__ ¿Porqué llegas hasta esta hora? - la pregunta de Sara logró que Leonardo se girara, pasaban las tres de la mañana, no tenía que estar despierta en ese momento.__ ¿Como porqué debería responder eso? - dijo con indiferencia al tiempo que dejó su saco en el mueble, soltó dos botones de su camisa y se dirigió a la botella de whisky. - ¿Porqué no te has dormido? __ ¿Como porqué debería responder a eso? - devolvió ella y su esposo bufó al ver que el carácter de la chica volvía a ser esa molestia por la cual estaba comenzando a considerar si era tan buena idea tener una esposa.No contestó, no quería iniciar una contienda para ese instante. Estaba cansado, acalorado y con la cabeza llena de situaciones sin resolver no era buena opción el querer discutir.__ ¿Que tienes ahí? - cuestionó Sara al ver la piel roja en su mano, una que pareció irritada. __ Nada. - respondió él. - Ve a dormir. Necesito pensar.__ ¿Me necesitas dormida para pensar? Bueno, al menos a alguien le sirve que yo due
__ Aún sigo sin ver porqué tendría que ayudar. - Sara prefirió ser cortante a darles la oportunidad de hacerle daño de nuevo. - Ustedes se desligaron de mí desde hace ¿dos años? __ No seas egoísta.__ No lo estoy siendo. - se hizo para atrás cuando Andrés quiso tocar su mano. - Estoy correspondiendo lo que ustedes me dieron por mucho tiempo. __ Nosotros no tenemos la culpa de...__ No, la tuvieron de dejar que todos dijeran que yo fui una...__ No dijimos nada.__ Tampoco lo impidieron. No hicieron nada y ahí radica el problema. - les hizo ver. - Cuando yo los necesité, ninguno abogó por mí. Pero ahora que necesitan de mí, quieren que corra a ponerme a su disposición como si ustedes valieran y yo no. __ Esto es algo grave. - exclamó Henry.__ Lo mío también lo fue y lo sigue siendo. He pasado por...__ Y podemos ayudarte cuando nos recuperemos. - la voz apacible de Andrés salió a relucir, queriendo que con eso la credibilidad como padre floreciera. - Solo debes interferir porque Le
Sara celebró para sus adentros al ver a Leonardo tan molesto al subir al auto, que estuviera dispuesta a cambiar por alguien más seria no quería decir que un desliz de sus travesuras se diera de vez en cuando. Sacarlo de sus casillas era su deporte favorito y más cuando sabía que si cumplía su promesa iba a disfrutarlo. __ Señora Crown, ¿desea algo especial para su almuerzo? - l preguntó el consejero Ryan desde la puerta. Señora Crown, que extraño aquel apellido para ella, pero no iba a discutir con él. A quien le gustaba hacer enojar se había ido, por lo que podía darse un descanso. No pidió nada en especial para ella, pero sí para su hijo. No le apetecía cocinar en ese momento, quería descansar de la ansiedad que ver a su padre y hermano le daba siempre. Por eso los evitó por tanto tiempo. __ No me digas que te pagan por verme todo el día - exclamó con diversión, pero lo que para ella fue solo una broma, para el consejero Ryan era su misión. - ¿Si lo dispuso Leonardo? El hombr
__ ¿Una Crown? ¡No seas ridícula! - se burló Henry con una risa gigante. Sara solo lo observó al punto de hacerlo sentir incómodo porque nadie más lo siguió. Se aclaró la garganta, miró a su padre y se volvió el cachorro más tímido del lugar.__ Luego del momento cómico, patrocinado aquí por Henry, creo que podemos hablar de negocios. - se enderezó, pidiendo que el consejero le diera. - Anoche me quedé pensando en algo. __ ¿Como verte más patética presumiendo un apellido que no te corresponde? - atacó su hermano de nuevo.__ La inteligencia quiere ser tu amiga, pero tú te rehúsas. - declaró su hermana en un tono reprobatorio. - Hay algo que se llama matrimonio, si no sabes cómo funciona, tú firmas un papel similar a este. - señaló una hoja de los documentos que tenía en las manos. - Con eso, la esposa adquiere el apellido de su marido. ¿O creías que nuestra madre era Eva Stewart? Si así fuera, serían parientes, lo que nos haría, a tí, a Victoria y a mí como hijos de...__ No es nece
__ ¿Que hacemos los dos, solos en esta casa? - le cuestionó Sara a su hijo, este solo la observó sin poder responder a qué se refería, pero amando pasar tiempo con su madre. - Tu tía nos hace falta en estos casos. Ella sí saca ideas de donde no existen para divertirse. __ ¿Algo que se le apetezca? - quiso saber el consejero. - ¿Bocadillos? ¿Jugo de algo? ¿golo...__ No, solo quiero saber si pudiste comunicarte con...__ El señor está bien. - mintió el consejero pues no había logrado contactara su jefe, pero en ese tipo de casos no debía surgir intranquilidad en nadie, así que lo único que debía preocuparle era que nadie del concejo se enterara, era un secreto que él no iba a revelar.Por lo que distrajo a la esposa de su jefe con datos sobre las pinturas en esa casa, las figuras, todo lo que se le ocurrió. Nadie debía hacer preguntas o mencionarlo para que a otros se les ocurriera hacer preguntas. Se comunicó con Don Braulio para saber cómo iban las cosas con él y si necesitaba algo
__ ¿Porque tanta seguridad? - cuestionó Sara al ver el movimiento inusual en la casa. Todos caminaban de un lado a otro, mirándose con temor de lo que pudiera venir y ella ignoraba enteramente.__ Hay problemas. - le dijo el consejero Ryan. __ ¿Que clase de problemas? - quiso saber ella. - ¿Que ocurre? - lo alcanzó sin bajar a su hijo por más que este lo pedía. - ¿Es por lo que estuviste distrayendome todo el día? El consejero Ryan se rió con algo de diversión.__ ¿Lo notó? __ Quien no iba a hacerlo. Me trataste como si fuera la reina de Inglaterra, exageraste todo y sobre todo, querías que siempre tuviera algo en la mente, como la creación de esa pintura con...__ Ya entendí. No fui tan sutil como creí. - envió a dos hombres a asegurar la salida de emergencia. - Pero debemos tenerla segura a usted y al niño. __ No me ocultes nada, Ryan. - mostró su disposición a escuchar lo que tuvieran para decir, ella solo quería saber si debía correr o sí Leonardo estaba por llegar. Lo quisie
El agotamiento se podía sentir en cada músculo de Sara, pero no podía detenerse al subir por la escalera metálica que pudo encontrar.Su hijo en su brazo le impedía hacerlo rápido, pero no pudo pensar en más que sacarlo de ahí. Vio hacia abajo y pudo escuchar como una discusión estaba en pleno apogeo en ese momento. Las voces subidas de tono eran todo lo que podía oírse retumbar en el piso inferior, lo que la hizo apresurarse porque escuchó como ella era el objetivo en ese momento. No podía entender como era ella y su hijo si apenas comprendió un poco de lo que su esposo hacía.Pero no era hora de pensar en eso, lo único que necesitaba era salir de esa casa. Al fin vio la luz que el cielo irradió, pero este, como si supiera lo que su mente tenía estaba nublado, con un gris que la hizo temer. Descansó un poco y se aferró al concreto de la azotea. Su pecho se movía con rapidez y su corazón con esa rapidez le suplicó por un largo descanso, algo que no podía, por mucho que lo deseara.
__ ¿Estás bien? ¿Estás herida? - Leonardo se puso de cuclillas para revisar a Sara, quien aún temblaba al ver sus piernas con manchas de sangre, abriendo los ojos en demasía al recordar que...__ Maté a una persona. - dijo con la cara pálida. - Leonardo yo no...__ Pero él sí quería matarte. - la centró, no tenía que reprocharse nada, nadie lo haría, es más, se sintió orgulloso al ver que estaba dispuesta a todo con tal de salvar a su hijo. - Caramelo, mírame.Sara vio la sangre en el suelo y negó.__ Bonita, mírame a mí. - tomó su barbilla para hacer que lo viera. - Estoy orgulloso de tí, Caramelo. Estoy malditamente orgulloso de tí. ¿sabes porqué? - ella negó con sus concentración enfocada en él, tenía un aura peligrosa, pero atrapó su atención desde que lo conoció y en ese momento no fue la excepción. - Estoy orgulloso de mi esposa, porque es peligrosa cuando de proteger a nuestro hijo se trata. No me equivoqué al pensar que la mejor persona para cuidarlo eres tú. __ Tuve miedo._