Dani
Nathan se encargó de que yo pasara una tarde espectacular. El sexo con él siempre fue bueno, pero lo de esta tarde había sido otra cosa, fue muchísimo mejor. Estaba agotada, liberé todas mis tensiones en ese encuentro y quería llegar a casa y volver a dormir.
Con él entramos al bar juntos. Rose no había llegado aún, pero sabía que pronto lo haría. Y estuve en lo cierto, pues llegó unos minutos después que nosotros.
—Llegaste temprano hoy —dijo al verme, después de saludar a Nathan, quien ya estaba en su puesto, a un lado de la puerta.
—Sí, hoy sí. Quiero hacer las cosas bien o terminarán echándome. El jefe a mí no me tiene tanta paciencia con las excusas. Y con razón —hice una mueca.
Empecé a servir tragos durante largos ratos. El bar, como de costumbre, esta
DaniCuando le conté a Celine lo que había pasado con Nathan en la madrugada, no se lo podía creer, y, a decir verdad, yo tampoco podía creerme que Nathan Saigless, ese chico tan misterioso y cerrado me diría que le gustaba. Me dio miedo hacerlo, pero le confesé que yo también sentía lo mismo que él. En un principio llegué a pensar que era broma, pero luego comprendí que no, pues él no haría algo así apenas se levantaba de una pesadilla. Pesadilla que, por cierto, Nathan prefirió no contarme. Lo mejor de todo fue que nos dijimos que nos queremos, y él dio el primer paso. Por supuesto, hicimos el amor después de confesarnos, y nos quedamos dormidos al rato, pues a pesar de que tuvimos que hacerlo muy silenciosamente para que sus amigos no oyeran, se sintió como si hubiésemos hecho mucho ruido. Todo fue muy intenso.Era s&a
Nathan—Dejaré mis cosas en la sala de descanso y regreso —me dijo Dani. La miré y afirmé con un movimiento de cabeza.Ordené un par de cosas que no estaban en su lugar en la barra mientras esperaba a Dani. La puerta del bar se abrió de repente, pero no vi de quiénes se trataba hasta que oí una voz gruesa pronunciar mi nombre. No hizo falta que levantara la mirada para saber que algo no andaba bien. Mi sangre se congeló rápidamente, pero me mostré firme cuando intercambié miradas con los tipos que estaban frente a mí, apuntándome con un arma.Lo primero que pensé fue en Dani, en que estaba a unos metros, dentro de la sala de descanso, pero que no tardaría en salir. No quería exponerla a este peligro, pero creo que ya era demasiado tarde para sacarla de este lugar. Lo segundo en lo que pensé, fue en mis amigos, en si
DaniDebía mantener la calma si no quería volverme completamente loca, pero para ser sincera, y si observábamos el asunto, era imposible conservar la calma cuando alguien me había disparado y mi sangre manchaba el suelo. De repente me sentí muy cansada, muy ansiosa por dentro. Mi cuerpo estaba tembloroso y débil, por el miedo y el dolor. Tenía tantas ganas de llorar. No sabía qué pasaría conmigo esa noche, si esta herida era mortal o tenía posibilidades de escapar. No era experta en balas, así que no lo sabía y eso me generaba un miedo inmenso.Pensé en mi familia, en mi madre, mi padre y mis hermanos… ¿El regresar a casa la última vez… era porque literalmente sería la última vez? Quiero decir, ¿vi a mi familia por última vez y no lo supe hasta ahora? El odio hacia Nathan me consumía. Lo odiaba
Dani—¡Apúrate! —le grité, sumamente enojada y desesperada.La rabia hacia él parecía consumirme mientras los segundos pasaban. Tanto enojo llegó de repente a mi cuerpo, supongo que empezaba a ser muchos más consciente ahora de todo lo que estaba pasado a nuestro alrededor. Porque, maldita sea, ¡estábamos en un pequeño ducto de ventilación intentando escapar de varios tipos armados que perseguían al idiota de Nathan por una enorme suma de dinero que tenía de deuda! No podía no estar alterada. Además, el dolor me hacía querer gritar.—¡Es lo que estoy intentando, maldita sea! Cállate —me gritó y me sentí completamente ofendida.O sea, sé que yo hice exactamente lo mismo hace un momento, pero creo que, entre él y yo, el que menos tenía derecho de gritarme, era Nathan. Su tono de
NathanSí, lo admito, era completamente mi culpa lo que estaba pasando. Siempre supe que actué mal, que era una persona con un pasado oscuro y que merecía pagar por ello, pero jamás había tomado real consciencia por todo lo malo que hice, me pasó y todo lo malo que iba arrastrando en mi presente y arrastraría en mi futuro. Me di cuenta, después de ver el balazo de Dani, que esas personas siempre me perseguirían por mi deuda, y que ya no sería algo por plata, ahora también iba por mi vida. Vivir huyendo sería lo que debería hacer con mis amigos por el resto de mi vida. Ahora todo el peso caía fuertemente sobre mi espalda, me golpeaba como un balde de agua fría, era como si la venda que tenía en mis ojos fuese retirada bruscamente.En serio, ¿en qué pensaba? ¿Qué pretendí hacer? Robé mucho dinero de la mafia, ellos lo l
DaniNathan tomó el teléfono de inmediato cuando este sonó. Se lo veía preocupado, supuse que era alguno de sus amigos. Estaba claro que ellos también estaban metidos en el mismo lío en el que se encontraba Nathan. Él me había hablado un poco de ellos cuando teníamos la oportunidad de hablar un poco acerca de nosotros, me mencionó lo importante que eran ellos para él, a pesar de las peleas que a veces podían llegar a tener. Eran como sus hermanos de otra madre. “Daría todo por ellos, sin importar qué o quién”, fueron las palabras de Nathan después de expresar que amaba a Derek y a Marco.Pensar en ello alivió mi dolor, pues distraje mi mente por unos segundos, pero este se intensificó cuando Nathan dobló con el auto, sentí mucha presión en la herida, hasta náuseas. No veía la hora d
DaniSí, sabía que había sido realmente dura al decirle que esperaba nunca volver a verle, pero con el rencor que ahora tenía hacía él, no pude contenerme y decirle lo que le dije. Él se merecía eso. Quería que le doliese tanto como a mí me dolía todo lo que había sucedido esta noche. Sin embargo, muy en el fondo (o necesariamente en el fondo, sino que más bien cerca de la superficie), no era cierto lo que le dije. Claro que quería verle, mi piel lo necesitaba, mis ojos necesitaban verle, mis oídos gritaban que querían escucharle, mis manos pedían a gritos que lo tocara, y mi corazón me pedía por favor, de rodillas, que estuviese cerca de Nathan.Esto no era sano. Incluso era muy egoísta de mi parte contra mí misma. ¿Por qué? Porque me merecía algo más que un chico con un pasado t
NathanCuando la vi desplomándose en el suelo, algo en mí se removió de inmediato y pronuncié su nombre, preocupado. Sí, dije que la herida no parecía ser muy grave por la experiencia que tenía viendo estas cosas, pues en la mafia, es común que algún compañero tuyo de la banda termine herido por un arma de fuego en alguna de las misiones que teníamos, por más enfermo que sonase. Pero sí, tampoco es que yo fuese un experto en balas y un doctor para afirmar completamente si la bala que atravesó a Dani sería mortal o no. Claramente iba a estar adolorida y cansada, pero ahora que reparaba en la situación más tranquilo, pues no tenía a nadie persiguiéndonos para matarnos, me di cuenta de que ella perdió bastante sangre en el transcurso en el que escapábamos e íbamos en el auto. Ese famoso miedo de perder a alguien me invadi&oacut