El día de la fiestaComo si fuera el evento más importante del mundo, Augustus Javier viene por nosotros a las seis de la mañana, para poder marcharnos a París dónde no tenemos un solo momento de descanso.Los preparativos son demasiado agotadores, que puedo creer que todo esto lo hace Augustus Javier para demostrarle a Alessandro que él tiene mejores gustos para vestir y más joyas de las que alardear.Mientras exfolian mi cuerpo y arreglan mis uñas, imagino que debo hacer para no poner en riesgo la vida de mi hijo, mientras pido ayuda. El recibimiento fue como si fuéramos estrellas o científicos de renombre que ameritan ser recibidos en el aeropuerto con una multitud de fotógrafos intentando retratar cada paso que damos juntos.Una locura. Una que me impide hablar con alguien cuerdo y que no este del lado de los Delacroix, una misión bastante complicada.— Buen, señora Delacroix. Ya hemos terminado con el masaje, tendrá que esperar que terminen con sus uñas y estás estén secas, para q
Narrador OmnipresenteLa noche era esplendida, si París era hermoso normalmente, preparar todo un edificio para la ocasión, lo hacía ver más deslumbrantes. Los encargados, ultimaban detalles para la noche donde hablaban de todo menos de negocios. Porque, aunque estaban todas las personas adineradas del mundo, las alianzas que allí se formaban, no seguían los pasos para una sociedad. Muchas veces, eran utilizadas las mujeres para ejercer presión o limpiar desastres. Ya que, para esos hombres, era importante casarse con una señorita y si una de esas ‘señoritas’ pierde lo que las hace señoritas, sus padres perderían la oportunidad de casarla con un chico rico.Esa oportunidad, es la que recuperan en un evento como este donde drogan a sus objetivos y simulan que sus hijas perdieron la virtud en una noche de copas.Esos números, han ocurrido tantas veces y de tantas maneras que muchas chicas embarazadas, se han atrevido a decir que esos hombres adinerados las embarazaron.En el pasado, te
Narra KimDeseaba desaparecer de aquí, por más que imagine encontrar a mi amiga, este lugar no me agrada. Parecemos pequeños peces en una piscina de tiburones. Pero, vaya que tienen hambre, porque ya puedo pisar la saliva que ellos derraman al verme. ‘Si que se ven como unos enfermos sexuales’ murmuro en mi interior. Augustus Javier, me toma de la cadera con posesividad, para avanzar por el salón, ignorando la mirada fija de Alessandro y Lucía. Cuando andamos juntos, puedo ver los celos y deseo de los presentes. Recordándome que esto no es una fiesta, sino, un campo de batalla donde yo soy el blanco — Vaya fiesta de negocios — murmuro y Augustus Javier sonríe.— No es algo del otro mundo. Puedes comer y beber lo que quieras, sin preocuparte por Asher, si no puedes darle leche materna, ya tengo quien si pueda darle. — susurra Augustus Javier sonriente y es allí cuando noto su intención.No decirme como es realmente este lugar, “autorizarme” beber y comer, y el que no tenga que preocu
Podría decir que me alegra ver como todos bajan sus miradas ante la declaración de Augustus Javier, pero, no me da esa satisfacción, al recordar que el hombre que me defiende, es el mismo que actúa como loco sin avisar. Por lo que, no me dejo llevar de este pequeño segundo donde actúa como una persona cuerda — y posesiva—.— ¿Estas bien, querida? — pregunta Augustus Javier y yo asiento mientras toma la mano con la que estaba ahorcando a la mujer y la limpia.— Estoy bien.— No debes ensuciarte las manos. Hay personas que ni siquiera merecen nuestra mirada, mucho menos, que las toquemos — dice Augustus Javier observando a la mujer con desprecio. — Bueno…— Que alguien revise a la señorita Parker — dice Augustus Javier resaltando la palabra señorita — No quiero que después diga que, por mi esposa, perdió a su bebé — dice él causando que la mujer, abra los ojos asombrada.— Señor, espera un momento, mi hija no está…— ¿Seguro que no lo está? Mira sus pechos y como su vientre se está most
La tensión se sintió cuando el descaro que siempre había visto en Alessandro mientras hablaba con frialdad, ahora lo hacía con burla. Una burla que ofendía más que sus propias palabras Como si eso fuera posible.La ira invadió por completo a Augustus Javier, quien se levantó de su asiento, dispuesto a golpear a Alessandro. Se veía por como lo había agarrado del cuello mientras levantaba su puño — Te demostraré quien es el a**o aquí. — dice Augustus Javier cuando lanza su puño.— ¡Ya es suficiente! — grita Augustus Delacroix haciendo que el puño de su nieto, quede en el aire — Es momento de comer, pero sus pocos modales en la mesa, le están dando el postre a los empresarios que nos ven. — dice molesto y es allí cuando noto que todas las miradas están fijas en esta mesa.— Contrólate, Augustus. estás haciendo pasar vergüenza a la familia — dice Alessandro arreglando su cuello mientras su primo se sienta en su lugar. Es evidente que Augustus Javier tiene rabia y poco le importa comer l
Estábamos en medio de un encuentro íntimo que no necesitaba de nuestras entrepierna, para sentirnos unidos. Era un sentimiento único que me hacía sentir que soportar tanto, había valido la pena.Porque no estaba luchando sola, él también lo hacía a su manera y ahora, estábamos uniéndonos para recargarnos. Para recuperarnos de los dolores que su familia, nos había causado.— Debes marcharte, no podemos exponernos así — digo intentando separarme de él y es allí cuando deja de abrazarme, para besarme.Mi corazón, se acelera de una forma que asusta. Pero, lo que me asusta, no es el ritmo frenético de él, sino, el motivo de ello. Ya no temo porque nos descubran, sino, porque ese hombre tiene el poder de causar este tipo de efecto.Su beso, estaba cargado de muchas cosas que bien podían hacerme adicta a sus labios. Y la fuerza con la que lo hacía, causaba que algo más se humedeciera en mí. Sabiendo como puede terminar ello, alejo a Alessandro de mis labios e intento reponerme.— Esto no está
¿Por qué me gusta complicar tanto las cosas? Puedo alejarlo, desearía tener el interés de alejarlo, pero una cosa es querer hacerlo y otra, fingir que deseo hacerlo. Así que, estoy en problemas, en graves problemas porque la abstinencia, nubla mi juicio e inhibe la parte que me mantiene alerta.Porque, Dios, él es sin duda, un pecado capital. Si Eva sucumbió al pecado, debido a la tentación de la serpiente, para mí, Alessandro es esa jodida serpiente de la que no puedo escapar, porque aún sabiendo que no es correcto seguir, las fuerzas no me ayudan. Porque mi cuerpo se concentra en calentarse, para él.‘Sé fuerte, Kim. Solo así, podrás proteger a tu hijo.’ me dice mi mente y de inmediato, lo alejo de mí y lo abofeteo.— Te dije que no. Si para ti es imposible controlarte por tu hijo, para mí si lo es. — digo molesta mientras intento creer que su rostro cargado de deseo, no me afecta.— Yo… lo siento — dice Alessandro alejándose, mientras peina su cabello con frustración ‘No hagas eso,
Necesitaba calmarme, pero el fuego que emanaba de nuestros cuerpos, nos consumía de una forma que no nos lastimaba, sino que, nos encantaba por completo. Estaba feliz, bastante satisfecha de darle una pequeña mordida, era como si todo el tiempo absteniéndome era la preparación para un manjar.Nuestro beso se profundiza aún más, mientras yo le quitó la corbata de un solo movimiento y él, manosea mi cuerpo descubierto. La vergüenza porque otro hombre me vea desnuda después de haber tenido un parto, me preocupa, pero, Alessandro se concentra tanto en encenderme, que ignoro la incomodidad y comienzo a desabrochar su camisa. — Alessandro, hemos pasado tiempo aquí, van a descubrirnos. — susurro rompiendo nuestro beso, para intentar sonar angustiada, pero la excitación, me lo impedía. Había eliminado de mi cuerpo, cualquier rastro de tristeza, dolor o preocupación que pudiera dañar el momento.— Solo será un momento — susurra Alessandro y los dos nos reímos, porque sabemos que es mentira. S