CAPÍTULO 5

Capítulo 5

Viviana bebe un poco de jugo de naranja 

—Me gustan ahora, en mi último viaje comí y ahora puedo tolerar —sonrie mientras mantiene serenidad recordando las palabras de su hermana.

"Una mentira es creída si se dice con seguridad"

Frank sonrie

—Creo que eres otra, nunca pensé verte comiendo huevos.

La loba sonríe.

Mientras disfruta del platillo, no puede creer que Angelina hubiera creado está imagen, su madre al ser una loba tildada de "desterrada" tenía que buscarse el sustento de cualquier manera y vender huevos fue la única que encontro.

Angelina y sus aspiraciones de tener dinero le habían hecho cambiar todo, incluído sus gustos.

Luego del desayuno, Viviana busca a la pequeña Violeta y deciden jugar en el jardín.

La niña está feliz, en casa solo es cuidada por las sirvientas, se siente sola, y poder contar con una figura femenina le hace bien.

Frank que leía unos documentos es interceptado por Gina

—Alfa, quiero pedirle que vayamos a la habitación, creo que el exito de mi embarazo radica en que estemos juntos la mayoría del tiempo.

—Gina, lo que hiciste al intentar alterar a mi esposa no me agrado, métete en la cabeza que Angelina es mi reina, no tu.

Gina abre los ojos que se llenan de lágrimas 

—Ella no lo merece, una reina que no le da herederos al Alfa es insuficiente.

—Para mi es mi mundo, y si estás aquí es por la decisión del concejo supremo, es verdad, tendré que tocarte, Pero no esperes que sea algo natural, solo será un par de días al año y por obligación 

¿Entendido?

El Alfa decide salir al jardín, unirse al juego de su esposa y hermanita, la niña moja al Alfa con la manguera, Viviana hace lo mismo.

Los tres se tiran al suelo entre risas y la suciedad del lodo, ante la mirada furiosa de una celosa Gina que sale corriendo a su habitación.

Viviana detiene el juego, es muy tarde y deben quitarse la ropa mojada.

Lleva a la pequeña Violeta a su habitación, le ayuda con un baño caliente y le coloca ropa limpia, la cachorra la abraza

—Gracias, este es el mejor día de mi vida, siempre quise saber que era una mamá.

Las palabras conmueven el corazón de Viviana, aquel cariño es real y sincero, desconoce porque su hermana fue tan fría y dura con aquella cachorra.

Se dirige a su habitación, decide tomar una ducha para quitarse el lodo después de una tarde de juego.

La puerta del baño se abre, al girar ve a Frank que se desnuda e ingresa con ella a la cabina de baño.

—Yo termine, te dejo bañarte —dice ella tartamudeando muy nerviosa pues es la primera vez en su vida que ve a un lobo desnudo.

—Quedate conmigo, soy tu esposo ¿Acaso olvidas que te conozco desnuda? —Frank la toma de la cintura y la besa

El agua fría cae en sus cabezas, el lobo siente el cuerpo suave de Viviana, se percata que no tiene la misma textura al de Angelina

—Desde que llegaste me gustas mucho más.

Viviana se sonroja, cierra sus ojos respirando agitada mientras su cuerpo responde a los besos, Pero aún no siente que pueda

—No puedo.

Sale de la ducha apresurada, es difícil para ella sacarse de la cabeza que Frank, ese lobo varonil que despierta en ella mil emociones, es el esposo de su gemela.

—¿Que sucede?¿Es por Gina? —Frank va tras ella colocando una toalla en su cintura.

—No es fácil para mí, saber que estuviste hace un par de horas con ella, no es el momento —miente con agilidad, mordiendo su labio y pensando que decir ante su negativa.

—Se que fue un error, te amo, y cuando me de el heredero que deseo, nunca permitiré que te quite tu lugar.

Frank abraza a Viviana que llora sintiéndose culpable del engaño hacia un lobo que solo le ha demostrado amor.

Gina que se encierra en su habitación furiosa, grita desesperada al sentir que nada de lo que hace es suficiente para sacar de la cabeza la obsesión de su Alfa por ella.

—¿Que hago Oriana? Pensé que cuando me entrega se daría cuenta que soy mejor Pero sigue empecinado en tenerla.

—Tranquila mi niña, tu destino es ser reina, yo me encargaré de ella, Angelina tiene los días contados como reina de esta manada, mis cartas astrales me lo dicen.

—¿De que hablas? ¿En esas cartas yo seré la reina ? —Gina sonríe, sabe de los poderes adivinatorios de su institutriz.

—Aun no veo quien será esa reina, Pero es una loba diferente a Angelina, y puedes ser tu 

—¿Y si no? Angelina me estorba en este momento, impide que tenga mi destino.

—Quizas es momento de enviarla al regazo de la diosa Luna —La anciana saca un veneno de un cofre.

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