Peinaba su larga y rubia cabellera casi castaña agarrándola en una cola alta, se colocaba el único vestido decente que tenía, que no la hacia lucir como una monja pero tampoco, revelaba su cuerpo a la vista de todos, se había puesto colorete, sombras y delineador sobre los ojos, luciendo demasiado diferente a lo habitual, también, se había puesto un poco de perfume costoso, mirándose al espejo, se rio consigo misma, realmente se veía demasiado diferente, como si fuese otra persona, sin embargo, estaba acorde al lugar a donde iría a cenar, nada mas y nada menos que el restaurante mas caro en toda la ciudad, él Le Meurice Alain Ducasse, donde la distinción y la elegancia formaban parte del costoso menú, esperaba que su atuendo para la noche fuese suficiente para no dejar en ridículo a su amable anfitrión, el Ceo Eros Dagger, con quien había tenido un encuentro totalmente inesperado y accidental, aun no lograba entender si aquello era tener suerte privilegiada, el conocer a hombres tan