Capítulo 37

Marco golpeó la puerta de mi habitación pronunciando mi nombre.

¿Qué? pregunté, un poco molesto por la interrupción de mi silencio.

Después de la charla con Derek, simplemente me fui a mi cuarto, algo sorprendido de que no peleáramos por el asunto de mi madre. Era un alivio saber que las cosas entre él y yo tal vez estaban un poco mejor, pero a mi orgullo le dolía no haberse resistido lo suficiente como para callar a Derek y pedirle que ya no fuese capaz de hablarme al respecto. Siento que esta vez fui más sensible en la charla y que estaba torciendo el brazo y no me gustaba. No estaba acostumbrado y eso me causaba incomodidad.

Me senté, entonces, sobre

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