4

Amiel se paró frente al espejo, su reflejo se encontraba lleno de chupetones y mordidas, sus muslos tenían huellas dactilares y sus labios estaban hinchados; subió sus dedos y toco delicadamente la marca que tenía en el cuello , “mordida de apareamiento” le llamaban los lobos, ahora era de Roman y él era suyo igualmente, se mordió el labio cuando el dolor lo hizo alejar los dedos.

-No la toques.- Su esposo apareció en el baño y lo tomó por las caderas girando suavemente.-Debería estar sanando pronto, pero evita tocarla 

Amy posó sus ojos en la suave arruga que se hacía en el rostro del alfa cuando fruncía el ceño, el lobo era guapo, de eso no había ninguna duda, pero había algo más que atraía a Amy, algo visceral e inexplicable que lo hacía querer lamer todo el cuerpo del hombre para luego entregarse de todas las formas posibles.

El príncipe se asustó cuando sintió líquido resbalando por sus piernas, se acababa de dar un baño y sacó todo el semen de su cuerpo , no creía que quedara más, pero al parecer se equivocaba.

-¿Estabas intentando preñarme?.-El alfa levantó una de sus cejas y luego sonrió cuando entendió a qué se refería su ninfa

-Oh cariño, eso no es mío.-sonrió con suficiencia.-es todo tuyo

-¿Qué?.-el rostro de Amy enrojeció.-es imposible

Roman se rio suavemente y bajo una de sus manos hasta tenerla entre sus nalgas

-No…

-Shhh, se que estás sensible, no haré nada, sólo estoy comprobando.-Inserto uno de sus dedos en el orificio del príncipe haciéndolo gemir.

Amy levantó sus manos y apretó los hombros del alfa, tan pronto como entró el dedo salió de su cuerpo, Roman lo levantó y se lo mostró al principio, era brillante y olía dulce

-¿Ves? este es tu lubricante, ahora que estamos acoplados tu cuerpo lo creará de forma natural para mi.- lamió su dedo de forma obscena y luego sonrió.-es delicioso 

Amy desvió la mirada.

-Bruto.-su voz se escuchaba como un gemido

-Tienes razón amor, he sido muy brusco, dejame compensarlo

La boca de Amy se abrió en un grito silencioso cuando su cuerpo fue girado y apoyado en la encimera del baño, el alfa le levantó su bata y le abrió las piernas exponiendolo totalmente.

-Dijiste que no harías nada

-Y cumplire mi palabra, solo quiero revisarte y ayudarte a sanar.- sus manos amasaron las halagas de la ninfa suavemente.-mirate amor, estas escurriendo para mi.

Amy podía sentirlo, el líquido seguía saliendo de él, el príncipe intentó cerrar las piernas para evitar que bajara por sus muslos.

-No.-El alfa  gruñó y abrió aún más sus piernas.-nunca me prives de la vista que me pertenece

Amiel gimió quedamente, no tenía palabras todas habían volado fuera de su mente.

-¿Sabías que los lobos nos curamos más rápido? .-Amy asintió.-los alfas incluso más, hay una teoría que dice que nuestros fluidos podrían ayudar a otros a sanar, voy a comprobarla contigo.

Sin decir nada más el alfa enterró su cara entre las nalgas de Amy, el joven gimió de placer cuando sintió la lengua de su esposo en su agujero, el bastardo jugaba con él dándole suaves lamidas para luego embestir sin pieda, las piernas del príncipe temblaban y el alfa seguía succionando avariciosamente todo el elixir que fluía de su pareja, Amy se encontraba tan cerca, podía sentir el fuego extenderse por su estómago, su voz subía de volumen y su corazon latia mas rapido, al notarlo su esposo sonrió y sin darle aviso metió dos de sus dedos, la ninfa grito mientras se venía por toda la encimera.

Roman alzó a su pareja como si fuera un bebe y lo recostó en la cama.

-¿Qué tal cariño, sientes que empiezas a sanar?

Amy lo golpeó en el hombro.-Tu desmentiste esa teoría hace más de tres años 

Roman se carcajeó.-bueno nunca es tarde para seguir comprobando, es más, creo que esto requiere un estudio exhaustivo; el alfa se acostó encima de la ninfa.-hasta yo me equivoco a veces bebe.

Si Amy pudiera elegir una palabra para describir a su esposo sería “Insaciable”.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo