Mis labios y los suyos provocan una fiesta para nuestros sentidos que me enciende de los pies a la cabeza y hace que lleve mis manos hacia el centro de su trabajada espalda y acariciarlo de la manera más sensual que existe. En cambio, sus manos van bajando los tirantes de mi camisón y los desliza por mis brazos hasta hacer que la tarea de quitármelo sea mucho más sencilla ya que él lo va levantando y yo aparto mis manos de su espalda para poder ayudarlo.
Iván se separa de mis labios para viajar por mi cuello sin prisa —Eres la mujer más bella del mundo. — Dice cuando sus labios ya están en mis hombros, y amo cuando se pone así de romántico.
Disfruto de cada beso que va dejando en mi cuerpo y al parecer, esto le resulta una imagen divina, ya que me mira con devoción.
Salgo de la ducha, envuelvo mi cabello en una toalla y mi cuerpo con otra, y salgo del baño para ir a la habitación y colocarme algo de ropa «unos leggins, una camiseta blanca algo suelta y unos tenis deportivos lo harán por hoy» pienso mientras que me termino de vestir y salgo de la habitación y al salir el aroma a café y tostadas invade mis sentidos, pero por alguna razón el aroma no me agrada en absoluto. —Dios que asco este olor…— me quejo mientras me acerco a Iván y él me mira de manera extraña.—¿Asco? — pregunta oliendo cada cosa que esta sobre la mesa.—Debo ser yo, desde que volví del viaje me siento rara, creo que el pescado crudo ese que comí en una de las cenas con ellos— c
(Horas después)No he podido aguantarme las dudas y a pesar del silencio de Iván, he ido a la farmacia a comprar una prueba de embarazo. Necesito saber qué es lo que me espera, si mis planes de vida se verán afectados por un bebé o no… sé perfectamente que a él no le ha agradado en absoluto mi reacción, pero no entiendo como pretende que reaccionara, esto no estaba en nuestros planes, mucho menos ahora que tenía una oferta laboral como la que me hizo Gabriel. Camino justo por enfrente del sofá donde está sentado él y me detengo antes de entrar a la habitación —me hare la prueba de embarazo para salir de dudas— explico y él tan solo me mira desde allí.—Está bien, me dejas sabe
No sé cuantas horas llevo abrazada a Iván en este sofá, lo único que sé es que él ha comprendido a la perfección que en estos momentos que él tan solo me abrace y me diga que todo estará bien —¿Tienes sueño hermosa? — me pregunta en un susurro y deposita un tierno beso en mi cabello. —Si…— admito y si bien sé que en estos momentos debería sentirme feliz porque voy a ser mamá, sigo sintiendo culpa de todo esto que me está ocurriendo.—¿Por qué no te vas a acostar y yo te preparo algo de cenar y te lo llevo a la cama? — me propone y asiento.—¿Una sopa? — negocio.—¿Quieres sopa?
Iván es un excelente chef y no sé si es que repentinamente me dio hambre o la sopa que ha preparado esta exquisita, pero acabo con el primer plato rápidamente y él se me queda mirando un tanto sorprendido —¿Más? — Me pregunta divertido y asiento.—Por favor— Le pido y sonríe.—Menos mal que no tenías hambre eh— Bromea y deposita un tierno beso en mi frente para después levantarse de la cama con mi plato en mano y salir de la habitación.Lo observo caminando y sonrió al ver lo bien que le quedan esos pantalones —Tienes mucha suerte bebé, te ha tocado un padre increíble…— Le digo a mi hijo mientras que acaricio mi vientre y me doy cuenta de que de a poco voy asumiendo co
Una semana después:Observo mi mano apoyada sobre mi pierna mientras que muevo mi pie sobre el suelo sin parar, y ver ese precioso anillo que me ha dado cuando me pidió matrimonio; me hace sonreír. —Hermosa, relájate, no es como que te vayan a operar o algo así— Me pide mi futuro esposo colocando su mano sobre la mía y volteo a verlo. Sus ojos negros se fijan en los míos, y esa sonrisa que me da, podría calmarme por completo, pero en esta ocasión es casi imposible —¿No estas nervioso? — Le pregunto un tanto confundida, y él niega con su cabeza.—Emocionado, eso es lo que estoy— Explica y como siempre, me roba la sonrisa más sincera en los momentos más complicados.
Abro mis ojos completamente desorientada y veo a Iván y al doctor frente a mi —Jimena, ¿te sientes mejor? Te has desmayado— Me explica el doctor y asiento.Abro y cierro mis ojos unas cuantas veces intentando volver a la normalidad —Si… no sé que paso— —Se te bajo la presión, nada grave dado tu estado— Dice y sus palabras vienen una vez a mi cabeza… «Voy a tener mellizos…» Pienso.—¿No lo soñé? ¿No? — Pregunto llevando mis manos a mi vientre y por alguna razón Iván se sonríe.—Si no te desmayas nuevamente, te diré que no… sé que no esperabas es
De alguna manera Iván hace que todo parezca mucho más sencillo de lo que es. Él me ha llevado a ver que vamos a poder con todo lo que representa ser padre de mellizos y mucho más si así lo queremos. Conoce a la perfección mis miedos en cuanto a perder mi libertad laboral, también como me atormenta el pasado, y por supuesto mi intento por soportar mis culpas, pero así todo, no se da por vencido, me ayuda, y me tiene una paciencia de oro. Todo el día de hoy nos la hemos pasado mirando cosas para los bebés, y también me ha convencido de que nos detuviéramos en una agencia de bienes raíces para que miráramos casa y allí me di cuenta de la gran visión arquitectónica que él posee, ya que podía ver mansiones donde yo solo veía una casa cara y destruida. Si bien no hemos iniciado ning&uac
3 días despuésTodavía no le he dado la noticia del embarazo a mi jefe, y no es porque no me atreva, o tenga miedo a que su propuesta laboral cambie a causa de esta noticia, sino porque quería que los primeros en enterarse de todo sean mis padres. Con Iván hemos acordado de avanzar un casillero a la vez, primero mis padres, después una video llamada con los suyos, y por último mi trabajo. —¿Nerviosa? — Me pregunta mientras que esperamos a que mis padres nos abran la puerta.—Mucho, nunca es fácil decirles a tus padres que van a ser abuelos— Bromeo y nuestras risas se convierten en la primera imagen que ve mi madre al abrirnos.—Hija, Iván, bienvenidos— Nos dice con una enorme sonrisa tat