Habían perdido. Podían decirlo de muchas maneras o alargar su momento, justificando su fracaso, por falta de hombres o por no saber cómo era ese castillo misterioso. Pero, todo los llevaba al mismo punto: habían perdido.Los hombres agarraron a Alessandro sin dejar de apuntar a su cabeza y él intento alejarse de esos hombres. Pero un disparo lo paralizó. El disparó, se lo había hecho su abuelo y le había herido en su abdomen. Algo que sorprendió a los presentes que habían tenido la orden de no herirlo así. Alessandro, también estaba sorprendido, no creía que sería posible que su abuelo lo hiriera. Pero, ya lo había hecho y no había marcha atrás. — Tú…— ¿Qué creías, Alessandro? ¿Creíste qué por ser mi nieto, iba a permitir que vinieras a mi casa, matarás a mis hombres y expusieras a mi bisnieto, y yo no te respondería con violencia? — pregunta Augustus, en tono burlón mientras baja por las escaleras, con un estilo característico de los Delacroix — Ese bisnieto del que hablas, es mi
La furia rodeó el corazón de Alessandro cuando vio todo lo que había pasado con Kim desde que había sido secuestrada. Su corazón, se endureció mientras su aura se tornó oscura. Sabía que había pasado por mucho, pero no creyó que ni estando mal, su abuelo no le hubiese tenido compasión.Estaba feliz por ya ser padre, pero el sinsabor de no haber estado en el momento más importante, le cabreaba y más lo hacía, ver el miedo que ella mostraba durante cada día que pasaba‘Me había esperado. Había anhelado tanto que llegara pronto y no lo hice. Volví a fallarle de la forma que jamás debí hacerlo.’ murmura mentalmente Alessandro.— Soy un inútil. Ella me esperó, mientras yo seguía sin encontrar algún rastro. Soy un maldito imbécil, incapaz de proteger a mi mujer e hijo, de mi propia familia — murmura Alessandro enojado. — Alessandro… — susurra Lucía — No, Lucía. No quiero escuchar que hice lo que pude, ni ninguna otra tontería. No lo acepto. — Está bien, no pensemos en eso ahora. Necesitam
Tres meses despuésNarra KimAbrazo a mi pequeño que ha crecido y se ha engordado un poco en estos meses. Ahora, el niño que dormía todo el tiempo, pasa más tiempo despierto jugando conmigo. Hoy, mientras lo baño, veo cuan afortunada soy por tenerlo en mi vida. Si no estuviera conmigo, no había sentido pasar los días tan rápido y la verdad, tanto encierro me habría vuelto loca. Porque, aunque aquí no ha llegado el señor Augustus, su nieto, es igual de estricto a él. Según él, porque debo cuidarme de no recibir frío o el bebé. ‘Como si eso le importó cuando nos sacaron corriendo de aquella m*****a burbuja.’ digo mentalmente. Mi bebé ríe mientras juega con el agua de su tina y yo acaricio su cabello mientras escucho que tocan la puerta.— Adelante — digo y es cuando veo a Augustus Javier entrar.— ¿Disfrutando un buen baño? — pregunta Augustus Javier y el bebé le sonríe para después, seguir viendo su agua.— ¿Qué sucede? — pregunto sin mirarlo.Aunque debo de cierta forma agradecer qu
El peligro de una propuesta peligrosa, me hace salir de mis pensamientos para alejar mi mano de su toque y caminar hacia mi bebé. Mientras lo hago, Augustus Javier sonríe con su mirada, como si estuviera cansado.— Creo que ya podemos irnos — digo y él asiente.— Claro, vamos. Lo que quiero lograr, debe ser con paciencia. — ¿Qué planeas hacer, Augustus Javier? — Nada. No debes preocuparte porque quiera hacerte daño.— No creo que sea ‘nada’. Tienes algo en mente, Augustus Javier y te lo diré ahora, para que no gastes tu energía en un imposible. — ¿Qué es imposible para mí? — pregunta Augustus Javier sonriendo.— Yo, por supuesto. Si estoy contigo, es porque eres un beneficio para mí y no porque quiera estar contigo o me gustes. Recuerda nuestra relación, Augustus Javier, estamos juntos porque resultamos beneficiosos para el otro, nada más. — ¿Lo dices por lo de llamarte señora Delacroix?— Sí, nunca lo he sido, ni quiero serlo.— Eres extraña, Kim. Todas las mujeres y hombres, en m
Narra Alessandro ¿Qué tanto te puede afectar no encontrar a alguien? Tomando el último trago de mi botella de coñac, me surge una pregunta importante, ¿cómo existen en el mundo, hombres que pueden vivir sin ver ni responder por sus hijos?Realmente quiero mantenerme fuerte y ser razonable, pero no puedo. No logro encontrar calma, cuando sigo sin encontrarlos. Con enojo, miro el video donde ella se encuentra sola mirando a la ventana y la culpa me carcome. Arrugó en mi mano nuestro acuerdo y maldigo el momento en que quise ‘probar’ con otra mujer cuando nos habíamos acercado tanto. ¿Por qué fui tan idiota? Sabía que me gustaba y que ella no era como Yocelyn, para estar de acuerdo con una infidelidad, así que, ¿por qué lo hice?‘¿Por qué fui tan estúpido para dañar algo cuando solo quería probar más m****a de lo mismo?’ me pregunto y la respuesta, me llega de inmediato.Tenía miedo. Le había propuesto matrimonio, por el bien del bebé. Pero no lo había hecho porque me había enamorado d
Narra Kim ¿Cuánto puede cambiar una persona? En realidad, con mi experiencia tratando a los Delacroix, podría decir que las personas cambian drásticamente o que ese cambio, es un síntoma de problemas mentales. Ya que, nadie puede ser tan distinto si no estaba fingiendo o tiene un problema de personalidad. En el caso de Augustus Javier, no sé realmente cuál es su motivo, pero sí sé que es un peligro. Uno del que debo tener cuidado o podría pasarlo peor de lo que ya he pasado.La puerta se abre y de inmediato, yo miro hacia el arma que pueda usar para derribar a mi oponente si intenta hacerme daño. Augustus Javier, comprende mi intención y sonríe dejando sobre la cama, una revista donde somos la portada.‘Esto debe ser una broma.’ digo mentalmente— ¿Qué te parece? Nos vemos bien, ¿no crees? — pregunta Augustus Javier sonriendo.— ¿No me dijiste que no podían tomarnos fotos, aunque quisieran?— Es cierto.— Entonces, ¿por qué estamos en una portada de revista? — pregunto molesta al ver
Dos semanas despuésDespués de haber sido valiente, no he podido obtener una respuesta de Augustus Javier y ello solo me preocupa, porque ni siquiera puedo ir a averiguar por su decisión, cuando no está en la casa.Por lo que, solo puedo entretenerme atendiendo a mi hijo, mientras espero que mi secuestrador me permita por lo menos, conceder una salida o la oportunidad de ver a mi mejor amiga.— ¿Me extrañaste? — pregunta Augustus Javier mientras yo tomo un baño de sol con mi pequeño.— ¿Qué quieres? — pregunto fríamente— Llevo semanas afuera, ¿y así me recibes? Eso es cruel.— Como sea, ¿Qué te trae por aquí? — Aunque no lo creas, vivo aquí, Kim.— Sí, claro. ¿Vienes aquí por algo o solo a saludar?— Vengo a traerte revistas. — No me interesa ver revistas, Augustus Javier. — digo ingresando a la casa con mi pequeño.— Esta te va a interesar, es de la chica que me pediste traer, Lucía Parker — comenta Augustus Javier haciendo que me detenga — Así que, pensé que te iba a interesar est
El día de la fiestaComo si fuera el evento más importante del mundo, Augustus Javier viene por nosotros a las seis de la mañana, para poder marcharnos a París dónde no tenemos un solo momento de descanso.Los preparativos son demasiado agotadores, que puedo creer que todo esto lo hace Augustus Javier para demostrarle a Alessandro que él tiene mejores gustos para vestir y más joyas de las que alardear.Mientras exfolian mi cuerpo y arreglan mis uñas, imagino que debo hacer para no poner en riesgo la vida de mi hijo, mientras pido ayuda. El recibimiento fue como si fuéramos estrellas o científicos de renombre que ameritan ser recibidos en el aeropuerto con una multitud de fotógrafos intentando retratar cada paso que damos juntos.Una locura. Una que me impide hablar con alguien cuerdo y que no este del lado de los Delacroix, una misión bastante complicada.— Buen, señora Delacroix. Ya hemos terminado con el masaje, tendrá que esperar que terminen con sus uñas y estás estén secas, para q