Bibimbap, es un tipo de comida popular coreana. Este plato consiste en un bol de arroz cubierto con una variedad de ingredientes, como vegetales salteados, carne (a menudo ternera), un huevo frito o crudo, y gochujang (pasta de chile rojo). El Sikhye es una bebida tradicional dulce hecha de arroz fermentado y malta de cebada. Es refrescante y a menudo se sirve fría.
CAPÍTULO 17: ÉL ME AGRADADanielEstoy en casa con Eun-Ji. Ella es muy amable y siempre juega conmigo, pero echo de menos a mamá. Quisiera pasar más tiempo con ella, pero siempre está tan ocupada en el hospital. Pensé que al venir aquí sería diferente, pero otra vez está fuera casi siempre como cuando vivíamos con la abuela. Mamá me dijo que es por algo muy importante, pero no sé qué tan importante puede ser para que no esté aquí conmigo.Hoy, Eun-Ji me llevará al parque, me ha estado enseñando a hablar coreano y me gusta. Ya sé decir “hola, adiós, gracias y por favor”, también sé decir “¿cómo estás?” y Eun-Ji me está enseñando los números y las letras, pero es complicado recordarlo todo.Igual, es divertido, y yo le enseño a ella a hablar como mamá. Me agrada porque es como una hermana mayor, de hecho me dijo que le dijera noona*, que significa algo así como una hermana mayor.—¿Ya estás listo, pequeño Daniel? —me pregunta.—¡Sí!Veo a mi noona sacar su celular, espera un momento y lu
CAPÍTULO 18: CONFRONTACIÓNA la mañana siguiente, vuelvo al hospital y Hyun-Soo me llama a su oficina. Estoy nerviosa, no sé qué esperar. Entro y lo encuentro mirando por la ventana.—Buenos días, doctor Han —saludo.—Buenos días, Elena.—Gracias por dejarme salir temprano ayer. Mi hijo la pasó muy bien.—Tu hijo es un buen niño, me recuerda a alguien de hace mucho tiempo —responde pensativo, casi nostálgico.Este es un lado de Hyun-Soo que no había visto, me parece extraño, pero antes de que pueda pensar más, su expresión cambia a la usual frialdad.—De todos modos sigues debiéndome mucho. La falta de ayer te costará un fin de semana —dice, y el momento donde parecía ser un humano normal se desvanece.—¿Qué? No conforme con que le pides a mi hijo que guarde secretos, ¿vas a castigarme con un fin de semana teniendo que soportarte? —exploto sin pensar en mis palabras.Él parece ponerse tenso por un momento, pero se recompone al instante.—¿Qué has dicho? ¿Quién te crees que eres?—¿Aca
CAPÍTULO 19: BAJO PRESIÓNLágrimas de rabia se deslizan por mis mejillas. No puedo creerlo, Hyun-Soo es mucho peor de lo que me había imaginado. ¿Quién se cree que es? Limpio mis ojos mientras dejo que el viento helado del techo haga bailar mi vestido y mi cabello de un lado a otro. Hacía mucho tiempo que no subía a la azotea del hospital. Estar aquí me ayuda a calmar mis pensamientos.—¿Elena? ¿Qué haces aquí?Yoon-Ah aparece de la nada, aunque no es extraño que esté aquí. Solíamos subir juntas a tomar un café o conversar para escaparnos del estrés de allá abajo. Suspiro y volteo para verla, pero me temo que mis ojos hinchados me delatan porque se sorprende.—¿Estabas llorando? ¿Qué pasó?—Nada —respondo desviando la mirada.—No me mientas. Somos amigas, puedes confiar en mí —insiste. —Es él… es Hyun-Soo. Me dan ganas de retorcerle el pescuezo —digo haciendo un gesto con mis manos.Ella se echa a reír. —El doctor Han puede ser bastante estricto. En los cinco años que lleva liderand
CAPÍTULO 20: ÉL LO SABE TODORara vez me pongo nerviosa por un hombre que se acerque a mí de esa manera, pero el doctor Lee tiene un aura encantadora que me hace balbucear y no saber qué decir. Es mucho más directo de lo que esperaba.—Ah… me llamo Elena Fernández —respondo. Él ladea la cabeza con curiosidad.—Es español, ¿no es así? ¿De qué país? —España.—Oh, hermoso país, lo visité hace algunos años. —¿En serio? Sin darme cuenta, me inclino también hacia él, hasta me olvido de que Yoon-Ah sigue ahí. —Sí, quedé muy impresionado con su gente y la comida. Es muy diferente. —Lo es. ¿Qué fue lo que más te gustó? —pregunto, realmente interesada.—La paella valenciana, sin duda. Y el flamenco, tiene una energía única.Me río, encantada por su entusiasmo.—Me alegra que hayas disfrutado de mi país.—Definitivamente. Espero volver algún día. —Su mirada es cálida, y siento que podría seguir hablando con él por horas.Yoon-Ah carraspea ligeramente, recordándome que no estamos solos.—Bue
CAPÍTULO 21: TENSIONES OCULTASDespués de la devastadora confrontación en el coche, paso el siguiente día esquivando a Hyun-Soo con todas mis fuerzas. Mi mente sigue reviviendo cada palabra cruel que me dijo, y cada vez que lo veo, siento un nudo en el estómago. Sin embargo, no puedo ignorarlo para siempre. La vida continúa, y con ella, las responsabilidades.Recibo una invitación para una cena formal en el hospital, un evento donde todos los médicos y personal de alto rango estarán presentes. No tengo con quién dejar a Daniel esta noche, así que decido llevarlo conmigo, sabiendo que otros médicos también traerán a sus hijos.La cena se celebra en un elegante salón de eventos, con mesas decoradas con flores frescas y luces suaves que crean una atmósfera sofisticada. Daniel se aferra a mi mano mientras entramos, sus ojos grandes y curiosos miran todo a su alrededor.—Mamá, ¿habrá otros niños aquí? —pregunta, con un tono de esperanza en su voz.—Sí, cariño. Habrá otros niños. Diviértete
CAPÍTULO 22: SECRETOS QUE NO QUIERO REVELARLa mañana en el hospital es como cualquier otra, pero siento una creciente ansiedad en el fondo de mi mente. Sé que inevitablemente tendré que enfrentarme a Hyun-Soo otra vez, y la idea me consume. Trato de concentrarme en mi trabajo, pero mi mente sigue divagando. Finalmente, llega el momento que he estado temiendo.Hyun-Soo me encuentra en uno de los pasillos y sin decir una palabra, me indica que lo siga hasta su oficina. Su rostro es una máscara de frialdad. Entro detrás de él, mi corazón late con fuerza. Cierra la puerta con un golpe seco y se gira hacia mí con sus ojos fijos en los míos.—Elena, ya no puedo esperar más. Debes decirle a Daniel la verdad —comienza con un tono implacable.—Hyun-Soo, necesito más tiempo —respondo, tratando de mantener la calma.—No hay más tiempo —replica, acercándose a mí con pasos decididos—. No puedes seguir escapando de esta situación. Daniel merece saber quién es su padre, y yo merezco ser parte de su
CAPÍTULO 23: ¡ES ÉL!DanielEstoy jugando en el jardín, corriendo tras una mariposa. Mamá me ha dejado salir un rato, pero se ve seria y algo preocupada. Me detengo y me acerco a ella, curioso.—Daniel, necesito hablar contigo sobre algo muy importante —me dice con voz suave.—¿Es sobre mi papá? —pregunto—, es el doctor Han, ¿verdad?Mi madre me mira con los ojos muy abiertos, realmente sorprendida, pero no dice nada. Suspira, me toma de la mano y me lleva al césped, donde nos sentamos. Puedo ver que está nerviosa, y eso me pone un poco inquieto.—Eres un niño muy intuitivo, ¿no es así? —empieza—. Sí, voy a hablarte sobre tu papá. —Siento un vuelco en el estómago. Nunca hablamos de mi papá, pero me alegra que por fin vaya a decirme la verdad.—¿Me dirás quién es? —pregunto, mirándola con ojos grandes.—Sí, cariño. Tu papá… es el doctor Han Hyun-Soo —dice.Me quedo en silencio, procesando sus palabras. Yo lo sabía. Una enorme sonrisa se ensancha en mi rostro.—¿El doctor Hyun-Soo es mi
CAPÍTULO 24: UN NUEVO ENEMIGOEstoy sentada en la oficina de Hyun-Soo, mis ojos están llenos de lágrimas mientras él se lleva a Daniel. Ahora que ambos saben la verdad, sé que mi vida ha cambiado para siempre. El miedo me invade, el miedo de que él pueda quitarme a mi hijo. No puedo permitir que eso pase. Debo ser más cuidadosa que nunca con lo que hago.Respiro profundamente, tratando de calmarme, y me dispongo a salir de la oficina. Justo cuando abro la puerta, me topo con Min-Ji. Su expresión altiva y despectiva me golpea como un muro de hielo.—Vaya, Elena. Qué sorpresa verte aquí —dice con evidente sarcasmo.—Park Min-Ji —respondo, intentando mantener la calma.—¿Sabes que Hyun-Soo y yo estamos comprometidos? Nos vamos a casar pronto, así que sería mejor que no intentes nada con él. No quiero que pienses que puedes conseguir una residencia aquí metiéndote en su vida personal —dice con una sonrisa fría.Su comentario me enfurece, pero trato de mantener la compostura.—No estoy int