Nathan
Entré al departamento de Nely con algo de desconfianza. A simple vista, ella no me daba buena espina y no parecía ser la clase de persona que estaba metida en buenos rollos, pero quién era yo para juzgarla, con todo mi pasado persiguiéndome y echándoseme encima. Si estaba aquí solicitando una identificación falsa con mis amigos, era porque ya el asunto lo requería, con todo lo que pasó en el edificio, la policía obviamente estaría tras nosotros en la ciudad, y era mejor que saliésemos de la ciudad o del país con una nueva identificación en manos, para no correr riesgos. Pero si alguna vez alguien nos llegaba a descubrir (y con esto me refería a la policía) íbamos a estar metidos en más líos de los que podíamos imaginar, pues tener una acreditación falsa es un delito grave y punible.
—Obtener una
NathanCerré los ojos cuando sentí la quemazón fuerte en la herida una vez que Derek empezó a limpiarme para evitar infecciones. Tuve ganas de golpearlo, pero él no tenía la culpa de esto. Solo me ayudaba. Respiré profundo para aliviar el dolor. Cuando Derek terminó de limpiarme, prosiguió a vendarme el brazo.—¿Mejor?—Duele mucho todavía.—Llévate algunos calmantes si quieres —ofreció Nely—Sí, gracias —respondió.Llegó el turno de Derek de tomarse la foto y luego el mío. Nely se tardó un rato en crear cada una de las identificaciones. Era lenta en el trabajo. Me ponía de los nervios que se tardara tanto, aumentaba mi ansiedad.—Nely, tenemos que irnos pronto —recordé, apurándola.—Ya casi termino. Y no me gusta
NathanLa mirada interrogativa de mi amigo me ponía de los nervios. Sentía que iba a estallar en cualquier momento y no quería que él me viese.Me di cuenta del dolor en mi brazo. Éste era muy leve, pero esperaba que no volviese a molestarme, al menos no por ahora. Todavía sentía la necesidad de seguir durmiendo, y a pesar de haber estado durmiendo en un auto y no en una cómoda cama, me sentía cómodo allí. Pero sabía que Derek no me preguntaba si estaba bien físicamente, lo preguntaba por el sueño. Lo recordé todo de inmediato. La presión en mi pecho me invadió.—¿Por qué? ¿Qué dije?—Pedías perdón —respondió. Creo que fue eso lo último que le dije a Dani—. ¿Estás bien?—Sí —mentí, sin ganas de ha
DaniMirando las noticias en la televisión, me enteré que hubo un asesinato en el edificio donde Nathan vive. O vivía… Era una empleada, una recepcionista que recién entraba a su turno y que fue asesinada con un disparo en el pecho, el cual la dejó sin vida en pocos minutos. Los inquilinos escucharon el fuerte ruido y bajaron a ver qué estaba pasando y encontraron el cuerpo de la muchacha de no más de 27 años. Los vecinos llamaron a la policía y a la ambulancia y éstos llegaron casi de inmediato. Las cámaras de seguridad mostraron a unas personas vestidas de negro, entraron como si nada, la chica intentó detenerlos y uno de ellos simplemente le disparó. Los tipos subieron las escaleras. Los vecinos reportaron disparos en uno de los departamentos y lo comunicaron a la policía. Cuando oí esta parte, casi se me sale el corazón del pecho al imagi
DaniLe di la dirección del hospital a mis padres, los datos del piso y la habitación en la que me encontraba. Dijeron que comprarían boletos para llegar. Cuando corté la llamada, al rato, tal vez a los veinte minutos, me enviaron un mensaje comunicándome que ya tenían sus boletos comprados y que al día siguiente llegarían en la tarde a verme. Iba a decirles la verdad de en qué trabajaba, me desmentiría sola y confesaría que jamás trabajé en una cafetería nocturna, sino que trabajaba en un bar y que fue allí donde todo pasó. Mis padres se molestarían por la mentira y me dirían que esos lugares no son para mí porque corría mucho peligro estando cerca de borrachos acosadores, pero no importaba. Era algo de muy poca importancia comparado otras cosas que estaban pasando. Suspiré con alivio porque pronto estarían
NathanSi mi madre fuese capaz de delatarnos con la policía alguna vez, estaría muerta para mí. Literalmente. Ya no la consideraría mi madre. Ella no tenía por qué meterse en esto, así que era mejor que se callara la boca o jamás la perdonaría. Es irónico, pues hace rato me bajé del auto con una crisis existencial sobre mi vida y mis errores y hasta quise dejar a mis amigos para llamar a la policía y delatarme yo mismo, pero ahora con mi madre, todo era distinto. Ahora que tenía miedo de que alguien más me delatase o hiciese alguna estúpida, es cuando no quería que nada de mi pasado saliera a la luz. En cierta parte se me hacía de pensar que mi madre pudiese llegar a delatarnos. Digo, ella pudo haber llamada la policía cuando estábamos en Londres, puso haber dicho todo lo que sabía, pero no lo hizo, solo se fue. ¿P
NathanMi madre me llamó poco después de que le colgara a Derek. Me sentí nervioso cuando vi que ella. No quería despedirme. No era bueno para estas cosas. Menos despidiéndome de mi madre. Cuando ella se marcó de Inglaterra, dejó una nota, no tuvimos nunca una charla de despedida cara a cara. Ahora nos tocaba decir adiós cuando apenas nos habíamos dicho hola. Esperaba no largarme a llorar en el proceso. Sabía que ella lloraría.—Hola, mamá —respondí.Oí un suspiro de alivio del otro lado de la línea.—¡Nathan, hola! Lo siento si te molesto… Derek me dijo que habló contigo y que podía llamarte.—Sí, está bien. Y no me molestas —dije.—Bien… ¿Cómo estás? —se le quebró la voz, pero lo intent
NathanEsta era la charla más tranquila que había tenido con mi madre en muchísimo tiempo. Creo que era la primera vez que conectábamos después de todo. Perdimos esa conexión que teníamos cuando vivíamos juntos y yo era adolescente, pero la recuperamos un poco hoy. Bueno, la situación nos obligaba a recuperarla. Tengo que confesar que algo de paz había dentro de mí ahora que ella y yo hablábamos tan amorosamente. Pedirle perdón de una manera tan sincera y abierta me llenaba de cierta paz que no lograba comprender. Supongo que pedir perdón era parte del proceso de sanación para dejar de una vez atrás el hecho de que mi madre se haya ido de la casa.—Entonces alguna idea de dónde van a ir sí tienen —asimiló.—No, la verdad es que no. Conduciremos sin rumbo fijo. Ya veremos qué hacer. Es algo
Dani Mis padres estaban sentados a los costados de mi cama. Mamá a la derecha y mi padre a la izquierda. Me sentía en un maldito interrogatorio, sentía que, si decía algo mal, todo podía salirse de control. Pero la verdad es que eran mis padres, ellos no podían delatarme si se me escapaba que mi novio Nathan era un loco que había estado en la mafia en el pasado y que por eso pasó todo lo que pasó. Un huelo se instaló en mi pecho cuando me di cuenta que pensé en él con el título de novio… Nosotros no pudimos llegar a eso. Todo se fue a la mierda justo cuando pudimos confesar lo que sentíamos.Tenía muchas ganas de decirle la verdad a alguien, creo que ni siquiera a un psicólogo podría contarle los sucesos reales y por qué estaba tan devastada, pues esto era un asunto criminal, una persona había muerto, yo hab&iacut