Capítulo 75

Lo único que a Leonardo pudo darle un poco de tranquilidad fue ver a Sara abrazando a su hijo, no quiso esperar más y en la mañana ya estaba en Vancouver, apretujando a su hijo, siendo ese el motivo por el cual resistió estar en un sitio donde romperla era la misión de todos.

Lo detalló por varios minutos antes de meterse a hacerlo dormir y ella también quedarse dormida de nuevo.

Necesitó de horas para poder recuperarse de todo lo que vio, sintió y pudo percibir.

Tan alejada de esa paz que aún en sus sueños sintió que le arrebataban de nuevo, pero al abrir los ojos caída la noche, lo primero que vio fue a su hijo en sus brazos y a Leonardo sentado en el colchón con un computador.

Su misión era no descuidar el seguimiento de todo lo que se decía en Italia, revisar que Zoraida no los estuviera siguiendo y al mismo tiempo ser el centinela que no descuidaría a su reina o a ese niño que jugaba con la mano de su padre, en tanto este hacia su trabajo.

Sara sonrió al verlos así, pues no p
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