Con latidos vehementes, rápidos y, podría asegurar que audibles, ya que siente que estallan en su oído cuan tambor tedioso y tortuoso, Tron sigue él rastro del aroma que se torna cada vez más fuerte.Llega a un lugar lodoso, de caminos estrechos y que lucen riesgosos para montar a caballo. Es por esto que él amarra el animal a un árbol y decide continuar el trayecto a pies.De momento, un aroma familiar se mezcla con las otras dos, lo que le causa temor, confusión y sorpresa.—Mis sentidos deben estar fallando —dice para sí con un atisbo de preocupación.Él sigue el rastro de los tres aromas; sin embargo, un olor a putrefacto lo hace taparse la nariz, al tiempo en que hace una mueca de asco.—¡Qué demonios! —profiere con cara de disgusto.Una sensación nauseabunda le remueve el estómago, pero él trata de ignorar la reacción de su cuerpo y concentrarse en la búsqueda.—¡Diablos, esto es demasiado difícil! —exclama con lágrimas en los ojos, debido al gran esfuerzo que está haciendo para
El cielo sin expresión crea un ambiente relajado, con brisa suave que le acaricia la piel mestiza, pero que su falta de sensaciones pasa desapercibida.Aquel trance la hace sentir tan calmada, tan en paz..."Peligro", la voz de su loba resuena en todo su interior, trayéndola de vuelta donde sea que se encuentre.—Dylan... —balbucea, al recordar que estuvo cerca de él y que pudo escuchar su llanto.Otra vez ese recuerdo la visita y le molesta que es lo único que tiene en su mente.Se ve en el campo, rodeada de flores silvestres, árboles, grama verde, mariposas y aves, y debajo de sus pies descalzos la suave tierra marrón se deja pisar por sus plantas.El sol es opacado por las nubes grises, lo que cambia el ambiente por uno deprimente y escalofriante.—Dylan... —balbucea incrédula, al escuchar aquel llanto que solía despertarla por la noche.Como presa que va directo al matadero, Otsana corre en dirección a los gritos del cachorro y a poca distancia vislumbra una canasta debajo de un á
Los galopes del caballo se escuchan apresurados y bruscos, y levantan el polvo y pequeñas piedras, cada vez que el suelo es impactado por ellos.De igual manera late el corazón de Tron, quien ha empezado a sentir la desesperación de su mate.Él no se detiene en la cabaña de Riú porque sabe que ella no se encuentra allí, más bien, sigue el rastro del aroma que lo enloquece y que inquieta a su lobo.«Rosas silvestres...»No muy lejos de la cabaña, un olor característico se mezcla con el de su mate y el temor lo apuñala y lo hace sentir un inútil.«Soy un imbécil. No fui capaz de saber que fui manipulado todos esos años, tampoco tuve la valentía de darle su lugar a mi mate. Fui un inútil para protegerla a ella y a mi cachorro, y ahora, mi pequeña loba está en manos de esa maldita loca. No merezco tener una compañera si soy incapaz de mantenerla a salvo», se recrimina con rabia. En ese momento se odia a sí mismo.Detrás de él cabalga Arel, mas este se detiene al ser interceptado por Riú.
PasadoLa flor de la manada se sentía devastada y traicionada. Verlo besar a otra mujer y mostrarla ante todos, como a su pareja destinada, fue un golpe fuerte para su corazón.Después de que ella insistiera tanto, él cedió ir a verla adonde ellos solían encontrarse.—Eres un traidor... —musitó entre lágrimas.—¿Hablas en serio? Ella es mi mate, Azucena. Traición sería negar mi lazo y quedarme contigo —le respondió el chico, cansado de sus reclamos—. Pronto mi padre me cederá el liderazgo de la manada, por lo tanto, haremos la ceremonia de unión donde marcaré a mi luna. Deja de buscarme y haz tu vida, así como yo ya he hecho la mía.—Eres un desgraciado. Te he dado todo de mí y así me pagas. ¿Qué hay de nosotros?—La pasamos bien, hermosa flor, pero ya no somos unos muchachos que hacen travesuras en el bosque. Ambos hemos encontrado a nuestro compañero destinado y debemos ser adultos responsables.Azucena lo miró con ira, pero decidió hacerlo entrar en razón y convencerlo de que la es
Clarice mira a Otsana con ojos cristalizados y, sin poder retenerse más, se le lanza encima en un abrazo cálido.—Te voy a extrañar mucho —solloza aferrada a ella—. ¿Tienen que irse tan rápido?Riú hace un pequeño gruñido y se cruza de brazos.—Por supuesto que tienen que irse, ya que me siento asfixiado en mi propia casa; agradecería también, que Arel y tú hicieran lo mismo —responde el mestizo con voz tosca.—Pues tendrás que soportarnos unos días más, imbécil —le contesta Arel—. No he tenido tiempo de preparar la casa que le compré a mi hermosa mate. Señor alfa, necesitaré unas vacaciones pronto.—Deja de llamarme alfa, infeliz —gruñe Riú hastiado.—Disculpa que me entrometa —interviene Tron—, pero Arel tiene razón al llamarte así. Nadie mejor que tú para tomar el gobierno de esta manada, con Arel como gamma. Ustedes hacen un buen equipo y estoy seguro de que los dos harán de Fuerza de bronce una gran manada.Riú no responde, más bien se queda absorto en sus pensamientos. Después d
Una semana después...Tron y sus hombres se detienen a descansar y a alimentarse, en un bosque cercano al territorio que él había declarado como suyo.Después de un baño reparador, él se sienta debajo de un árbol que se encontraba alejado de los demás, quiénes prefieren acercarse a las fogatas debido al frío insoportable que hace aquella noche.—Alfa, tengo un informe para usted... —lo aborda Maura dubitativa—. Lo descubrí varios días atrás, pero no me había atrevido a dárselo porque sé lo mucho que leer su contenido lo afectará.Tron la mira intrigado.—Sabes bien que no me gusta que me oculten los asuntos importantes —gruñe molesto.Ella suspira con tristeza fingida y le extiende el reporte.Tron lee el documento meticuloso y, a medida en que las palabras cobran sentido en su cabeza, el pulso se le acelera y la vista se le nubla.—¿Qué es esto? —interpela, al borde de la ira.Ella se pone nerviosa porque teme que él encuentre alguna discrepancia, que saque a la luz la manera en la q
Días después...El anuncio de la llegada del alfa resuena por todo el claro, donde los omegas y guerreros que llegaron por medio del transporte marítimo y terrestres están habitando en tiendas.Otsana, quien acaba de amamantar a Dylan, sale de su tienda a toda prisa, ansiosa por ver a su mate.Con el corazón latiéndole frenético, la respiración agitada y varios escalofríos de anticipación viajando a través de su piel, ella se une a los demás, quienes se han agrupado en medio del campamento para recibir a Tron y a los guerreros que vienen junto a él y los omegas más fuertes.Una sensación extraña le embarga el pecho, a medida en que él se acerca, y poco a poco la tristeza que él oculta se le transmite a ella.«¿Qué le sucede a Tron?», piensa preocupada mientras busca la mirada gris, como si en ella encontrará esa respuesta que necesita.Tron empieza su discurso aún en el caballo y rodeado de sus guerreros más poderosos y de confianza. A su lado derecho se encuentra Maura, quien lo obse
Tron se encuentra dentro de una tina que ha sido preparada para él en un lugar alejado y tranquilo, cubierto por cortinas y plantas.Él está absorto en sus pensamientos y rememora una y otra vez la expresión de Otsana.«Pequeña loba...», piensa con añoranza y arrepentimiento.—Alfa... —Aquella voz despierta a su lobo y le provoca una ira, a la que él aún no logra descifrar el motivo del todo.—¿Qué diablos haces aquí? —masculla entre dientes.—Vine a ayudarlo con su baño —responde con un tono seductor que a él le incomoda.Maura siempre ha sido una guerrera sobresaliente, en quien él se ha apoyado por muchos años y en quien más confía por su lealtad y disciplina; sin embargo, su nueva actitud lo pone incómodo y le provoca un revoltijo en el estómago que le causa mal humor.—Si necesitare ayuda para esto, ¿crees que te llamaría a ti? —profiere sin disimular su disgusto.—No solo le puedo ayudar con el baño, también puedo relajarlo. A leguas se le nota la tensión en el cuerpo... —Ella s