La curiosidad mató al lobo
Eva se asomó a la ventana y se sintió sobrepasada por la impresión que a partir de ese momento no se apartaría de su corazón. Si ya había sido lo suficientemente bombardeada por el lujo y el prestigio durante su periplo en el edificio de la empresa del señor Logan, ahora que le tocaría conocer la otra cara de la moneda, con esa cena propuesta, solo podía seguir conteniendo las ganas de reír ante lo absurdo de todo aquello.
Eva era una chica que había vivido una infancia temprana, lo suficientemente difícil como para que no hubiesen quedado registros en su memoria. Ella solo podía recordar los tiempos de su estadía con la familia Russel, quienes le cobijaron cuando apenas era una niña de menos de siete años y quien para esas alturas ya había pasado por varios albergues de menores. Los Russel habían sido verdaderos ángeles en la vida de ella, ángeles que se empeñaron en ser tan respetuosos con ella que incluso le dejaron el apellido materno del cual no se tenía ningún registro de procedencia. A ella siempre le causó gracia que su apellido fuese la palabra luna en inglés, pero aquella noche de luna nueva solo pudo sonreír al ver reflejado el brillo de esta lumbrera sobre el metal reluciente del lujoso coche de color negro que se acababa de estacionar frente a la casa de su amiga, donde vivía desde lo del accidente.
Ella nunca había visto algo como aquel coche, pues los Russel, a pesar de ser una familia de estabilidad económica, no eran especialmente ricos, por lo que Eva siempre había estado rodeada de personas de su misma clase. En el vecindario donde se encontraban, encontrarse con un coche como aquel, era un verdadero acontecimiento.
Lilly, la amiga que Eva atesoraba como a su hermana, se le acercó para poder mirar también desde la ventana. Lilly estaba con la quijada completamente desencajada al descubrir la portentosa máquina que estaba detenida frente a su humilde casa de camarera.
― ¡¿Pero qué demonios hiciste para merecer esto?! ―le inquirió su amiga con un tono jocoso que sonaba a reproche, pero que en realidad solo era un producto de la impresión que le conminaba aquel despilfarro de glamur que se potenció cuando del asiento del conductor bajó un sujeto cuyo rostro para Eva era reconocible: Era Alan, quien vestía un traje negro que combinaba con la noche a su alrededor, quien sin esperar nada más, se encaminó a la puerta trasera donde seguramente viajaba aquel sujeto con el cual Eva no tenía ningún ánimo de lidiar.
―Ni yo lo entiendo… no sé qué hice para merecer este castigo ―bufó Eva encogiéndose de hombros y desviando la mirada para no ver a ese que estaba a punto de bajar del coche.
― ¡¿Castigo?! ―se agitó Lilly al preguntar―…. ¡Pero si eres la jodida mujer más afortunada del mundo, Eva!
Lilly se contuvo un poco luego de haber dicho aquello. Ella sabía de sobra que una cita dudosa con un tipo guapo y millonario no era suficiente como para compensar la vida llena de dolor y sufrimiento de su amiga. No era eso lo que ella quería decir y Eva lo sabía, pero a pesar de todo, Lilly hizo silencio e intentó recomponer su explicación, sin embargo, Eva sonrió y le hizo saber que no era necesario, ella le entendía.
―Quizás para otra mujer sería un verdadero sueño recibir esta clase de regalos ―Eva señaló el hermoso vestido negro que el señor Logan le había hecho llegar a su dirección con una carta muy escueta donde solo le hacía saber que esperaba que utilizara ese vestido en la cita de esa noche. El vestido había ido acompañado de unos zapatos hermosos y de joyas que de seguro debían estar valoradas en una fortuna. Eva estuvo a punto de desechar aquello y abortar la misión, pero la insistencia de Lilly y la necesidad de recuperar su pulsera fueron suficientes para hacerle querer mantenerse enfocada―… pero sabes que para mí no… no sé qué demonios pueda significar el hecho de que el rostro de ese sujeto sea el que veo en las visiones y me aterra descubrirlo.
―Pero pensé que tú querías respuestas Eva ―le comentó Lilly, quien se estaba mordiendo las uñas sin despegar el ojo de la ventana del frente.
―Pero nunca pensé que esas respuestas podrían venir de un sujeto multimillonario y arrogante que se siente con el poder de obligar a todas las personas a su alrededor… cada vez me convenzo más de que esto no es más que una locura.
Lilly suspiró como si afuera hubiese ocurrido algo a tener en cuenta. Eva se interesó, pero no se atrevió a mirar a donde su amiga miraba. Ella podía imaginar que la impresión se debía a lo que había visto.
― ¡Maldición! No sé si es más guapo el jefe o el chofer ―Eva no pudo contener la risa que le produjo aquel comentario de su amiga, comentario que estaba bien fundamentado, pues ella misma había tenido la oportunidad de ver de cerca a los dos sujetos para descubrir que lo que su amiga decía era real. Ella estaba enterada de aquello en incluso había tenido la oportunidad de conocer un poco más sobre la personalidad de los dos sujetos―. ¡Apresúrate! Ya casi llegan a la puerta.
Eva escuchó las palabras de su amiga y por puro instinto se tomó un segundo para mirarse en el espejo que tenía frente a ella en la pared de la sala. Su cuerpo delgado y esbelto se acomodaba perfectamente a la línea que describía ese vestido de fina confección. Su cabello estaba acomodado en un peinado simple, lo mismo que su rostro apenas maquillado, pero según Lilly, su belleza era avasallante como de costumbre. Por lo pronto Eva no tenía manera de comprobarlo más, pues el sonido del timbre le hizo entender que el momento había llegado.
Eva llegó a la puerta y la abrió; frente a ella estaba el señor Logan que se mantenía con su expresión fría y seria, un poco por detrás, Alna le miraba con un brillo fogoso en el fondo de sus ojos de cielo.
Un intento de citaLily dio un paso al frente y se plantó ante el señor Logan con una amplia sonrisa que combinaba la cordialidad con la curiosidad. Miró de arriba abajo al sujeto que tenía ante sí, entonces le dijo:―Entonces, ¿Usted es el sujeto que está sonsacando a mi amiga?El tono jocoso con el cual Lily pronunció aquello ocasionó que Eva se quedase pasmada a su lado sin atreverse a mirar al poderoso CEO que ahora más que nunca se mostraba imponente y altivo como si la noche fuese su natural elemento. Eva se quedó muda a pesar de que hubiese querido poder insultar a su amiga por tal desfachatez manifiesta en esa pregunta burlona, pero no fue necesario, pues Logan clavó su mirada en ella sin disimular su carácter regio que asustaba de solo verle.―Disculpe, señorita… si no le molesta, tengo un poco de prisa para partir ahora mismo. Así que si no le molesta quisiera ahorrarme el protocolo de cordialidad.Lily quedó muda por aquel golpe de honestidad brutal que el señor Logan acaba
La autoridad del Alfa ― ¿No piensa tomar mi mano? ―La pregunta de Logan sacó a Eva de su estupefacción. Ella no podía entender aquel inesperado viro en el comportamiento del sujeto que solo unos cuantos minutos antes se había comportado como un completo patán y que ahora estaba esgrimiendo un derroche de caballerosidad. ― ¿Su mano? ¿Para qué? ―le preguntó Eva con un gesto de incredulidad que le gobernaba de manera evidente. Ella aún se encontraba sumida en la profundidad de esos pensamientos que le habían sobrecogido durante el tiempo que duró ese viaje, desde la casa de Lily hasta el restaurante de cinco estrellas donde Logan le había invitado a cenar. ―Digamos que tengo una obsesión con el comportamiento caballeroso ―le respondió el sujeto de mirada profunda que le veía desde su sitial de dominio y prepotencia. Eva se sintió diminuta por un segundo. Ella aún estaba sentada en el asiento trasero del coche, mientras
Los secretos del lobo ― ¿Quién era esa mujer? ―preguntó Eva, apenas se sentó a la mesa con la ayuda de él ―Eso es lo de menos ―le respondió el señor Logan. ―Pero ¿Por qué me ha tratado mal? ―insistió ella. Logan se removió incómodo con un gesto incierto. ―Ya te he dicho que no es nadie importante. ―Pero yo quiero saber ―se obstinó en reafirmar Eva, quien no se percataba de lo insistente que estaba siendo con aquel asunto. Logan resopló con evidente incomodidad. El mesero acababa de retirarse de la mesa con la orden de ambos que había sido prácticamente forzada por el señor Logan. Eva miró a su acompañante y entendió que las cosas se estaban saliendo de control. ― ¿De verdad está dispuesta a sacarme de mis cabales, señorita? ―la pregunta de Logan confrontó a Eva de una manera intensa, haciendo que ella se sintiera ofendida por ello. ―Lo siento, señor, pero le recuerdo que todo esto ha sido idea suya y que si yo estoy aquí esta noche «sacándole de sus cabales» es simplemente po
Revelación― ¡¿Qué ocurrió?! ―gritó Alan una vez que llegó para socorrer a su jefe.― ¡No sé! ―Fue lo único que Eva pudo gritar en medio de su confusión y miedo.Los comensales de ese lugar exclusivo y lujoso se habían impresionado al ver como aquel sujeto grande y fuerte se había desvanecido de manera tan aparatosa, llevándose consigo la mesa que estaba servida delante de él. El estruendo captó la atención de todos los presentes.Aquella rubia que había tenido la ocasión de fastidiar a Eva cuando recién habían llegado al lugar, se acercó con las peores intenciones.― ¡Tú le hiciste algo desgraciada!… ¡Habla, di que fue lo que le hiciste! ―le reclamó la rubia sin que Eva pudiese entender en lo absoluto que era lo que estaba ocurriendo.Ella simplemente había llegado allí para recuperar lo que le pertenecía y para poder despejar sus dudas respecto a la relación del Señor Logan y sus constantes visiones; ahora, sin darse cuenta, se encontraba enfrentando una situación mucho más aparatos
Una verdad imposibleEl corazón de Eva latía con demasiada fuerza como para entender aquello como algo normal.Definitivamente, debía estar ocurriendo algo que iba más allá de su propio entendimiento, pues, se daba la ocasión donde sus acciones no estaban atendiendo al raciocinio de su cabalidad.― ¿A dónde vamos?Eva estaba completamente aterrorizada, pues estaba viendo como el coche lujoso del sujeto con el que había ido a cenar, comenzaba a perderse en las afueras de la ciudad.―Al sitio donde pueden ayudar al señor Logan ―respondió Alan.«¿No puede ser un sitio menos terrorífico?» pensó Eva.Sus propios reproches estaban a la orden del día. Ella solo podía pensar en cómo es que se había metido en una situación así. Ella lo había atribuido a esa intención de recuperar su pulsera, pero ahora que había pasado todo el tiempo de ese viaje con la cabeza del CEO sobre sus piernas, había entendido la verdad de todo.― ¿Usted siente algún tipo de atracción por el señor Logan? ―le había pre
La madre del clan― ¡Nina, el alfa te necesita!Alan se quedó estupefacto al ver como la anciana pasó por alto cualquier interés en la situación del sujeto que yacía inmóvil sobre el suelo delante de ella para irse directo a confirmar que sus ojos no le engañasen.Eva miró a Alan quien se había dado la vuelta con una mirada de contradicción en sus ojos y luego volvió a fijarse en la mujer que le sonreía a solo unos cuantos centímetros de su propio rostro―Disculpa Beta, pero esta niña es más importante que cualquier cosa.―Lo sé, Nina ―espetó Alan, quien también respondía al nombre de «Beta»―, por eso mismo la traje ante ti, pero necesitamos saber qué es lo que ocurre con el jefe.La anciana retiró la mano del rostro de Eva y se viró para dedicarle una mirada displicente a Alan.― ¿Acaso no es obvio? ―le preguntó la anciana llamada Nina.― ¿A qué se refiere, Nina?―El amuleto de sangre está reaccionando ante la exposición de la fuerza de su luna ―Nina señaló a Logan, quien aún permane
Una larga noche.Las sombras se movían azarosas contra la luz de la luna que brillaba sobre ella en medio de aquel bosque.Sus pies estaban descalzos, atrás habían quedado los tacones.Eva sabia que estaba en un lugar que le parecía conocido, pero solo entonces comenzó a darse cuenta de que lo conocía desde hacía mucho tiempo.Las siluetas de los árboles y los contornos de las montañas lejanas, Incluso la forma en como la luna incidía sobre el color de su propia piel, le hacía saber que estaba de vuelta en el lugar que siempre había visitado, pero ahora, a diferencia de siempre, faltaba un elemento fundamental: Él no estaba cerca.Eva comenzó a caminar con un dejo de melancolía atravesándole el alma.―Soy yo, Eva, vine a buscarte―le dijo casi por instinto.Ella no sabía lo que hacía, pero estaba dispuesta a intentarlo todo solo para poder salir de todas las dudas que le aprisionaban el alma de esa manera tan indescriptible. Eva sabía que las palabras de aquella anciana eran ciertas: E
Inesperada respuesta―¡Salvándole la vida! ―espetó Eva con la rabia, haciéndole fluir la sangre por todo el cuerpo como en una descarga de adrenalina incontenible—. Eso es lo que estaba haciendo. Logan escuchó la explicación de aquella joven hermosa que rápidamente había cubierto su desnudes con una sábana para evitar quedar expuesta ante él.La tensión entre ambos era extremadamente extenuante.No había forma de evadir la terrible realidad que ellos dos estaban viviendo: Ella por no saber lo que estaba ocurriendo y él por descubrir que su peor pesadilla se había vuelto realidad.―¡Maldición! ―exclamó Logan al darse cuenta de que sus ojos no dejaban de mirar a la chica que ahora estaba a punto de sollozar.La idea de haber estado en la cama, desnudo, durante toda la noche, con esa chica que le hacía sentir esa explosión de emociones y sentimientos contradictorios, era algo completamente irritante.Logan sentía una atracción sobrenatural por esa chica de mirada esquiva y rostro angeli