Mientras avanzaban al aeropuerto, trato de relajarse, pero qquería levantarse, caminar, moverse. Cuando ella se ponía tensa siempre salía a correr, uno, dos, cinco kilómetros, pero al hacerlo había sido herida.
Era buena atleta y se mantenía en buena forma. En su barrio siempre la miraban con sorna. Le decían que se sentía más que los demás pero que ella era simplemente la hija de una empleada doméstica. Por eso se había matado estudiando, para llevarse a su mamacita lejos de ese pueblo de víboras. Ale sabía lo que era dormirse con hambre, sabía lo que significaba cenar sola, de niña les creía a sus papás cuando le decían que habían cenado antes.
Luego entendió que ellos simplemente habían escogido no hacerlo. Una de las veces que más permanecía en su mente era el día que un perrito al que habían dado refugio saltó sobre ella y jugando le quitó un trozo de carne, recordaba haber llorado diciendo: Mi deliciosa comida…mi carnita.
Aquella vez su mamá había llorado con ella. Pero para Ale su mamá era mágica, porque media hora después comía carne. Tenía 5 años ¿y qué niña a esa edad se pone a pensar, en como su mamacita había conseguido más carne? Años después supo que había ido a pedirle comida a su vecina. Cuando pensaba en lo humillada que debió sentirse se le hacía un nudo en el estómago. Por eso dejar el país, le afectaba. Pero era peor pensar que si no lo hacía acabaría muerta. Su mamá se había sacrificado por ella, Ale debía hacer lo mismo.
—Tranquila Ale.
La voz de su dueño la trajo de nuevo al presente. Giuseppe sostenía un pañuelo y se lo estaba ofreciendo.
No había sido consciente de que lloraba.
Entraron al avión y mientras Giuseppe arreglaba algunas cosas se levantó para ir al baño y se tambaleo un poco. Aquel era su primer viaje en avión. Entró al baño y empezó a vomitar, tiró de la cadena y se enjuagó la boca. Entonces solo entonces se miró en el espejo, y la mujer que le devolvió la mirada no era ella. No lo parecía.
Tenía los ojos inflamados, las mejillas pálidas, realmente pálidas. Se sentó en el suelo y empezó a balancearse de adelante hacia atrás. Escuchó a la aeromoza llamándola, pero no podía moverse, no le salía la voz. Se acurrucó en el suelo y cubrió sus oídos mientras en su mente tarareaba alguna tonada. Segundos después él estaba fuera.
¡Por supuesto que lo haría! Y sonaba desesperado.
¿Pensaba que se cortaría las venas con el rollo de papel higiénico? ¿Qué saltaría del avión por la diminuta ventana que estaba totalmente sellada?
—Abre la puerta, Cara.
—Déjame sola. Estoy en el sanitario por Dios.
—Cinco minutos, cara. Después tumbaré la puerta.
¡Cinco minutos, cara! ¡Cinco minutos, cara! ¡Cinco minutos, cara!
¡Maldita suerte! ¿Debía sonar así de sexi? ¿Tan carente de un orgasmo estaba que se ponía a mil con la voz de ese italiano? Era virgen, pero jugaba ella sola. No era la versión femenina de un Eunuco. Era una mujer joven, sana…. ¿A quién engañaba? Era una virgen patética que se tenía que dar sus gustos ella sola. Ningún hombre había mostrado interés del tipo sexual en ella. Y ahí tenía un hombre ¡Y qué hombre! Interesado en darle bongo bongo.
Las tripas sonaron en aquel momento. Así que salió con calma. Giuseppe la miraba con preocupación.
—Tengo hambre.
—Vamos a que comas algo.
—Gracias.
Mientras esperaba la comida cerraba sus puños con fuerza, Giuseppe le sujetó las manos y frunció el ceño al sentirlas tan frías.
—Tranquila Ale.
—No puedo evitarlo.
Las lágrimas seguían cayendo y Giuseppe se sentía impotente, el mal humor tomó control y causó el inicio de lo que serían días de pesadilla.
—Ale, no puedes andar llorando todo el día.
—Descuida Giuseppe, no te avergonzaré frente a tus amigos.
—Esa idea no se me pasó por la cabeza y si hicieras algo dentro de lo que consideras que puede avergonzarme, mis amigos lo verán solo como una excentricidad.
—Pues vaya amigos que tienes. ¿Tienes amigos de verdad?
—Ellos son mis amigos de verdad.
—No, son solo lamebotas.
—No tienes idea de lo que estás diciendo. Tus amigos pobres no son mejores que mis amigos ricos.
—Al contrario, al menos sé que estaban conmigo porque me querían.
—Alejandra, deja de decir idioteces.
—Así que así será nuestro matrimonio. Alejandra callada todo el tiempo, soy tan solo una adquisición.
—Pues sí. Te dije la verdad, si estás a mi lado por las buenas, serás feliz.
—Lo mismo daría una muñeca inflable…aunque pensándolo bien, sería mucho mejor que yo. Porque con una de esas tendrías sexo cada que quieras.
—Ale. No pienses por un segundo que no nos acostaremos.
—Será violación.
—Será una relación física entre marido y mujer. Déjate de idioteces que tus papás acabarán pagando.
—Soy un objeto, podrías buscarte un jarrón.
—No es tan mala idea, los jarrones no hablan.
—Espero que un día, te veas en una situación que no puedas controlar. Donde te someten, dobleguen y obliguen a hacer algo que no quieras.
—Soy el heredero de la familia Conti. Soy invencible.
—Lo que digas, Giuseppe. Lo que digas.
—Termina de explicarme eso de los amigos.
—¿Por qué he de hacerlo? Soy una pobre hija de una empleada, no se nada de tu mundo ni de tus amigos adinerados.
—Dime.
—No tienes amigos reales, porque un amigo es el que te dice que algo está o no está bien, si tus amigos sin importar lo que hagas lo aprueban, están tras tu dinero. Y no me importa si te molestas.
— ¿Qué te pasa? No eras tan agresiva allá en México.
—Ya te lo dije una vez, compraste esposa sin fijarte si te iba a gustar su temperamento.
—No estoy para juegos, te quedarás tranquila, ya regreso.
Veinte minutos después, se levantó con cuidado de no apoyar el pie y avanzó al baño, escucho los gemidos de Giuseppe y los de otra mujer. Así que se quedó ahí, no le haría una escena, solo quería que se supiese descubierto.
Y cuando la puerta se abrió lo escuchó.
—Ni una palabra a mi mujer.
Y la cara de ambos al verla, eso valió todo, compensó esa sensación de que su corazón se rompía en pedazos.
—Cara…
—Me alegra que acabaran, necesito el baño.
Giuseppe no le dijo nada y la esperó para ayudarla a regresar. Cuando la vio llorar mientras miraba por la ventana esperó que ella ya empezara a sentir algo por él, que aquello fuesen celos.
—No estés mal, fue un desliz.
—¿Y si hubiese sido yo? No porque pienso hacerlo, pero me dijiste que sería un matrimonio lleno de fidelidad, sigue así y te dejaré y si es dentro de una caja, me da igual.
—Tus lágrimas y tus palabras, ¿estás celosa?
—No, solo estoy cansada. Han sido días infernales y empezaba a confiar en ti, ahora s´´e que todo eso de la fidelidad es solo para mí, tendré un esposo que se acuesta con otras y no es algo fácil de manejar.
—Ale, ¿cómo te enteraste de lo de mis perros?
—El tipo que me secuestró dijo que, si me atrevía a escapar, tus perros me comerían.
— ¿Y aun sabiendo eso, te saliste por la ventana?
Giuseppe sonaba incrédulo y Ale le miró con extrañeza. Había algo en la voz de él que le dejaba claro que no le creía.
—Sí, pensé que si iba a morir prefería siendo comida y no después de ser violada.
—De mis perros no sabe nadie en América y los que los han visto no cuentan el cuento. ¿Acaso me has espiado durante algún tiempo?
— ¿Qué si te he espiado?
—Alguien de dentro de mi familia te ha mandado. Dime la verdad.
—Antes de seguir ofendiéndome, pregúntale al tipo que me secuestró.
—Lo haré y si no me dices la verdad, te mataré.
—No me importa y casi deseo que te lo niegue. Hablaste de amor y confianza y a la primera empiezas a pensar mal. Dejo mi país, a mis padres y soy llevada quiera o no a Estados Unidos, perdona si no hago una fiesta.
El resto del vuelo fue en total silencio. Alejandra rechazaba la comida o las bebidas. Giuseppe no trataba de insistir, estaba seguro de que ella no era quien decía. Quizás la cantidad de personas que le habían traicionado eran las responsables de que fuese desconfiado, y en algunas horas, acabaría arrepintiéndose de los sucesos que vinieron después de llegar a Estados Unidos.
Una vez en tierra, Giuseppe la miró con enfado.
—Te quedarás ahí quieta mientras llega el auto que te llevará al apartamento donde ponemos a los que están bajo investigación.
—Me da igual. No creas que cuando se confirme todo te perdonaré.
—Las condiciones no cambian, estas cosas son parte de un proceso normal. Si eres inocente volverás a mí, recuerda que la vida de tus padres depende de ello.
—Te odio.
—No trates de huir, ni de pedir ayuda. Cuando tenga los resultados de la investigación iré a verte. Te atenderán bien.
Cuando el auto que la llevaría a esa casa estaba por llegar, un tercer auto se enrumbó hacia ellos. Alejandra vio el pánico en el rostro de Giuseppe, lo escuchó gritar su nombre, pero fue inútil. Dos hombres armados salieron del auto y tras un intercambio de disparos, lograron llevársela.
¿Le iría peor que con Conti? No lo sabía. Lo que no lograba entender era por qué le afectaba tanto que él no le hubiese creído sobre sus perros. Tonta ella que pensó que ese hombre que la había tomado por el cuello y apretado hasta que casi perdió el conocimiento, hubiese sentido por ella algo real.
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Mientras veía el auto alejarse con Ale dentro, empezó a lanzar órdenes. Empezaron a seguirlo, pero no lograron darle alcance. Las imágenes de su mujer siendo arrojada dentro de la cajuela lo perseguirían por siempre.¿Y si no la recuperaba viva? ¿Si le arrebataban esa inocencia que la hacía única?—Maldita sea… se han llevado a mi mujer…—Calma, la encontraremos.—Sabemos que las probabilidades son más en contra nuestra que a favor.—Ella sabe que vas por ella, probablemente eso la ayude a tener valor y aguantar.—Las cosas que le dije…si hubieras visto la expresión de dolor en su rostro… Le juré que le daría amor y a la primera prueba, le fallo. Me cogí a una de las sobrecargos en el avión y Ale se dio cuenta, luego la agredí verbalmente. Y en este punto realmente no me imp
Algunos días después de la explosión.Cuando abrió los ojos fue consciente de un inmenso dolor en su pecho. El médico le miraba con preocupación.—Ha sobrevivido de milagro. El humo y calor provenientes de las llamas, le han afectado los pulmones.— ¿Hace cuantos días estoy aquí?—Una semana. Le trasladaron y venía inconsciente. Estuvo realmente grave, verle ya consciente es un auténtico milagro.—Salga y llame a uno de mis hombres.—Sí, señor Conti.Marcus Rossi era uno de sus mejores amigos y ahora su mano derecha. Entró viéndose preocupado.— ¿Ale?—La tiene el FBI en custodia. Cuando llegaron las autoridades tuvimos que irnos.—La prioridad era ella.—La prioridad era sacarte de ahí. La encontraron inconsciente en el
Una semana después, cuando la noticia era aún sensación, Alejandra presenció otra sorpresa más. Su mafioso había tomado en serio lo de vengar su nombre. Giuseppe se puso de pie y lo miró con curiosidad, vestía de forma elegante, cosa rara si estaban en casa.— ¿A dónde vas?—Hemos preparado un salón, daré declaraciones en vivo, cara. Disfruta del espectáculo.Encendieron el televisor y en compañía de Sergey disfrutó del noticiero.—Buenas noches televidentes. Durante las últimos días se ha especulado mucho acerca del hijo del gobernador, sus declaraciones y el posterior suicidio del gobernador de la capital mexicana debido a las mismas han sido noticia en todo el mundo. Ahora sabemos la verdad de lo sucedido y les advertimos, las imágenes son impresionantes. Si hay menores de edad, solicitamos amablem
Cuando regresó a la casa, tras firmar los contratos encontró a Ale dormida, así que fue a charlar con Alexandre. Había recibido una actualización de Sergey y se quedá tranquilo de que su hermana tenía un tiempo fuera.—Estaba mal, jefe. La persona que la informó de todo incluso estaba pidiéndole que no fuera.—La mujer, ¿crees que sea peligrosa?—No lo pareció, incluso podría estar en peligro por haber advertido a Alejandra. Jefe incluso asesinaron niños.— ¿Niños? ¿Mataron niños?—22 en total, menores de 5 años. Y usted sabe que su tío es un sádico capaz de eso.—Trae a la amiga de Alejandra, explícale que los responsables irán tras ella. Ofrécele una nueva vida.— ¿Por qué? Si se puede saber.—Es amiga de m
👀El inicio de todo, muchos años atrás. 👀Parte 1Vittorio Conti miraba con pesar a la pareja muerta—no era un monstruo completo, tenía sentimientos., se decía a sí mismo—Aunque aquellos que presenciaron su forma de tratar a la pareja, podrían opinar que era un ser deplorable.Aria Ritzo y Emiliano Lascarraga eran buena gente, Vittorio lamentaba un poco el haber tenido que usarles. Pero la venganza contra su hermano—el padre de Giuseppe— estaba por dar sus primeros pasos, no había margen para el arrepentimiento.Y para ello usaría a la familia Ritzo. Los Ritzo eran los mayores socios comerciales de los Conti, aunque Vittorio no lo quisiera, sus lazos con los Rizo eran necesarios para que más de la mitad de los negocios de la familia Conti f
Ale estaba a solas con su abuelo. Durante el viaje a Canadá había pensado con calma, ella había cometido una falta severa contra Giuseppe también. Porque yendo contra su pedido de respetarla, de esperar a que estuviese sobria, había tratado de forzarlo a acostarse con ella y al día siguiente, él no hubiese podido lidiar con la culpa.—Amo a Giuseppe abuelo.—Vittorio es mi amigo. No me mentiría.— ¿Tu amigo? Y sabiendo quien soy me secuestró, envió a su hijo a matarme. Abuelo, ese hombre me amarró a una cama y me dio golpes con una especie de látigo.— ¿Qué?—Abuelo, ese hombre no es bueno. Te pido que llamemos a Giuseppe y que nos diga lo que sabe. Giuseppe tiene honor. Sabes que nunca he estado con un hombre, Giuseppe no me ha tocado e insiste en que será hasta después de casarnos.—Punt
Carl Russin era tanto cruel como arrogante y ser citado por el mismísimo Giuseppe Conti, para hacer negocios juntos, era la mejor oportunidad de su vida.—Bienvenido Carl.—Es un gusto. La verdad me interesa muchísimo esta sociedad.—Busco mercado para unas jovencitas, de entre 12 y 14 años. Las traemos de algunos países de Centro y Sur América.—Usted sabe lo que es bueno.—Hay algunas de ellas que están a nuestra disposición para este fin de semana. Tenemos un yate en las afueras, con seis de esas niñas.—Me pone loco siquiera imaginarlo.—Pero sabe usted que fuera de esta casa hay periodistas que, si no les decimos que ha venido a algo loable, le seguirán el rastro.—No sé cómo llegaron a enterarse que estaba aquí.—Tampoco yo, pero siempre tengo listas coartadas para mis nego
Pequeño aviso a mis lectores:A ustedes que empiezan esta historia o si ya lo hicieron antes de su revisión, gracias por la oportunidad. Los capítulos ya listos diran (Editado) No se van a hacer cambios en la trama pero agregaré algunas cosas.Quienes ya los han comprado pueden leerlos sin costo.Los quiero y gracias por sus hermosos comentarios.COMEZAMOS. 🌟NARRADOR OMNISCIENTELa vida, esa no siempre resulta lo mejor sin importar si damos lo mejor.Alejandra Ramírez Gonzales,