Dani
No sabía cómo reaccionar a lo que estaba pasando. Por un lado, quería corresponderle a Stefan, pero por el otro, me asustaba tanto que quería darle un empujón y apartarlo de mi boca. Sin embargo, permanecí allí parada, siendo sostenida por sus firmes brazos, siendo besada por su boca, entrelazando mi respiración con la suya, también sintiendo la mirada punzante de Nathan. Porque sí, por supuesto que él estaba mirando esto y podía apostar un millón de dólares a que me lo reprocharía y pondría la misma justificación de siempre: que no confía en Stefan.
Hacía mucho tiempo que alguien no me robaba un beso. Si bien me besaba bastante seguido con Nathan, lo nuestro era diferente porque los dos acordamos no tener nada relacionado al amor, solo éramos sexo cuando nuestra piel se encendía, o éramos consue
NathanVerla besándose con ese tipo me ponía de malhumor. Sabía bien que Dani era dueña de su propia vida, pero no estaba viendo el panorama completo y se dejaba llevar por él. Me causaba rabia presenciar cómo Stefan empezaba a salirse con la suya, de a poco, pero lo hacía. Ella saldría con el corazón roto de esto, y por más que se lo advertí tantas veces y que ya no me quedaba energía para seguir haciéndolo por lo torpe que era Dani, podía apostar a que yo terminaría rompiéndole la nariz a Stefan en caso de que lastimara a Dani. Ella me importaba mucho, daba igual hace cuánto nos conocíamos, no quería que saliera lastimada de este juego.Dani se acercó a mí, la vi de reojo. Ahora mismo no tenía muchas ganas de entablar una conversación con ella.—Bueno… —dijo, coloc&a
DaniMe quedé en mi puesto en mi puesto de trabajo, centrada en lo mío, sin querer mirar a Nathan por muchas razones. Una de ellas es que prácticamente salí corriendo de su auto y él claramente se quedó algo desconcertado por ello, aunque no me preguntó nada; la otra razón es que no sabía cómo manejar mis emociones; y la otra es que ya me daba un poco de vergüenza mirarle.Tal vez enrollarnos no fue la mejor idea. Creo que siempre supe que esto pasaría, desde el comienzo, cuando lo vi: había cierto brillo atrapante y peligroso en sus ojos. ¿Qué puedo decir? Caí presa, fui atrapada por el encanto de Nathan Saigless y ahora tenía sentimientos por él a causa de ello. Era tan lindo, mágico y tan atemorizante que me hacía querer volver a mi ciudad.—¿Qué pasa entre Nathan y tú? —pre
NathanNo sabía qué era peor. El no querer dejar de mirar a Dani o ponerme celoso porque ese chico le coqueteara. La mesa siete no estaba muy cerca de la salida, pero tampoco estaba muy alejada, y esos chicos hablaban bastante alto por la música fuerte, así que pude escuchar que la invitaron a tomar una cerveza, y que, incluso, cuando ella dijo que no, insistieron.¿Desde cuándo me ponía celoso por cosas como estas? ¿Desde cuándo una chica lograba que me pasara eso?Dani tenía el encanto de sobra para meterse en mi cabeza y no permitirme dejar de mirarla mientras trabajaba. La admirada moviéndose para todos lados, sirviendo tragos, cobrándole a los clientes, fingiendo una sonrisa a pesar de que no le gustaba trabajar donde estaba haciéndolo. Temía que este sentimiento terminase convirtiéndose en otra cosa más… fuerte. Jamá
NathanCon Dani no he hablado desde el domingo, cuando me envió un mensaje preguntándome si me sentía mejor del dolor de cabeza y yo le respondí que sí y luego me dejó en visto. Ella seguía comportándose extraña. Y yo seguía molesto por su actitud, pero sabía que el único culpable era yo. Esto de estar con alguien o de querer una relación no era lo mío, no era bueno para estas cosas, pero me invadía la seguridad de saber si había alguna persona allí afuera con quien pasaría el resto de mi vida, porque si así era, esa persona debía saber sobre mi pasado y no salir corriendo.Nunca me llamó la atención tener pareja, no era algo que considerara una prioridad, pero Dani me dejó pensando durante toda la noche qué sería mantener una relación ella. Y esto arrancó desde el m
DaniMe ponía triste que Nathan tuviese que irse a ver a Rose. Era muy egoísta, pero deseaba que se diera la vuelta y me dijera que prefería quedarse conmigo y no ir con ella. Sí, estaba celosa y eso había quedado claro desde el otro día, cuando ella me preguntó por él.Esto estaba mal y sabía que, si seguía teniendo sentimientos por Nathan, me perjudicaría mucho. ¿Qué pasaba si Rose y Nathan empezaban a verse muy seguido y se llevaban mejor de lo esperado y terminaban siendo novios? Sí, tal vez era una idea algo apresurada, pero los dos eran adultos y no me extrañaba la posibilidad.Cuando Nathan estuvo a punto de cruzar el ascensor, le dije:—¡Suerte! —sonreí fingidamente y lo saludé con la mano. Dios, estaba siendo una falsa.—Gracias —leí de sus labios y vi una sonrisa.
NathanRose estaba esperándome. Iba camino a recogerla.Menos mal que Dani hizo que me acordara. Hablé con Rose en la mañana, pero con el asunto de Dani, se me pasó por completo. Me pregunté si esta especie de cita valía la pena, digo, Rose era muy linda y simpática y parecía ser divertida, pero no era Dani, no me llamaba tanto la atención como ella hacía. Claro, en ningún momento concordamos con Rose que esto sería una cita, pero sabía que ella tenía ganas de que así fuera, ya que coqueteó bastante conmigo en la conversación del sábado. No es que fuera algo salir con ella, era hermosa, pero no me sentía con el entusiasmo que debería.Dani y ella eran amigas, esperaba que fuese un problema por la relación que mantenía ahora con Dani… ¿Rose sabía que me acostaba con su amiga
Dani Cuando llegamos al restaurante, no vi ningún rastro de Nathan y Rose y me sentí mal por decepcionarme por ello. Tal vez, Rose me dijo mal el nombre del restaurante o yo había entendido mal. Pero, ¿Qué ganaba con que ellos estuvieran allí? Tenía que utilizar esta salida con Stefan para el bien de mí misma, un bien que significara disfrutar de una rica cena sin pensamientos intrusivos ni celos tan tontos como los que tenía. Es más, si ellos no venían aquí, mejor para mí. Era hora de madurar. Siempre me consideré madura, pero con Nathan todo parecía ser diferente. No me reconocía. Actuaba diferente. ¿En qué momento permití eso? Creo que esto empezó a pasar desde antes de acordar con él que seríamos amigos con derechos. —¿Tu papá que piensa? —¿Qué? —pregunté. El camarero pasó por nuestra mesa a dejarnos una carta a cada uno y le agradecimos con una sonrisa. —Gracias —dije. —Te preguntaba si tu padre sabe que h
Nathan—¡Dani, hola! ¿Cómo estás? —dijo Rose, acercándose a su mesa.No sé qué me ponía más molesto: ver a Stefan en sí o verlo con Dani. Las dos opciones generaban una explosión en mi cabeza, un disgusto enorme. No tenía tantas ganas de salir con Rose esta noche, no porque no quisiese salir con ella, sino porque no me acordaba que saldríamos esta noche.Intercambié miradas con Dani. Ella sabía justamente lo que estaba pensando.—Soy Rose —se presentó ella con ese idiota.—Un gusto. Soy Stefan, amigo de Dani —dijo con una sonrisa, mirándola. Estrecharon sus manos.—Sí, amigo —respondí con sarcasmo. Lo que él era es un aprovechador.Me paré derecho. No dejé de verlo en ningún momento. No me importaba en lo ab