Capítulo 4; Aléjate
~Hugo~ —Podrías prestarme atención, Hugo? Estoy estresada con todo lo de la boda y con lo de mi hermana. Nora camina de un lado a otro, me le acerco y la abrazo. Es mi prometida. —Respira, y deja de pensar en esa hermana que yo no conozco y que es una pesadilla. —Mi hermana era hiperactiva. Era buena chica. —Tus padres no tienen ni una foto de ella en su casa. Me queda viendo unos segundos y baja la mirada, casi no habla de su hermana. —¿Qué sucedió? ¿Por qué tus padres la alejaron? —Una navidad nos dejaron solas, Jane insistió en prender el árbol, amaba las luces, le dije que no, pero fue tanta su insistencia que lo hizo, hubo un corto y se prendió la casa, no sabíamos que nuestro hermanito estaba en su cuna, no lo salvamos. Sus ojos se llenan de lágrimas. —Nunca me dijiste nada de eso. —No lo hablo con nadie, aún sigue doliendo. Me gustaría tenerla para mi boda. —No creo que sea conveniente que venga, ha pasado el tiempo, ya es una desconocida. —Eres cruel cuando quieres. —Realista. Tu hermana ahora debe ser alguien peor que antes, no me gustaría que te dañe. Me gusta cómo eres. —Mi inocencia. —Sí, pero ahora olvidemos el tema de tu desastrosa hermana, yo iré a la oficina y tú irás a hacer tu prueba de vestido. La boda es en dos días. […] Tocan la puerta, y aparece mi secretaria con una incómoda sonrisa. —Jefe, lo busca una chica, le dije que no estaba, no tiene cita con usted, pero insiste en que necesita verlo. —Si no tiene cita conmigo, que se vaya, debe ser alguna de esa fundación a las que dono, no se cansan de pedir dinero. —¿Le digo que se vaya? —De hecho, no tienes que decirme nada. Se escucha una voz detrás de nosotros, me doy la vuelta para ver quién es y parece que me hubieran echado un tanque de agua fría encima. Es Jane, la chica con la que me acosté en las Vegas. Pensé que no la volvería ver, hace unas semanas la pasamos bien y eso fue todo. No debía venir. «¿Qué carajos hace aquí?». —Vete a hacer tu trabajo. Le digo a mi secretaria. Me acerco a Jane. —¿Cómo supiste dónde encontrarme? —Te busqué, necesitamos hablar. —No tienes derecho a venir a mi empresa a buscarme como si fuéramos amigos, tuvimos sexo, eso no te da derecho de buscarme —la agarro del brazo—. Necesito que te vayas, si mi prometida te ve aquí empezará a hacer preguntas, no quiero que me relacionen con una prostituta como tú. Sus grandes ojos grises se llenan de lágrimas, reacciona dándome una cachetada, logrando que la rabia aumente en mí. —¡Estoy embarazada! Y con esas palabras, puedo sentir mi cuerpo quedarse inmóvil unos segundos, mis ojos se han vuelto grandes y mi respiración demasiado lenta. Parece que mi corazón estuviera por colapsar. —La noche de las Vegas tuvo resultados, ahora no sé qué hacer, no quiero ser una… madre soltera. —Ese hijo no es mío, yo me cuidé, es imposible que estés embarazada de mí. No es mi problema si tienes que ser madre soltera, no serás la primera ni la última. —Claro que es tuyo, solo estuve contigo esa noche. Estoy esperando un hijo tuyo. —¿Qué pretendes que haga? ¿Que deje mi vida por ti? Suelto una risita llena de sarcasmo. —Olvídalo, estoy por casarme y no pienso dejar a la mujer que ha estado conmigo siempre, por una chica de una noche. —Te tienes que casar conmigo. Deja salir las palabras, haciendo que suelte una carcajada. Me le acerco, meto mi mano en su cabello y hago que me mire. —Yo nunca me casaría con alguien que es capaz de acostarse con una persona que no conoce, y menos si ahora quiere hacer pasar a su bastardo por mi hijo. Las mujeres como tú me dan pena, me dan asco. Me hace a un lado con fuerza, tiene la cara roja. —Yo no me haré cargo de este bebé sola, o respondes o arruino tu vida, ya sé que eres reconocido en la ciudad por tus empresas, así que me respondes o tu vida de hombre rico y responsable, se va a la m****a. —Si te atreves te juro por Dios que te destruyo —la amenazo—. No me retes, no me conoces. —Y tú tampoco me conoces, así que no me tientes porque te hundo, tienes mucho que perder —masculla, con sus dientes apretados—. Vas a ir donde tu prometida y le dirás que la boda se cancela, porque en tu viaje a las Vegas te cogiste a una chica que espera un hijo tuyo. —No es mi hijo. Me acerco a mi caja fuerte y saco varios billetes, se los pongo en la mano. —Aborta. —Es una vida, ¡imbécil! Me tira los billetes en la cara. —Entonces, sal de aquí y olvídate que nos conocimos. No quiero que me busques más, no quiero que me relacionen contigo. —No puedes hacerme eso, yo tampoco quería ser mamá, pero no puedo abortar, es una vida. —Entonces, aléjate de mí. Tú y tu bebé me tienen sin cuidado, si necesitas un padre para ese bastardo, no soy yo. A mí no me interesa dañar mi vida por ti. —Te vas a casar conmigo. —No lo haré. —¿Prefieres que arruine tu boda? No dejaré que seas feliz, mientras yo tenga que criar a un bebé que es tuyo. —Deseo que ese bebé nunca nazca. No quiero una pesadilla en mi vida; los bebés no deseados hacen infelices a sus padres. —Por eso es que seguramente tu madre debe ser una pobre infeliz. —A mi madre no la menciones en tu mugrosa boca —la tomo del cuello—. Ahora, vete. Ese hijo que esperas será una mancha en el mundo; vendrá a sufrir por tener una madre tan corriente y patética como tú. —Y un padre tan basura como tú, Hugo.Capítulo 5; Encuentro I~Jane~Camino por el pasillo, mirando el folleto en mis manos, la bata azul en mi cuerpo solo me pone más nerviosa.¿Estoy haciendo las cosas bien?Dije que iba a tener al bebé, pero ¿cómo lo tendré si no puedo ni conmigo misma? Soy un caos que hace daño, que lastima, que destruye.«No puedo hacerle daño».Escucho mi nombre y entro a la sala de procedimientos. Veo que tienen todo listo y mi corazón parece que terminará en el piso de los nervios que tengo.No soy fans de los hospitales.—La chica del avión.Levanto la mirada al escuchar una voz conocida, y me quedo viendo al chico que venía a mi lado cuando viajé. Su bata blanca y sus lentes lo hacen ver un poco mayor, pero seguro no pasa de los veintisiete.—¿No hay otro médico en turno? No me siento en confianza contigo.—Soy el único en turno. Súbete a la camilla y te acomodas en posición ginecológica.Me dice en un tono profesional, mientras se pone sus guantes.—¿Por qué quieres abortar?—Eso no viene dentr
Capítulo 6; Encuentro II~Hugo~No me muevo de mi lugar viendo con quién viene bajando Nora, su cabello negro se mueve mientras camina con toda la sensualidad que puede tener, y esa fue una de las cosas que me gustaron de ella, ahora, todo está en riesgo por su culpa.«No puedo tener tanta mala suerte para que se conozcan».Sí Jane llega a decir algo de lo que sucedió todo se irá al demonio, no puedo perder a Nora que ha estado para mí desde que empezamos a ser novios, no podría. Su cara llena de sorpresa me hace pensar que no sabe de mí, pero puede ser una trampa.Puedo sentir todo mi cuerpo tenso.—¡Hugo, mira la sorpresa que me encontré!Me dice Nora llena de felicidad, mientras me abraza y jala de la mano a Jane.—Te quiero presentar a mi hermana Jane…Las últimas palabras retumban en mis oídos, y se forma un espeso silencio de varios segundos mientras nos miramos. No puede ser verdad tanta coincidencia, no pude acostarme con mi cuñada.No pude haberla traicionado con su propia h
Capítulo 7; Juzgada ~Jane~—Papá…Es lo único que logro decir al ver que nos mira, o me mira, con más decepción que antes. Sus ojos se ven tan cargados de odio que siento miedo de su reacción.—Empaca tus cosas, te quiero fuera de mi casa y de mi familia.Me dice, sin ninguna duda en su voz.—Yo no sabía que era el prometido de mi hermana cuando me acosté con él, no tenía idea, papá.—No quiero escucharte, necesito que te vayas —se acerca—. Ni se te ocurra decirle a Nora lo que sucedió entre ustedes.—¡Cómo me pides eso! ¡Estoy esperando un hijo de Hugo! Ella tiene que saberlo, no puede vivir toda su vida en la burbuja de cristal que le han creado.—Nora es alguien sin maldad, si se entera de que te revolcaste con su prometido te va a odiar, nunca te lo va a perdonar —puedo sentir el desprecio en sus palabras—. Siempre que apareces traes problemas a la familia, ese bebé que tienes ahí —me aprieta con fuerza el abdomen, haciendo que me queje—, es el hijo del pecado, de una mujer que n
Capítulo 8; Guerra ~Jane~Si algo tengo claro en este momento, es que no puedo seguir viviendo bajo el mismo techo que mis papás y que mi hermana, no por ella, sino porque no soporto tener que verle su mala cara a mis padres. Es evidente que no soportan que haya venido.Era un poco más llevadero con mi padre, pero ahora que sabe que estoy esperando un hijo de Hugo se ha puesto insoportable. Y lo entiendo, Nora es su hija favorita.Tengo que salir a buscar departamento.Estoy por salir y suena mi celular, me doy cuenta de que es mi mejor amiga Sandra, y respondo.—¡Hola…!Me dice con gran emoción, se escuchan voces, a esta hora supongo que está en el trabajo.—Hola, pensé que te olvidarías de tu amiga.Escucho su risa.—Jamás me olvidaría de ti. ¿Cómo estás? No te escuchas muy feliz. ¿Lo encontraste? Cuéntame todo.Dejo salir aire por mi nariz. Me siento en la cama.—Lo encontré, ¿y sabes qué es lo peor de todo, Sandra? Hugo es el prometido de mi hermana, se casan mañana.—¡¿Qué?! ¡No
Capítulo 9; Recuerdos ~Jane~~Flashback~Corro a esconderme en la habitación del sótano, puedo escuchar a mi mamá venir, sus tacones se escuchan contra el piso. Estamos jugando a las escondidas, busqué el lugar más oscuro como ella me lo pidió, hay una lámpara, pero su luz es diminuta.—¡Voy por ti, Jane! ¡Dime dónde estás!Oigo su grito, y sonrío escondiendo mis pies para que no me descubra. Huele a humedad, me incomoda ese olor.—¿Hija, dónde estás?Sigue hablando, puedo escuchar todo y su risa, nos estamos divirtiendo. Trato de rodarme para evitar que me encuentre, y tropiezo con algo, haciendo que se caiga.—¡Aquí estás! Mamá aparece con una gran sonrisa y me empieza a hacer cosquillas, mi risa se puede escuchar por toda la casa.—Mami, me encontraste —me le tiro encima—. Ahora tú te escondes y yo te busco.—Se acabó el juego —deja de sonreír—. Te dejaré aquí encerrada para que pierdas ese miedo que le tienes a la oscuridad.—Mamá, no…Me agarro en su pierna, y me empuja, salien
Capítulo 10; Rabia ~Hugo~—¿Usted pretende que yo le realice un aborto a esa jovencita? Giro los ojos con molestia al escuchar la pregunta de la enfermera.—Odio a la gente tan inepta como tú. ¡Es evidente que para eso estás aquí!—Pero no me dijo que era en contra de su voluntad, la chica está atada, no se ve bien.—Haga su trabajo sin preguntar, le pagaré el triple de lo que acordamos. Sobra decir que nadie puede saber de lo que harás.«La gente siempre busca más dinero».—Lo haré —Una cosa más.La agarro del brazo.—Hágala sufrir, quiero que se acuerde siempre de mí. Asiente a lo que le digo y sale. Se me hace estresante y demasiado interesada. No pasan ni dos minutos cuando regresa. «Vieja tonta».—¿Ahora qué quieres? Te dije lo que debías a hacer.—La chica no está.—¿Cómo que no? La dejé en la mesa.Salgo a mirar y maldigo dándole una patada a la silla al ver que no está, la muy astuta se escapó. Busco por todos lados al hombre que la estaba cuidando y lo veo en un rincón
Capítulo 11; Sin miedo ~Jane~Si algo me quedó claro este día, es que Hugo de verdad ama a mi hermana, y no le importaría cometer la peor locura por tenerla a su lado. Él ni siquiera dudó un momento en lastimarme para poder seguir con sus planes de boda, vio el miedo en mí y fue lo más insignificante que tuvo ante sus ojos.Desconozco la razón por la que el mismo hombre que me subió a la camioneta me dejó ir, pero no se lo pienso agradecer, porque aunque se arrepintió, tuvo que ver con las pocas horas de sufrimiento que tuve.Hugo es la clase de hombre que con su rostro atractivo y carisma puede tener a sus pies a la mujer que desee, el problema es que está tan mal mentalmente que puede destruirte si tratas de arruinar su vida.Otra chica se hubiese ido, yo decidí quedarme y pienso enfrentarlo dispuesta a lo que sea. Conseguí un departamento y he pasado mis cosas, no quería seguir en casa de mis padres bajo tanta presión. Hasta el momento la única que tiene mi dirección es Sandra. N
Capítulo 12; Ernesto ~Jane~—¿Qué piensas a hacer con el bebé?Sandra se sienta a mi lado, mientras muerde un pedazo de pizza.—Lo tendré —dejo salir aire de manera exagerada—. Estoy muriendo de miedo, no soy un buen ejemplo para nadie. Mi vida es un reverendo desastre y no sé cómo voy a hacer.—No tienes el ejemplo de una madre, pero vas a ser una madre increíble, todo lo que no te dieron a ti se lo vas a dar a ese bebé, por eso no entiendo la necesidad que tienes por tener a tu lado a Hugo, él no te merece.—Cuando era una niña hubo noches donde me enfermé y deseé que mis papás estuvieran a mi lado, y nunca pasó, estaba sola y rodeada de gente que me maltrataba, ni siquiera los conocía. —Justo por eso, él no parece alguien que amará a tu bebé, iba a hacerte daño, y no sé arrepintió.—No quiero estar sola —susurro—. Eres una buena amiga, pero solo los que hemos sentido el abandono de nuestros padres sabemos lo que no es querer criar un hijo solo. La sensación es dolorosa.Se queda