Gracias por leer esta historia. Saludos con cariño.
—¿Estás embarazada? —Jack se llevó las manos a su espesa cabellera. Su corazón se agitó, no estaba preparado para una noticia como esa.Al ver el resultado de la prueba, Amber afirmó con la cabeza.—Sí, lo estoy.Jack recordó la broma que hizo en las vacaciones su hermano Damián, sobre el embarazo, presionó con fuerza sus dientes, ante la realidad que ahora estaban viviendo. Dio un par de pasos hacia el ventanal y enfocó sus ojos en el azul del cielo…—No estás obligado a nada, yo puedo resolverlo sola. —Por su mente pasaron mil posibles escenarios, algunos trágicos, otros no tantos. Se hizo a un lado y caminó hacia el comedor.Jack la detuvo con delicadeza por uno de sus brazos.—Yo…Amber se dio media vuelta y lo miró a los ojos. Estaba en shock, además de pálido, su respiración subía y bajaba, agitado. Fue como si una bomba estallara frente a sus ojos. Era tanta su sorpresa que Amber no tenía clara su reacción. Sabía que debía decir la verdad, pero no podía sin antes hablar con Amy
Amy regresó a la ciudad, su rostro estaba enrojecido por la furia contenida mientras se dirigía hacia su residencia, donde estaba su reemplazo, Amber. La noticia del embarazo, había desatado una mayor rivalidad entre ellas. Parecía que Amy se preparaba para derribar a su enemigo de guerra. Al llegar a la casa, ella golpeó la puerta con coraje. Sabiendo quien era, Amber resopló y se preparó lo mejor que pudo, en cuanto abrió la puerta y las verdosas miradas de ambas, se cruzaron con una mezcla de resentimiento y rivalidad. — ¿Estamos solas? —Amy preguntó sintiendo que su torso subía y bajaba, agitado. —Sí, lo estamos. Con rapidez, Amy lanzó una bofetada a su hermana. —¿Cómo te atreviste, Amber? —espetó, apenas podía contener la ira que bullía en su interior. No se podía contener. Amber se llevó la mano a su mejilla. —No lo planeamos, bebimos y una cosa nos llevó a la otra. Amy, incapaz de ocultar su frustración, prosiguió: —No puedo creer que te acostaras con ¡¡¡MI MARIDO!!! —
Varios días después. Amy, era incapaz de aceptar aquella terrible realidad. En un ultimo intento, decidió abordar el asunto, volvió a buscarla, en un intento desesperado de cambiar la situación. ¡Estaba desesperada! Se reunieron en la sala de estar, el distanciamiento entre ellas era notable para ambas. —Amber, necesitas reconsiderar esto —comenzó Amy con una expresión grave—. No es el momento adecuado para tener un hijo, especialmente no con el esposo de tu hermana —recalcó. Amber la observó a los ojos, era como verse frente a un espejo, eran como dos gotas de agua por fuera, pero en el interior tan distintas, ella hubiera dado lo que fuera por casarse por amor, por tener un hogar. No haberlo hecho por querer olvidar, ahora sabía que un clavo, no sacaba a otro. —Este bebé es parte de mí, Amy. No puedo simplemente interrumpir su vida porque no encaja con tus planes. La decisión es mía y de nadie más, te guste o no. Yo soy la única que tiene el control. Amy se llevó las manos al cu
Jack, con el corazón latiendo con bravura, se apresuró junto a la ambulancia que transportaba a Amber. La rapidez en sus pasos, reflejaba la posible gravedad de ella, además que sus pensamientos en desorden se agolpaban en su mente.La llegada al hospital fue un maremoto con un grupo de personas corriendo hacia ella, con la supuesta Amy siendo llevada de inmediato a las áreas de emergencia. Jack, movido por la desesperación y la necesidad de estar cerca de ella, intentó seguirlos sin soltar la camilla. —Lo siento, señor, no puede pasar más allá de este punto —las manos de una enfermera lo detuvieron.Arrugó el ceño con impotencia, sabía que no podría hacer más para ingresar. Se dio la media vuelta y se dirigió hacia la sala de espera, lleno de un gran agobio.— Necesito saber el estado de salud de mi esposa.La enfermera, consciente de la angustia de Jack, lo miró con compasión.—Entendemos su preocupación, pero necesitamos tiempo para evaluar la situación. Haremos todo lo posible po
El ambiente se tornó denso en el interior de la habitación para ambos se hizo complicado poder respirar. Para Jack, no fue complicado averiguar la verdad, a través de un análisis de huellas dactilares, estaba furioso al confirmar que era Amber, quien se había estado haciendo pasar por Amy. — ¡Dios! La había descubierto.— ¿Cómo pudiste hacer esto, Amber? —espetó Jack, su tono vibraba con una mezcla de furia, decepción y dolor. —¿Hacerte pasar por tu propia hermana? ¿Qué estabas pensando?Amber, consciente de la gravedad de la situación, bajó la mirada antes de responder. —Jack, lo siento. Fue un error, creí que era lo mejor en ese momento. —Inclinó su mirada avergonzada.La respuesta de Amber no calmó la furia de Jack, quien continuó expresando su indignación. — ¡¿Lo mejor?! ¿Engañarme a mí y a todos los demás? ¿Qué planeaban lograr con esto?Sintiéndose acorralada Amber, intentó darle una explicación.—Tenía miedo, Jack. Miedo de cómo reaccionarías, miedo de perderlo todo. Lo h
Al día siguiente. —Ahora que estamos enterados de todo lo sucedido, tenemos que poner fin a toda esta barbaridad —Sara, la madre de Amber pronunció furiosa. —Estoy de acuerdo contigo —Jonh la apoyó—, no puedo creer que te hayas revolcado con el esposo de tu hermana, ¿cómo pudiste chantajearla para que se intercambiaran? —gruñó sin quitarle la mirada de encima. —Las cosas no son así —respondió Amber tocando su vientre—, fue ella, quien… —¡Ni una palabra más! —exclamó Sara—, nada de lo que digas hará que te creamos. Sabemos de sobra que te gusta mentir. Será mejor que te prepares para volver con tu marido, les haremos creer que el hijo que esperas es de él y así evitaremos habladurías. Jack iba ingresando a la habitación, había salido a la oficina para una reunión importante, algo que no pudo cancelar. Presionó con fuerza sus puños al escuchar la idea atroz de Sara, ya no podía más con tanta ironía, ni tantas mentiras, estaba asqueado. Tenía que ser ágil con sus decisiones o algo má
Santa Mónica, California.Lejos del bullicio y la presión de la familia, Jack se trasladó a un inmueble propiedad de uno de sus mejores amigos, así Amy no lograrías encontrarlos, ni nadie. Desde ahí, un médico ya los esperaba para seguir con los cuidados que requería Amber.El primer paso, fue el reposo parcial, por lo que Jack se encargó de instalarla en una cómoda habitación, en donde todo estuviera a la mano. Lo segundo y lo más complicado era lograr que ella permaneciera tranquila, por lo que se prometió no hacer reproches, ni reclamos, ya hablarían más adelante del tema. Y por último que tomara los medicamentos en horarios puntuales y se alimentara de manera saludable.Aquella casa en Santa Mónica, le sentó muy bien, pues conforme pasaron los días, Amber comenzó a tomar más seguridad, estando solo con Jack y el personal de servicio que asistían para limpieza y comidas. Y por la noche se quedaban a solas. La vista al mar, era una panorámica perfecta para dos personas que disfrut
La oscuridad del anochecer rodeaba el hospital cuando Jack regresó, desbordado de anhelo y ansiedad por encontrarse con Amber y poder cargar a su recién nacido. Debido a una negociación importante, tuvo que salir una hora. Al ingresar a la habitación, la sorpresa y el desconcierto se apoderaron de él al darse cuenta de que Amber y su pequeño no estaban.La cuna vacía y la ausencia de Amber en su cama, dejaron un hueco en la habitación que antes había sido el epicentro de la alegría y la anticipación. El corazón de Jack latía agitado, una extraña sensación se clavó en su pecho. ¿En dónde podían estar?, se cuestionó afligido.—Amber —murmuró Jack, buscando en la habitación como si con sola voz pudiera evocarla de regreso. Sin obtener respuesta, comenzó a revisar cada rincón, esperando encontrar alguna pista que explicara la misteriosa desaparición de Amber y el bebé.La enfermera de guardia, al verlo transitar por el pasillo con reflejada angustia en el rostro, se acercó con cautela.—S