CAPÍTULO 24

Capítulo 24

El viento frío azotaba los árboles mientras César y Viviana avanzaban a toda prisa por el bosque. El galope furioso del caballo no daba tregua, pero la mente de Viviana estaba aún más desbocada que el animal.

—¡Detente, César! —gritó Viviana, golpeando su espalda—. ¡Debiste dejarme explicar! ¡Frank no entiende nada!

César apretó la mandíbula, pero no detuvo el paso del caballo.

—No tenías oportunidad —respondió con voz dura—. Angelina moverá sus piezas para salir ilesa, . Nadie te creería. Eres una Omega, Viviana, y para ellos eso significa que eres débil y mentirosa. Frank jamás habría dudado de su "perfecta" Angelina.

—¡No es justo! —protestó ella, con lágrimas nublándole la vista—. ¡Yo nunca quise tomar su lugar! Solo quise cuidar de mi madre.

La loba tomo un suspiro y se tocó el corazón

—¿Mi madre? ¿Que pasará con ella? Conozco a Angelina, va a cumplir su amenaza.

—Lo sé —murmuró César, con menos dureza—, pero no podemos hacer nada, en este momento los guardia
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