CAPÍTULO 82: CONDICIONESEl taxi avanza lentamente por las calles, y mi corazón late con fuerza mientras contemplo las luces de la ciudad a través de la ventana. Daniel está sentado a mi lado, mirando por la ventana con ojos soñolientos. Al otro lado, Hyun-Soo observa en silencio, su expresión es serena, pero concentrada. Finalmente, rompo el silencio, mis palabras salen temblorosas, estoy más nerviosa de lo que pensaba.—Hyun-Soo, antes de llegar al aeropuerto, necesito hablar contigo sobre algunas cosas —susurro.Él se gira hacia mí, asintiendo para que continúe.—Si vamos a intentar esto... —tomo aire, buscando las palabras correctas—. Necesito algunas garantías.Hyun-Soo me mira con una mezcla de curiosidad y seriedad. No puedo creer que una parte de mí desee darle una oportunidad a esto. Tal vez mi madre tiene razón, solo estoy alimentando una ilusión que terminará pronto, pero necesito algo a lo que aferrarme. Asiento, y sigo adelante.—Primero, quiero vivir en una casa separada
CAPÍTULO 83: DIFERENTELlegamos a la comisaría, y me llevan a una sala de interrogatorios. Me siento en la silla, tratando de mantener la calma mientras los oficiales preparan los papeles.—Señora Fernández, tenemos que seguir el protocolo —dice uno de ellos, tratando de sonar comprensivo—. Si la denuncia se retira, podrá irse, pero hasta entonces...Asiento, incapaz de hablar. Las horas que siguen son un borrón de preguntas y respuestas, esperando que alguien llegue con una solución. Todo lo que puedo hacer es aferrarme a la esperanza de que Hyun-Soo logre convencer a su madre y que esto termine pronto.Sigo repitiendo la verdad, esperando que alguien crea mi versión de los hechos. La situación se torna surrealista cuando los oficiales están por llevarme a la celda y de pronto la puerta de la sala de interrogatorios se abre abruptamente y veo a Hyun-Soo entrar, seguido por su madre. Mi corazón se acelera al ver la furia en los ojos de la señora.—Quítala ahora mismo —ordena Hyun-Soo
CAPÍTULO 84: NO SERÁ TAN FÁCILDespués de un día lleno de caos y tensión, finalmente nos terminamos de instalar en la nueva casa. Es un lugar acogedor, alejado de la influencia de la madre de Hyun-Soo y del bullicio de la ciudad. La casa es luminosa y espaciosa, con un jardín en la parte trasera donde Daniel puede jugar libremente. La mudanza en sí misma es agotadora, pero el cambio de ambiente me da la sensación de paz que me hacía tanta falta. Esa noche, después de que Hyun-Soo regresa del hospital, dejamos a Daniel al cuidado de la niñera. Él sugiere que salgamos a comer para relajarnos un poco y tratar de conversar sobre lo que quedó sin resolver esta mañana. —¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —pregunto.—¿Por qué no lo estaría Elena? Vamos, tenemos muchas cosas de qué hablar y no creo que Daniel deba escucharlas. Asiento y voy corriendo a mi habitación a prepararme para verme bien. Hyun-Soo es muy atento y caballeroso conmigo, no decimos nada más que miradas intensas y
CAPÍTULO 85: CONFESIONES EN EL PARQUEMe detengo y lo miro, confundida.—¿Cómo dices?—Ese día de la boda, cuando recibiste la llamada y escuchaste esas cosas horribles… yo nunca hice esa llamada. No era yo.Siento un nudo en el estómago. Saco mi teléfono y busco el número desde el cual recibí la llamada. Se lo muestro a Hyun-Soo.—Este es el número del que recibí la llamada, ¿es tuyo? Hyun-Soo toma el teléfono y examina el número. Niega con la cabeza.—No, este no es mi número.—Hagamos una prueba —dice. Marca el número y esperamos. Después de un par de tonos, alguien contesta.—¿Hola? —La voz es inconfundible. Es Min-Ji.Hyun-Soo y yo nos miramos, sorprendidos y furiosos al mismo tiempo. Ambos colgamos de inmediato. Me siento mareada y necesito sentarme. Hyun-Soo me guía hasta un banco cercano y me sostiene mientras trato de asimilar lo que acaba de pasar.—Lo siento tanto, Hyun-Soo —digo, con lágrimas en los ojos—. Lo siento por haber creído que tú dirías esas cosas, pero es que…
CAPÍTULO 86: ESCÁNDALO PÚBLICOEl amanecer en nuestra nueva casa debería ser tranquilo, pero hoy todo es distinto. La paz de la mañana se rompe con el sonido estridente del teléfono. Hyun-Soo responde y lo veo palidecer, su mirada se endurece mientras escucha atentamente.—¿Qué pasa? —pregunto, sentándome a su lado en la cama, e intentando controlar mi voz llena de preocupación.Hyun-Soo cuelga y me mira con una expresión sombría.—Hay un artículo en la prensa. Están diciendo que mi gestión en el hospital está fallando debido a nuestra relación.Mi corazón se hunde. Sabía que las cosas estaban tensas, pero no esperaba que la situación llegara a esto.—¿Qué dice exactamente?Hyun-Soo me entrega su teléfono, donde el titular del artículo brilla en la pantalla: "El Romance del Director con una Extranjera Hundiendo al Hospital Han". Mis ojos recorren el texto, cada palabra parece una estocada."Fuentes anónimas dentro del Hospital General de Seúl han revelado que la relación del director
CAPÍTULO 87: EL DEMONIO REVELA SU LADO MÁS VULNERABLENos despedimos con un abrazo, y cuando vuelvo a casa, Hyun-Soo ya está allí, su rostro muestra los signos de un día largo y estresante.—¿Cómo te fue? —pregunto, tratando de mantener el tono ligero.—Ha sido un día difícil, pero he hecho algunos progresos. La junta del hospital está dividida, pero algunos miembros aún me apoyan.Nos sentamos juntos en el sofá, con Daniel jugando en el suelo cerca de nosotros. Hyun-Soo me toma la mano. Aunque nuestra relación sigue siendo complicada, estos días viviendo juntos me han hecho verlo de una manera diferente. Todavía no estoy segura de nada entre los dos, en especial ahora que todo esto está pasando. No puedo dejar de sentir que por mi culpa su carrera se arruinará.*Los días siguientes son una lucha constante contra la presión mediática y el juicio público. Cada vez que salgo de casa, siento las miradas y escucho los comentarios venenosos. Las noticias continúan explotando el escándalo,
CAPÍTULO 88: AMENAZA DIRECTAEl aire fresco de la mañana no logra calmar mis nervios mientras camino hacia el hospital, con una bufanda cubriéndome parcialmente el rostro y un sombrero que oculta mi cabello. A pesar de todo, sé que corro el riesgo de ser reconocida, pero Hyun-Soo ha olvidado un documento importante en casa, y no puedo dejar que enfrente otra crisis por mi culpa.Cuando llego al hospital, las miradas furtivas y los murmullos apenas son disimulados. Mantengo la cabeza baja y me dirijo rápidamente hacia el despacho de Hyun-Soo. Justo cuando estoy a punto de entrar, escucho voces provenientes de su oficina. Me detengo en seco, reconociendo una de las voces como la de Tae-Young.—Estás cometiendo un grave error, Hyun-Soo —dice Tae-Young con tono amenazante—. Si no accedes a la fusión de nuestros hospitales, destruiré tu reputación y la de Elena. No te dejaré otra opción.—No puedes intimidarme, Tae-Young —responde Hyun-Soo con voz firme y decidida—. No me interesa fusionar
CAPÍTULO 89: PATINAJE EN FAMILIAHyun-Soo suspira y me toma de la mano, guiándome hacia el sofá en su oficina. Nos sentamos, y él me mira con tristeza en los ojos. Una emoción que no le había visto antes.—No dejaré que nos destruya, Elena. Encontraremos una manera de enfrentarlo juntos.Quiero creerle, quiero sentirme segura, pero las amenazas de Tae-Young pesa sobre mí. Las palabras de Hyun-Soo son lo que siempre he querido oír, pero no pueden disipar el miedo que siento en este momento.—¿Cómo podemos detenerlo? —pregunto, mi voz es apenas un susurro.—No lo sé, no tengo idea de cómo hacerlo. Sé que parece que siempre sé cómo resolver las cosas, pero esta vez…Tomo su mano.—No necesitas hacerlo solo, ya no tenemos que estar solos. Ahora estamos juntos.Hyun-Soo levanta la mirada y me sonríe. Acerca su rostro al mío y me besa con dulzura. Mi corazón se acelera mientras cierro los ojos y me dejo llevar por la emoción que estoy sintiendo en este momento. Antes sus besos eran posesivo