CAPÍTULO 76: ME MUDO CONTIGOHyun-Soo está ahí, con toda la calma del mundo, cocinando como si fuera lo más normal del mundo, como si lo habitual fuese esta convivencia extraña que al mismo tiempo se siente cálida y… bien. —¿Qué estás haciendo? —Vuelvo a preguntar con la intención de que me revele sus verdaderas intenciones. —Estoy cocinando bulgogi —responde con una tranquilidad que me exaspera.Eso no era lo que yo quería saber. —No deberías estar aquí, ¿acaso no tienes una esposa y un hospital que te esperan en Corea? —le digo, cruzando los brazos sobre mi pecho, intentando mantenerme firme.Pero él me ignora y continúa sirviendo dos platos en la mesa, haciéndome un gesto para que me siente.—Tienes que comer para recuperarte y estar fuerte durante el embarazo. Apenas tienes siete semanas y estás en un momento riesgoso —me dice con ese tono autoritario, pero preocupado.Suspiro. Acepto sentarme a comer, aunque con cautela. No puedo negar que el hambre me está pasando factura y,
CAPÍTULO 77: NO ES TAN MALA COMPAÑÍAMe despierto con el sol de la mañana filtrándose suavemente por las cortinas, el aroma de algo delicioso se cuela por la puerta. Abro los ojos y veo a Hyun-Soo entrando con una bandeja de desayuno. No puedo creer que sea el mismo hombre que me ha estado atormentando todos estos días. Me ofrece una sonrisa cálida mientras coloca la bandeja sobre mis piernas.—Buenos días —dice con suavidad—. Te traje desayuno. Necesitas comer y alistarte para ir al médico. Tienes que hacerte un chequeo para ver cómo va el bebé.Asiento, aún un poco en shock. No estoy acostumbrada a este lado de él, tan atento y cuidadoso. Empiezo a comer rápidamente, disfrutando del desayuno. Sabe increíble, como todo lo que cocina Hyun-Soo.—Gracias por esto —digo entre bocado y bocado, aunque mi mente sigue tratando de entender su comportamiento—. No tenías que hacerlo.—Sí, tenía que hacerlo —responde con firmeza—. Necesitas cuidarte, Elena.Termino de comer y me levanto para cam
CAPÍTULO 78: ESTÁS OLVIDANDO LO IMPORTANTE—¿Eh? ¿Por qué me preguntas eso de repente? —Sabes muy bien por qué, Elena. Tomo un suspiro pesado, sabía que su amabilidad reciente no podía ser porque se volvió altruista de pronto. Todo ha sido una estrategia suya para suavizarme y, así, seguramente creyó que yo cedería y le daría a Daniel en bandeja de plata. —No voy a decirte dónde está, y si piensas que podrás llevártelo estás muy equivocado —respondo cruzándome de brazos.Hyun-Soo exhala el mismo suspiro pesado que yo, me abre la puerta del auto sin decir nada para que me suba. Le miro con desconfianza, cada vez que bajo la guardia él termina apuñalándome por la espalda. Aun así, no le digo nada. Nos subimos al auto y el silencio entre nosotros es denso. La pregunta de Hyun-Soo sobre Daniel me atormenta, mi cuerpo se tensa con cada kilómetro que recorremos. Miro de reojo su perfil, tratando de leer sus pensamientos, pero su rostro permanece inescrutable. Su silencio solo aumenta mi
CAPÍTULO 79: EL CUMPLEAÑOS—Hola, mamá —digo, intentando sonar casual mientras me acomodo en el sofá.—Elena, ¿cómo estás? —responde mi madre, su tono lleno de preocupación habitual.—Bien, bien —le digo, respirando hondo—. Escucha, mañana es el cumpleaños de Daniel y me gustaría que tú y tía Cata vinieran de nuevo a la casa.Hay una pausa en la línea antes de que mi madre hable de nuevo.—No estoy muy segura, Elena. ¿Qué ha pasado con Hyun-Soo?Suspiro, sabiendo que la pregunta era inevitable.—No te preocupes, mamá. Todo está mejor ahora. Además, no puedo dejar a Daniel en lo de tía Cata en su cumpleaños, ¿cómo está él?—Está dormido y anduvo bien triste todos estos días, ni siquiera lo animó ir a ordeñar a las vacas.—¿En serio? —pregunto con tristeza. ¿Qué le estoy haciendo a mi niño? —Sí, pero seguro que se pone muy feliz si volvemos para su cumpleaños. Compraré los pasajes entonces. —Está bien, mamá. Nos veremos mañana —respondo sintiéndome un poco más relajada.Al día siguien
CAPÍTULO 80: MI MADRE SE ENTERA DE LA VERDADMis ojos se cierran por instinto y mis labios se entreabren ligeramente en respuesta. Puedo sentir la tensión eléctrica en el aire, cada fibra de mi ser se siente atraída hacia él, deseando más. El calor de su cuerpo se mezcla con el mío, creando una sensación de anhelo y deseo que no puedo ignorar.Sus manos se deslizan suavemente por mis brazos, subiendo hasta mis hombros, luego hasta mi cuello, donde sus dedos trazan un camino delicado y ardiente. Cada caricia, cada roce de su piel contra la mía enciende un fuego dentro de mí que he querido ahogar desde hace mucho tiempo.Mi respiración se vuelve errática, y sé que él lo nota. Hyun-Soo me mira con una mezcla de ternura y pasión, sus ojos oscuros reflejan el deseo que ambos sentimos. La tensión entre nosotros es casi insoportable, un tira y afloja de emociones que nos tiene al borde del abismo.—Elena —murmura, su voz vibra con una intensidad que hace que mi corazón se acelere aún más—, n
CAPÍTULO 81: DECISIONES CRUCIALESDespierto al día siguiente con una sensación de vacío en el estómago. Las palabras de mi madre todavía resuenan en mi cabeza, y sé que no puedo quedarme aquí más tiempo. Tomo una decisión rápida y definitiva: tengo que irme.—Daniel, cariño, vamos a salir temprano hoy —digo mientras lo ayudo a vestirse.—¿Adónde vamos, mamá? —pregunta con sus grandes ojos llenos de curiosidad.—Vamos a… un lugar diferente. Empaca algunas de tus cosas, ¿de acuerdo? —le respondo, tratando de mantener la voz tranquila.Mientras él recoge sus juguetes favoritos, yo empaco nuestras cosas rápidamente, sin dejar de sentirme con un nudo en el estómago. Bajamos las escaleras con las maletas y al salir del edificio, me encuentro cara a cara con Hyun-Soo.—Elena, ¿qué está pasando? —pregunta, notando de inmediato mi expresión preocupada y la maleta en mi mano.—No puedo quedarme aquí más tiempo —le digo entretanto mi voz se quiebra—. Mi mamá ya sabe del embarazo y… me echó de la
CAPÍTULO 82: CONDICIONESEl taxi avanza lentamente por las calles, y mi corazón late con fuerza mientras contemplo las luces de la ciudad a través de la ventana. Daniel está sentado a mi lado, mirando por la ventana con ojos soñolientos. Al otro lado, Hyun-Soo observa en silencio, su expresión es serena, pero concentrada. Finalmente, rompo el silencio, mis palabras salen temblorosas, estoy más nerviosa de lo que pensaba.—Hyun-Soo, antes de llegar al aeropuerto, necesito hablar contigo sobre algunas cosas —susurro.Él se gira hacia mí, asintiendo para que continúe.—Si vamos a intentar esto... —tomo aire, buscando las palabras correctas—. Necesito algunas garantías.Hyun-Soo me mira con una mezcla de curiosidad y seriedad. No puedo creer que una parte de mí desee darle una oportunidad a esto. Tal vez mi madre tiene razón, solo estoy alimentando una ilusión que terminará pronto, pero necesito algo a lo que aferrarme. Asiento, y sigo adelante.—Primero, quiero vivir en una casa separada
CAPÍTULO 83: DIFERENTELlegamos a la comisaría, y me llevan a una sala de interrogatorios. Me siento en la silla, tratando de mantener la calma mientras los oficiales preparan los papeles.—Señora Fernández, tenemos que seguir el protocolo —dice uno de ellos, tratando de sonar comprensivo—. Si la denuncia se retira, podrá irse, pero hasta entonces...Asiento, incapaz de hablar. Las horas que siguen son un borrón de preguntas y respuestas, esperando que alguien llegue con una solución. Todo lo que puedo hacer es aferrarme a la esperanza de que Hyun-Soo logre convencer a su madre y que esto termine pronto.Sigo repitiendo la verdad, esperando que alguien crea mi versión de los hechos. La situación se torna surrealista cuando los oficiales están por llevarme a la celda y de pronto la puerta de la sala de interrogatorios se abre abruptamente y veo a Hyun-Soo entrar, seguido por su madre. Mi corazón se acelera al ver la furia en los ojos de la señora.—Quítala ahora mismo —ordena Hyun-Soo