Cada palabra dicha por Victoria no dejó de repetirse una y otra vez en la cabeza de Sara, como un martillo golpeando hasta el punto romperla. Leonardo quería decirle todo, pero para eso necesitaba que ella estuviera bien y eso no era posible si la chica no salía del shock que le causó el oír la confesión cizañosa de su hermana...o prima.__ ¿Que ocurre? - preguntó Luisa al verla con la mirada fija en algún punto de la camisa de su esposo. Su nuera no respondió, por lo que solo pidió que una mujer de servicio les llevara un té. Los siguió, alborotando hasta a Braulio, quien no tenía quien respondiera que era lo que a Sara le había pasado, preocupado tomó a su nieto, en tanto Keyla no tenía forma de saber que fue lo que a su amiga la puso de esa forma. Pero en la mente de Sara aún se reprodujeron un montón de imágenes que la tenían inmersa en lo que trataba con todas sus fuerzas para regresar a la realidad.__ Te pondré en la cama, no me iré. - le aseguró Leonardo al llegar a su dorm
Podría ser injusto, no ser visto de la misma forma, pero para Sara ese instante solo se repitió que debía salir de esa casa. Le envió un mensaje a su amiga y Keyla al leer lo que decía, supo que la necesitaba. No le fallaría, no podía verla mal, por lo que aún llena de dudas la ayudó a prepararse y a medio día abandonó lo casa. Leonardo solo vio como Sara subió al auto, enviando a su gente con ella, porque sabía que necesitaba un tiempo sola, pero tampoco sería tan imbécil de dejarla partir sin ningún tipo de seguro de que se mantendría con bien.Quiso consolarla, solo que Sara no lo quería cerca y respetaba esa decisión. Despues de todo, no la convertiría en su prisionera. Si lo que quería era un tiempo sola, se lo daría, pero a su modo. Todos sus hombres recibieron la orden de cuidarla y estar pendientes de ella, desde la distancia o cerca, como mejor cómoda de sintiera ella, pero siempre con varios ojos siguiendo sus pasos. __ ¿Hijo, que pasó? - quiso saber Luisa. - Vi que Sara
Las olas se rompían en las rocas, el sol en su punto más alto daba un aspecto mucho más hermoso a ese lugar donde Sara veía a su esposo llevar a su hijo en su hombro, mientras caminaba dentro del agua. Bajó la revista que leía, solo para verlos juntos, su hijo sonrió y sacudió sus cortos piececitos en los hombros de su padre la sentir el agua, en tanto este le mostraba el paisaje frente a ellos. Nunca pensó escuchar reír a su esposo por algo tan sencillo, solo que en eso se equivocó. Para Leonardo esos instantes no eran sencillos, no tenían nada de simple y no pretendía que lo fueran para ellos tampoco, por eso desde la noche anterior que llegaron solo se dedicó a disfrutar de tener a su hijo con sus tambaleantes pasos y a Sara, con esa mirada de enamorada que tuvo miedo de perder. No era habitual en él, tener esos pensamientos trágicos, despues de todo era magnifica la forma en que ella cambió todo desde la entrada a su vida, por lo que sentir que se alejaría, resultó más desgasta
En cuanto Sara puso un pie en la mansión Crown, lo que había ignorado regresó, como un viento suave que se llevó su seguridad al punto de pasar saliva, creyendo que alguien saldría a gritarle en la cara el porqué de su regreso. __ No pienses cosas que no son, Sara. - dijo Leonardo pidiendo que las cosas que su esposa fueran puestas en su dormitorio, como siempre. - Que tus temores no se adueñen de tí.__ Lo sé, es solo que...__ ¡Que bueno que llegaron! - salió Luisa con una sonrisa enorme por verlos. - Esta casa no se siente igual sin ustedes. Sin mi nieto. Todos lo extrañamos. Anthony no se resistió al ser abrazado por una abuela feliz de tenerlo con ella nuevamente, se acostumbró a ellos muy rápido y no era nada difícil cuando estos intentaban hacerlo reír. __ ¿Van a desayunar con nosotros? - consultó.Sara creyó que ella no sabía nada y que posiblemente la trataba con esa amabilidad porque en realidad sólo ignoraba el hecho de quién era. En cambio, Luisa, solo pensó en cuanto a
__ ¿Quien es? - se apresuró a preguntar el coronel Santorini. - ¿Quien...Un cabezazo repentino lo aturdió. El tener las manos metidas entre las del tipo, le dió a Sara la posibilidad de lanzarse hacia abajo en un rápido movimiento, se impulsó y no tuvo tiempo para ver qué pasaba hasta que era él quien estaba contra la mesa y su brazo torcido en su espalda __ ¿En serio creíste que sería tan ingenua de venir sola a una reunión con alguien que me entregó una vez? - se burló la chica de él. - Dijeron que eras más fuerte. Creo que mintieron. __ Hija de...__ ¡Sara, la mató! - gritó Victoria con el rostro mojado por todas las lágrimas que bajaron unas tras otras de su rostro. __ La mataste tú. - le hizo ver ella. - Tu Trajiste a esta gente. - un tiro más, un hombre muerto. El coronel la empujó, pero fue Sara quien lo soltó. - Trajiste a este tipo a tu casa y murió por tí. __ ¡Mentira! - se exaltó furiosa. Levantándose para ir por quien creyó era la culpable de todo. - ¡Vienen por tí!
Una sensación que Sara no pudo comprender recayó sobre ella cuando se vio abrazadno a su hijo. El golpe en su frente ya no tenía importancia, mientras Leonardo la limpiaba con gentileza, él lo notó y por ello dejó los algodones a un lado para detallar su rostro. __ No sé que siento. - admitió la chica cuando le preguntó el motivo. - Tengo algo...no sabría describirlo, Leo. Pero hoy vi mucho...Mi ma...Eva murió, Emily mi verdadera madre también. - suspiró, en lugar de percibir alivio solo fue extraño. - Me quedé sola.__ No estás sola. - señaló un poco ofendido por no ser considerado.__ Eso lo sé. Pero me refiero a qué todo pasó tan rápido, no pude ni asimilar algunas cosas, un cambio de padres, saber que mi hermana siempre me odió. - dijo colocando la barbilla en la espalda de su hijo. - No soy de piedra. De alguna forma, duele. __ Sería extraño que no te duela. - mencionó Leonardo. - Es inevitable que lo sientas. Es mucha información para muy poco tiempo, pero eso no lo puedo reso
Francamente nadie lo esperaba ni estaban dichosos con la visita, pero tampoco podía lanzarse a pelear solo por la presencia de aquel hombre que escaneó a todos con una sola mirada. La confianza que se tenía al presentarse frente a un clan con el cinco por ciento de hombres que de seguro lo estaban apuntando, era muy atrevida.Pero no era estupidez, en verdad sabía que si moría, no se iría con las manos vacías. Las miradas de todos los Crown se dirigieron unos a otros, salvo la de Leonardo, quien no dejó de reparar el aspecto del ruso que hizo lo mismo. __ Korol, no recuerdo haberte hecho una invitación. - dijo Leonardo al ver al hombre que avanzó a él. __ Ya deberías saber que no soy de esperar invitaciones. - declaró el ruso. Llegó frente a él. - Tu manejas un clan, yo manejo una organización.__ Mi clan no busca alianzas. No las necesita. - dejó claro. __ Un concejo disuelto, descontrol en tus límites, entradas a tu territorio sin autorización, dicen lo contrario. - alegó con es
Akari Osamu se movió de su asiento tomando el fólder que Leonardo pidió, su asistente quiso tomarlo por él, pero esta la ignoró completamente pasando a su lado para dárselo ella misma.__ Aquí tiene, señor Crown. - le habló. A Leonardo no le interesaba quien le llevara las cosas, pero se dió cuenta y con una rápida mirada mostró su descontento porque las obligaciones de otros fueran relevadas como si su demanda no debería ser acatada. Lo recibió y lo dejó a un lado, viendo el que ya tenía en las manos. Un idiota no era para no darse cuenta de las cosas, pero era un negocio importante, prefirió enfocarse en eso. Las pautas de este iban muy bien detallados, era lo que debía revisar para saber si no era tan arriesgado aliarse con una compañía como la que Akari Osamu, al menos la verdadera representaba. __ Como puede ver en las gráficas, las ventas han mejorado desde la entrada del señor Park. - exclamó Akari. - Si usted lo quiere, puede reunirse con él en un sitio mucho más privado, e