Papá va a regresar? ― Me interrogo Tifany ― Le estaba dando palmaditas en la espalda para que pudiera dormirse, Santiago no volvió a escribirme luego de todo lo que me dijo y a pesar de que Manuela había intentado conversar con él estaba sesgado y no creía que todo había sido una broma de mal gusto. ― Si va regresar, pero ahora intenta dormir mañana será otro día y como te has portado muy bien todos estos días te llevare al cine a ver una película. ― Pero si mi papá no va, no será lo mismo mami. En es momento Tifany se levantó y se sentó conmigo para darme un abrazo ― ¿Hice algo malo para que mi papi no quiera regresar a casa? En ese momento me quede sin palabras, me dolía que estuviera pensando que era por su culpa, pero como su madre sabía que mentir a veces es necesario. ― No mi amor, tú no has hecho nada malo, ya te he dicho que papá está muy ocupado y no sabe cuando regrese a casa. ― ¿Pero porque si lo veo en casa de mi abuela? Y cuando le pregunto cuando vendrá siempre t