Aiden.__ Te juro que esto no se quedará así. - prometió Noah cuando pasé a su lado. - No pienses que me hiciste perder todo. Voy a cobrarte esto, de la forma en que jamás lo esperarías. __ Aún no has aprendido que jugar conmigo no es buena idea. - argumenté del mismo modo. - Si te parece poco perder tu dinero y poder, dame una razón más para mostrarte que heredé algo de cierta sabandija. __ Nunca voy a perder mi poder mientras viva. - sonrió fríamente cuando cruzamos la puerta del tribunal donde dos oficiales lo detuvieron. - No me lean mis derechos porque los conozco al revés y al derecho. - le pusieron las esposas. - También conozco todo lo que necesito y lo que no, no tardaré en averiguarlo. Lo último lo dijo mirándome fijamente. Una amenaza mucho más clara que la anterior. Igual no me iba a quebrantar la cabeza de ese modo, no le daría el gusto de verme atemorizado por sus palabras, aunque sí tendría cautela. Subí con mi padre al auto, evitando que los periodistas se acerquen
Aiden.La puerta estaba abierta cuando llegamos, todas las luces apagadas y el único guardaespaldas que se quedó con Isabella estaba tirado en la sala con heridas de bala en el tórax, formando un charco de sangre que emanó de él. __ Tiene que quedarse en el auto, nosotros nos encargaremos. - sugirió mi jefe de seguridad.__ Es mi mujer la que tienen, no me voy a quedar solo viendo todo de brazos cruzados. - argumenté tomando la delantera hacia las escaleras. Algo se rompió al hacer contacto con él mármol en el piso superior, alertándonos de qué tal vez eran ellos los que estaban en la casa todavía. Corrí lo más rápido que pude, subiendo las escaleras de dos en dos. El pecho en un descontrol total por la sensación de vacío, la cual me negué a aceptar porque no la perdería. No los perdería.Abrí la puerta de golpe enmedio de la oscura habitación , siendo iluminada solo por la luz que entraba por la ventana con las cortinas abiertas, sin entrar al ver a Isabella ser sostenida por un s
Aiden.Cuentos, reflexiones y consejos de cómo se debe otorgar el perdón siempre ha existido un montón. En todos estos se nos dice exactamente lo mismo, perdonar y olvidar. Pero nadie a interpuesto en aquellos, que no se cansan de hacer daño todo el tiempo. Que no se cansan, no se retraen o al menos se ponen a pensar que no toda la vida gira entorno a ellos.Así me vi, llegando al reclusorio donde Noah Betancourt fue encerrado en espera de su enjuiciamiento. Me dejaron pasar enseguida al verificar mi identidad. Me senté esperando a que lo pusieran frente a mí.La sola idea de verlo me asqueaba, no solo por qué es lo último que querría hacer sino porque debería estar con mi mujer y mi hijo de solo una semana de nacido. Pero separarme de él era por una razón en específico.Logró tomarse una declaración del único sobreviviente de los atacantes. Una declaración que lo ubicaba a Noah como uno de los autores de tal hecho, por lo cual se le sumó otro delito. Uno del cual me ofrecieron llev
Isabella.Alimenté a mi hijo mientras escuchaba a Camila hablarme sobre los cambios que tiene un bebé en su crecimiento ya que su hija había tenido varios y aunque no serían los mismos con exactitud en mi bebé, entendería al menos un poco, ya que concordaba con las indicaciones del pediatra. A los minutos Lucía iba llegando ya que en su universidad solo le dejaba algunas horas libres. Esta vez junto a Billy, el cual era su compañero en ese lugar y llegaron a llevarse muy bien desde que se conocieron. __ No tengo tanto tiempo porque debemos organizar algo, pero no quise dejar a mi sobrino sin ver a su tía favorita. - dijo dejando sus libros a un lado. - No lo privaría de tal forma. Merece ver que en su casa tiene personas amorosas y no al témpano que tiene por padre.Lo ella no sabía es que Aiden es el padre más amoroso que mi hijo podía tener. Se portaba como alguien serio y sin afecto por casi nadie ante todos, pero con su hijo era el hombre más dedicado. En las noches antes que yo
Isabella.__ Solo necesitas relajarte. - dijo Camila con su bebé en brazos. - Actúa natural. Trabajé con Tej por años, fue el quien me contrató. Por eso te aseguro que no es tan malo como se ve - Lety estaba sudando de la nariz. - Si lo ves como alguien gruñón, todo parecerá que lo hace con mal humor, pero no es así. A veces solo tiene un mal día __ No te decimos que lo trates como amigo, porque es un error laboral que no puedes cometer, pero te aseguro que si aprendes a leer su carácter, todo se te dará fácil. - aconsejé mirando a Mary, quien traía agua para ella. Era su primer día oficialmente como asistente de Tej. La estaban matando los nervios. Lo notamos desde que llegamos a la oficina, por suerte Tej aún no llegaba y por ello solo organizó todo para casi correr a la cafetería "a hiperventilar a su gusto" según ella. __ Solo toma la pastilla para los nervios. - insistió Camila. - Lo harás bien. Te esforzaste por semanas, incluso trabajaste para Aiden.__ Pero el señor D'angel
Aiden.¿Como lo hizo? Esa fue la pregunta que más retumbó en mi cabeza. El porqué lo tenía claro a medida que llegué al nicho que preparé solo para ella. Se suponía que era muy vigilado y no entraría nadie a ese lugar a menos que fuera por la puerta de enfrente y el vigilante aseguró no haber visto nada. Aunque no confié en él. No confiaba en nadie. __ La ventana está cortada. - dijo el tipo. - Por eso no escuché cristales rompiéndose. Lo cortaron con algún objeto para no hacer ruido. Abrió y entré solo para ver la lápida rota, el apellido de soltera de mi madre fue el que puse cuando la trasladé y saña era lo que se veía en esta. Odiaba el apellido, diciendo que siempre debía cargar el suyo. Burckhardt. Un apellido que quise enterrar y cambié por D'angelo cuando me lo propusieron. No quise conservar nada de él, en cambio sí con el de mi madre. Por su gusto de tener ese terreno extenso pagué el precio elevado que pidieron cuando busqué a su dueño. Pero ese tipo había tocado a mí
Isabella.La extrañeza del momento fue opacado por ver a la mujer que entró en mi casa. La Malya de meses atrás reflejaba alegría aún con todo lo que estaba pasando con su marido, pero la que daba pasos hacia mí no era ni la sombra de ella. Se veía demacrada, sin sonrisas, ni siquiera se esmeró en cuidar su imagen. Solo siendo una mujer que daba pena al verla.__ Hola isa. - saludó como solía hacerlo antes de enterarme de su relación con Dustin. - Me costó mucho dar con tu dirección. No tenía claro cuál de las casas era la tuya.__ ¿Para que vienes? - fui directa.__ ¿No puedo visitar a la amiga que tuve por años? - consultó sellando sus labios resecos. - Isabella, sé que todo lo que pasó es para que me odies, pero te juro que...__ No te odio, Malya. Cuando me dijiste aquel "suerte" en mi divorcio, en verdad tomé las cosas literal. La tuve, aunque no diría lo mismo de tí. - señalé con obviedad. - Pero dime a que vienes porque tengo irme a trabajar.__ Es justo por lo que vine. - se
Aiden.__ ¿Lo encontraron? - pregunté a mi jefe de seguridad, el cual venía llegando a mi encuentro con aspecto de haber corrido. __ No, señor. No aparece por ningún lado. Ni siquiera la señorita Lexi aparece. - declaró hablando por el auricular con los demás intentando saber si ellos tuvieron suerte, sin embargo, es el mismo resultado. Nadie los vio, pero estoy seguro de lo que Isabella y yo vimos. Era Noah, no me cupo la menor duda que era él. __ ¿Que hay con el auto? - consulté de nuevo. Este caminó viendo un punto específico, con algo de incredulidad en su mirada. __ ¿Donde está el vehículo? - devolvió. A unos cuantos metros de donde habíamos salido debería estar, pero estaba vacío, en su lugar hubo una furgoneta de una veterinaria. Maldije para mis adentros, no debí haber dejado sin vigilancia ese lugar. Pero las prisa por entrar al edificio donde los vi, me hizo olvidar que podían irse de ese modo.Tuve que haberlo previsto. Con el mismo pensamiento regresé a la camioneta,