~~~James.―Lo siento, jefe―me dice Carlisle, en cuanto entro a la limosina, luego de dejar a Alison en la puerta del restaurante, pero no le respondo, de lo molesto que estoy.― ¿Sigue en la puerta del restaurante, Walter? ―le exijo saber a mi chofer, luchando con mi cabreo.―Sí, jefe, ella sigue ahí, viendo cómo nos vamos―me contesta y yo resoplo con fuerza.¡Ja!Ella dice que me odia y, sin embargo, ahí está, en la puerta del restaurante, esperando a que me vaya.Si en realidad no le importara, ya se hubiera metido a atender a sus otros clientes.―En serio, jefe, no queríamos que se viera mal delante de los hombres―me indica esta vez Coleman y yo le frunzo el ceño―lo único que buscábamos era que ella y usted se vieran.― ¿Y no se les ocurrió a ninguno de los dos pensar que si yo quería verla, lo haría en cuanto me diera la gana―les espeto cabreado.―Sí, eso lo sabemos, señor―me responde Carlisle, quien traga en seco―es solo que pensamos que usted estaría más feliz si la viera y bue
~~~Alison.― ¡Bájame, maldito James! ―le grito, golpeándolo como puedo, aunque no le hago el más mínimo daño, porque sigue arrastrándome hasta su limosina como si nada, a pesar de que estoy luchando con todo lo que tengo.Entonces, me tira hasta adentro de la limosina y no me permite salir, a pesar de que lo intento de todas las maneras posibles, pero él, con su enorme cuerpo, abarca todo el espacio de la puerta y me vuelve a arrojar contra uno de los asientos.―A casa, Walter―le dice a su chofer y yo lo miro entre enojada y desconcertada.―Walter, detén el auto ―le pido al chofer, pero este mira por el retrovisor a James y este mueve su cabeza de lado a lado.―Dije que a casa, Walter―le asegura a este y pone el auto en movimiento.―Tengo que ir a mi trabajo, James―trato de razonar con él, pero es una tapia infranqueable, sin embargo, hago otro intento―y no puedes simplemente tomar a la gente en la calle a la fuerza y llevártela a tu casa, así, sin más―le insisto y él ahora me mira f
~~~Punto de vista Neutro.James está preocupado.Sabía que la manera en la que se había comportado hace un momento no era la mejor, pero era necesaria.Alison no escuchaba y su humor estaba muy de malas por eso últimamente, pero no solamente por su actitud cobarde, con respecto a alejarse todo lo que podía de lo que tuviera que ver con él, con la excusa de que James no era bueno para ella, que era impositivo y hasta lo había llamado tóxico y enfermo.Incluso había decidido no cumplir su contrato en donde la empleaba como niñera, algo que la ponía en peligro, con cada minuto que pasaba lejos de la protección de James y su organización.No, eso lo único que permitía era que sus enemigos se atrevieran a enviar sicarios para acosarla y hasta hacerle daño, o eso era lo que sospechaba, de acuerdo a lo que el propio César había dicho, ya que según él mismo, un hombre lo contrató para hacer el trabajo de vejarla y hasta matarla en el proceso, un tipo que estaba desvinculado con cualquier org
~~~Alison.Walter está más que equivocado, si piensa que esa amenaza que me hizo hace un rato me va a hacer temblar de pie a cabeza.¡Me vale tres pares de reverendos rábanos si James viene en persona a intentar alimentarme!Y es que estoy tan cabreada, que no me importa si él es mucho más grande y fuerte que yo o si lo he visto dominar a varios con sus puños, como si fuera una máquina demoledora.Él es abusivo y prepotente y pretende que yo haga su sagrada voluntad por las buenas o por las malas, y me está demostrando que sí que tenía que salir corriendo muy lejos de él, porque tarde o temprano me encerraría y solamente espero que no esté pensando en colocarme unos grilletes, también.No, esto que está haciendo se llama secuestro y ya verá cómo lo denuncio en cuanto pueda, a pesar de que él dice que nadie lo puede tocar.La justicia se encargará de él tarde o temprano y de eso me voy a encargar yo.Y es cuando siento un frío que me está calando los huesos, solamente en pensar en tod
~~~Alison.―No te atreverías a golpearme, ¿verdad? ―le digo toda preocupada―te lo advierto, James, no te atrevas a hacerme nada malo―le indico, pero él ahora tiene una sonrisa ladina en sus labios.―Y ahora me temes―me responde, mordiéndose el labio inferior― me pregunto ahora en dónde está toda tu bravuconería―me acusa, pero no dejo de retroceder, mientras me amenaza con su pieza de cerdo, la cual intenta pasarme por los labios y yo respiro profundo, para luchar en contra de las ganas inmensas que tengo de relamérmelos, para saborear esa deliciosa salsa.―Sigue aquí―le digo con un hilo de voz, lo cual lo hace reír aún más―y no le llames bravuconería a mi valor―le aseguro, aunque ya mis palabras no tienen la misma fuerza de antes―y no te tengo miedo―trato de que las palabras salgan de mis labios, pero el nudo en mi garganta ha crecido tanto, que me impide siquiera hablar.Y es como si le hubiera hecho una invitación abierta para que me tome por el torso y que coloque mi cara entre su
~~~Alison.Lo cierto es que me siento anonadada por lo que acaba de decir, pero muevo mi cabeza de lado a lado.―Pues, tal parece que los analgésicos te han hecho bien, porque hasta estás desvariando―le indico, al tiempo que le coloco mejor las almohadas―trata de descansar para que tu cuerpo se recupere de la herida, pero, lo más importante es que vayas a un doctor y te haga la curación correcta, porque me parece que tienes rota una costilla―le indico, lo que le hace gracia, aparentemente, porque se muere de la risa.―Esto no es para nada grave―me responde y trata de moverse nuevamente―me di un golpe en el trabajo, pero no es nada serio y no tengo nada roto, aunque sí que los músculos en mi pecho me duelen como el demonio―asegura, al tiempo que me intenta mover otro mechón de cabello.―Pues, sí que lo es, si por casi te desmayas de dolor, tonto―le respondo y lo miro fijamente y estoy a punto de perderme en lo profundo de su mirada, así que trato de deshacerme de su hechizo―ahora, le
~~~Alison.No me lo puedo creer.― ¿Me puedo ir? ―le digo todavía anonadada, aunque su respuesta no me hace tan feliz como creía― ¿no harás nada para detenerme? ―inquiero con verdadera curiosidad― ¿después de tenerme aquí a la fuerza, ya me vas a dejar libre, así sin más? ―le digo, porque en serio, con todo lo prepotente que es, que haya accedido así, de buenas a primeras, me tiene totalmente fuera de base.―Solo vete, Alison―me indica y se acomoda mejor la almohada para ajustarse mejor.―Pero es que me has secuestrado prácticamente y este cambio de actitud… pues… no sé―le digo gagueando, todavía incrédula.―No soy un monstruo, solo me preocupo por ti, pero, si no te das cuenta de eso, así como no te quieres enterar de cosas mucho más importantes, pues, ya me rendí contigo―me dice y sigo en mi asombro.― ¿Seguro que no hay ningún truco? ―inquiero, aunque en el fondo me estoy preguntando qué demonios estoy haciendo, después de todo, esto era lo que yo quería.― No, no lo hay―me asegur
~~~Alison.Entonces, Georgy me mira con detenimiento.― ¿Ves? ―solamente hay una respuesta para todo eso y es que él está enamorado de ti y que está preocupado porque estás lejos de él y como te niegas a todo, te ha llevado a su casa para que te lo pienses mejor, pero como eres una verdadera terca, pues, lo rechazaste... otra vez―me dice entre molesta y divertida―a ver si te vuelve a encerrar y esta vez en un calabozo, hasta que te obligue a entrar en razón o, por lo menos, ya quisiera yo una cosa como esa―me comenta de lo más descarada y yo pongo los ojos en blanco.―Pues, te deseo que te consigas a un James en tu vida―le respondo molesta―a ver si te quedan ganas de que te hagan todo eso―le digo molesta y ella se ríe más fuerte.―Amiga, a mí no me encerrarían ni nada, porque mucho antes de eso, estaría echándole yo el lazo y que se case conmigo de una buena vez―me responde y ahora sí que me hace reír su descaro.―En serio que no tienes remedio―le digo y me voy hasta mi habitación a