~~~Alison.Le estoy diciendo de todo lo que se me ocurre, con tal de que le dé la orden a Walter de dar media vuelta a la limosina, para ir a buscar a mi abuela y devolvernos a su casa, de donde no pienso salir nunca más, sin embargo, este troglodita armado con una pistola no pretende hacerme el menor caso.Así que pretendo hacer mi último esfuerzo.― ¿Te has dado cuenta de que eres un maldito sociópata, James? ―le espeto nuevamente y él ni siquiera hace el menor esfuerzo por mirarme siquiera―me estás secuestrando y has secuestrado a mi abuela para tener algo con qué amenazarme―le lanzo a la cara y él sigue en su mutismo, lo cual me ofusca más, pero, como no me pienso callar hasta que reaccione, continúo―eres un idiota que no entiende del rechazo y deberías ir a un psiquiatra a atenderte, en lugar de ir por ahí secuestrando gente―le advierto, pero creo que me iría mejor si hablara con la pared.Entonces, noto a dónde me ha traído, a su casa, por supuesto, en donde de seguro me volver
~~~Alison.Las palabras de James me tienen atónita, demostrándose todo autoritario, como el maldito prepotente que es.Y ahora estoy tratando de entender a qué le llama amor, porque lo que está haciendo no tiene nada que ver con esa palabra, muy por el contrario, porque al que se le quiere, se le da la libertad que la persona necesita, en cambio, yo debo hacer lo que él quiere, cuando lo pide y de la manera en que lo pide.¿Por qué demonios me fue a rescatar?¿Por su soberbia, ya que decidí irme?Para qué ningún otro me tomara, porque resulta que soy suya?Y con cada pregunta que me hago, las respuestas solamente me hacen enojarme más con él.Pero, lo que me tiene peor en este momento es la seguridad de mi abuela, que está en manos de este hombre que en algún momento sentí que era la persona ideal para mí, con quien viví momentos apasionados y hasta formé una familia, una pequeña en la cual todos éramos muy felices.Ahora, su actitud va de mal en peor, y en serio que estoy empezando
~~~James.Las palabras de Alison me han cortado por la mitad, dejando un gran vacío en mi pecho, porque si hoy tuviéramos intimidad, solamente sería porque quiere utilizar su cuerpo como moneda de canje a cambio de que su abuela esté bien.No, yo la quiero mía, de la manera en que se ha entregado a mí tantas veces, haciendo que ambos sucumbamos al deseo que nos quema con flama ardiente.Esa es la gata salvaje que quiero en mi cama en este momento, no a este pequeño intento de chantajista, que no se ha dado cuenta de lo que en realidad me gusta de nuestros momentos de placer y éxtasis.Y creo que he hecho bien mi papel, porque está convencida de que puedo hacer una cosa como esa, secuestrar y torturar ancianas.¡Ja!¿Qué chiste tiene el abusar de gente que es más débil e inocente que uno?Sin embargo, creo que este juego lo podemos jugar ambos, porque ella me debe y mucho, y hoy me encargaré de que pague.Así que me acerco a ella y la miro directo a los ojos y le beso las rodillas en
~~~James.Y ahora, la escucho reírse a carcajadas, como si de repente se hubiera vuelto loca, pero nada de eso me va a hacer mover un ápice en mi posición frente a ella.―Te voy a dejar para que lo medites bien―le indico y me voy enseguida a mi despacho, en donde estoy tratando de poner todas mis ideas en orden.Le pedí que diera a luz a nuestro hijo, ya que pienso que me odia tanto, que puede que no quiera ningún vínculo conmigo y eso incluye el poner fin a todo, sacarse a nuestro bebé, igual que si fuera un moco.Sin embargo, la parte que no le dije fue que quiero que nuestro hijo esté aquí, en esta casa, una pequeña fortaleza en donde tanto ella como el bebé estarán bajo mi cuidado, en donde les brindaré toda la protección que un hombre como yo le pueda dar, quien tiene todos los recursos necesarios y si en el caso de que ella necesitara algo más que no pudiera darle, de seguro que se lo conseguiré, de una manera o de otra.Igual que como hice con su padre, que lo traje de donde e
~~~Unos días después.James.― ¿Quiere otra hamburguesa, señor James? ―me dice Mariella muy risueña, en cuanto me termino la primera.El pequeño Mark me recomendó mucho la comida de la abuela de Alison, sin embargo, como él come cualquier cosa, no le creí. Sin embargo, ya veo por qué es que ha cambiado su adicción por las pizzas, para convertirse en un verdadero amante de las hamburguesas.De hecho, sé que no me perdonaría, si le digo que he venido a visitar a su nueva gran heroína, pero, nadie de la casa debe saber en dónde me encuentro, en el pueblo natal de Alison, en donde se encuentra la casa de su abuela, quien no tiene la menor idea de lo que está pasando con su nieta ni el peligro que corre su embarazo, desde luego.Y estoy seguro que iría corriendo a buscarla en donde sea que se encuentre, en el momento que sepa que su embarazo es de riesgo.No, he preferido decirle una mentira, que ella se encuentra de viaje de negocios y que yo soy su jefe, aunque ella y yo sabemos a lo qu
~~~Alison.Las caras de James y de Mark tienen dibujada claramente una palabra, repetida varias veces por todas partes.CULPABLE.Aunque, si debo ser honesta, no tengo la menor idea del por qué.Entonces, está ese aroma en el ambiente, uno que es inconfundible, la carne cocida en el punto me dio correcto, el tocino con el brillo exacto entre crujiente y flexible, haciendo que se te derrita en la boca, solo al masticarlo, la salsa especial de la abuela, la que no han podido imitar bien en el restaurante de Barney, donde ella trabajaba, ya que se llevó con ella su sazón mágica.No, algo raro está pasando aquí y estoy muy segura de que todavía no han envasado el aroma de las hamburguesas de mi abuela, como para que el despacho de James esté tan impregnado.Luego está el propio Mark, quien tiene la boca llena y solamente me pregunto si es que está masticando una pieza de hamburguesa, específicamente, de las que hace mi abuela.Pero ¿cómo podría conseguir una de sus hamburguesas, si es qu
~~~Alison.―Ya está lista la cena, señora Alison―me indica Elba en cuanto entro a la casa, luego de que Mark se haya pasado toda la tarde en su pequeño parque de juegos y lo haya mandado a que se lave para comer.―Muchas gracias―le digo con una sonrisa―en cuanto llegue el señor James, puede servirla―le indico y justo en ese instante, se abre la puerta principal de la casa.― ¿Cómo has pasado tu día? ―me dice con una sonrisa, como siempre que hace cuando llega, sin embargo, yo lo recibo igual que todos los días, con dos piedras en cada mano.Él suele ignorarme, puesto a que sabe que no va a conseguir nada, si trata de contentarme.Pero hoy, específicamente, le pienso armar la de Dios, con tal de lograr lo que quiero.―Pues ¿cómo esperas que lo haya pasado, si no me dejas salir ni a tomar el correo? ―le señalo molesta y él traga en seco.―No pretenderás que te dé una labor que muy bien puede hacer cualquier criado, ¿verdad, Alison? ―me responde de lo más sarcástico y pone los ojos en b
~~~Alison.Ante la idea de que me vengan a hacer los análisis prenatales en casa, perdiendo la última oportunidad que tengo para escaparme de todo este mal secuestro por parte de James, no me queda más remedio que aceptar su propuesta, aunque debo decir que esta sería una en toda regla, si tuviera más opciones y él no deja ninguna más para negociar.―Acepto―le digo a James, pero, antes de que me pueda decir algo más, Mark se aparece en medio de los dos, restregándose los ojos por el sueño.―Mamá, quiero que me cuentes un cuento―me dice y se acerca a mí y me abraza y me besa, algo que se ha vuelto una cosa irresistible para mí, así que lo cargo entre mis brazos y lo llevo escaleras arriba y lo acuesto en su cama, para luego buscar su historia favorita, aquella en la que se queda dormido justo antes de la última página.Si tan solo pudiera llevarme tan bien con el padre, como me llevo con el hijo, a lo mejor nuestra vida pueda ser más llevadera, sin embargo, recuerdo que en realidad no