Dani
Sí, sabía que había sido realmente dura al decirle que esperaba nunca volver a verle, pero con el rencor que ahora tenía hacía él, no pude contenerme y decirle lo que le dije. Él se merecía eso. Quería que le doliese tanto como a mí me dolía todo lo que había sucedido esta noche. Sin embargo, muy en el fondo (o necesariamente en el fondo, sino que más bien cerca de la superficie), no era cierto lo que le dije. Claro que quería verle, mi piel lo necesitaba, mis ojos necesitaban verle, mis oídos gritaban que querían escucharle, mis manos pedían a gritos que lo tocara, y mi corazón me pedía por favor, de rodillas, que estuviese cerca de Nathan.
Esto no era sano. Incluso era muy egoísta de mi parte contra mí misma. ¿Por qué? Porque me merecía algo más que un chico con un pasado t
NathanCuando la vi desplomándose en el suelo, algo en mí se removió de inmediato y pronuncié su nombre, preocupado. Sí, dije que la herida no parecía ser muy grave por la experiencia que tenía viendo estas cosas, pues en la mafia, es común que algún compañero tuyo de la banda termine herido por un arma de fuego en alguna de las misiones que teníamos, por más enfermo que sonase. Pero sí, tampoco es que yo fuese un experto en balas y un doctor para afirmar completamente si la bala que atravesó a Dani sería mortal o no. Claramente iba a estar adolorida y cansada, pero ahora que reparaba en la situación más tranquilo, pues no tenía a nadie persiguiéndonos para matarnos, me di cuenta de que ella perdió bastante sangre en el transcurso en el que escapábamos e íbamos en el auto. Ese famoso miedo de perder a alguien me invadi&oacut
NathanEsperé por una hora para saber de Dani. Los doctores no venían, no me decían nada sobre su estado. La ansiedad me estaba matando y no sabía a quién recurrí. Perdí la cuenta de las veces que le pregunté a la recepcionista si sabía algo de Dani, y siempre me decía que no había noticias y que me sentara a esperar, que cuando alguien supiese algo, vendrían a avisarme al respecto. Sabía que empezaba a cabrear la mujer, pero no podía quedarme quieto. Como dije, la ansiedad estaba matándome más y más. El tiempo parecía no continuar, veía todo en cámara lenta por el ruido de mis pensamientos y la incesante culpa que llevaba conmigo.Mis amigos aparecieron en mi mente cuando intenté buscar algo con lo que distraerme de Dani, no importaba si era bueno o malo, pero me heló la sangre pensar en mis amigos lastimados en el b
Dani Cuando mis ojos se abrieron, me costó entender qué pasaba a mi alrededor, por qué tenía una bata de hospital, por qué estaba en esa habitación blanca con aparatos hospitalarios, por qué tenía suero en mi brazo y por qué una leve molestia yacía en mi vientre. Lo primero que pensé fue que estaba teniendo un sueño, uno de esos que son lúcidos y que todo parece demasiado real, pero luego, como un balde de agua helada, la realidad y los recuerdos golpearon a mi puerta y supe la jodida respuesta de todas mis preguntas. Lo más doloroso y destructivo emocionalmente, es que esa respuesta tenía nombre y apellido: Nathan Saigless. Toqué mi herida sobre la bata, con mucho cuidado, la palpé pensando en cómo había ocurrido todo, en cómo las cosas se salieron de control de una manera tan inesperada y rápida. El sucedo me dejaría un claro trauma, así que si salía pronto de aquí, no solo tendría que preocuparme por encontrar un nuevo trabajo (recordemos que lo q
Nathan Después de que la doctora me dijera que Dani estaba bien y saldría tranquilamente de esta, la alegría que invadió mi cuerpo fue diferente a cualquiera que había sentido en mi vida. Era increíble darme cuenta de lo mucho que ella me importaba, de lo mucho que se había metido bajo mi piel e instalado permanentemente en mis pensamientos. Sabía bien que una vez que me marchara, sería muy complicado poder superar esta situación, superar a Dani y su odio hacia mí, pero por lo menos no me iba con la carga de su muerte o de haberla dejado en grave estado. El karma me llegaría tarde temprano, muchas personas salieron heridas por mi culpa, una muerta y otra quedó en el hospital, y si bien no era un número grande, se sentía como millones, porque que le costara la vida a alguien era más que suficiente. No me dejaron verla hasta que ella despertara, ya que no era un familiar directo de Dani. Mi plan era verla mientras dormía y despedirme de ella de esa forma, era una forma
Dani —No hay nada que yo pueda decir para que las cosas cambien, Dani —me dijo, como si esa fuese una especie de excusa, una muy absurda, y que, claro, no arreglaba nada. Sentí la sangre hervir cuando terminó su oración. Solo quise pegarle. En serio me preguntaba qué tan mal de la cabeza debía estar para meterse en algo tan jodido como la mafia. Recordé lo que me había dicho de su padre, que él y su papá estuvieron metidos en algo muy malo en lo que su propio progenitor lo metió y que por eso su madre se había largado de la casa dejando solo una carta. Siempre me dio curiosidad saber qué era eso malo que pasó en su familia, y tengo que admitir que juzgué mucho a su madre por haber abandonado a Nathan y haberle causado tanto dolor, pero ahora podía decir que entendía el cómo se habrá sentido aquella mujer. Su hijo y su esposo metidos en la mafia… y ella toda vulnerable, con su vida en peligro. Ahora todo tenía sentido, las cosas habían dado un giro en
Dani—Quiero irme sabiendo que vas a estar bien, Dani —respondió. Tengo que admitir que, mi deseo egoísta y mi orgullo, quería verlo llorar.Estaba tan enojada con el universo por hacernos esto. Se suponía que ahora que ambos confesamos nuestros sentimientos el uno por el otro, las cosas entre ambos debían marchar de una manera muy distinta, se suponía que debíamos estar juntos, luchar por lo que nuestros corazones querían, pero aquí estábamos, rompiendo sin haber empezado siquiera una relación.Mi mente trajo a la luz los recuerdos del accidente que tuve con mi ex novio, Marcus, y me recordó lo mucho que me prometí a mí misma no dejar que algo así me volviese a pasar. La promesa incluía no meterme con chicos tóxicos que volviesen a intoxicar mi vida, que no me dejaría estar solo por amor. Quer&iac
NathanCaminé hacia la sala de espera a buscar a mis amigos. Las ganas de darme la vuelta y decirle a Dani que me quedaría con ella eran enormes, pero sabía que eso sería cometer una locura y volver a ponerla en peligro otra vez. Esto no solo era porque me tenía que ir, esto era porque nuestro amor no era posible. Era como esos amores imposibles que pasan en las películas románticas. Jamás pensé que debería preocuparme por algo así, jamás me imaginé en un momento así. No me gustaba para nada la sensación de opresión en el pecho. Cada segundo que pasaba, me arrepentía más de haber abierto mi corazón, porque de no haberlo hecho, esta mierda no dolería como dolía. Lo peor de todo es que esto sería un largo proceso de superación, no un malestar que me duraría un día o dos. Dani me habí
Dani—Creo que es hora de que me vaya, Dani... Mis amigos y yo debemos apresurarnos para que no nos persigan.Qué duro era que lo dijera. Quería poder detener el tiempo. Tenía tantos sentimientos encontrados. No sabía cómo hacer para lidiar con todos ellos a la misma vez. Quería llorar por lo dolorosa que era la situación, pero quería reírme por lo loco que también era esto. Qué gracioso haberme enamorado de un ex integrante de la mafia. Me prometí tantas veces que no caería ante personas como él, pero aquí estábamos otra vez. Decir y hacer son cosas demasiado distintas y hoy lo confirmaba. Pero mi defensa, es que no sabía en qué lugares se metía él. En mi contra, siempre supe que algo malo había. Sus ojos azules lo gritaban. Ahora entendía todo.—Cuídate, Nathan &mdash