Capítulo 50

La vi sentada en su mesa, rodeada de compañeros que se atrevían a tocar su vientre.

Apreté la mandíbula con fuerza. Odiaba verlo. Odiaba la confianza con la que lo hacían.

Me llevé el whisky a los labios y lo bebí de un solo trago, conteniendo el ardor en mi garganta. No hice ruido. No permitiría que notaran cuánto me carcomía por dentro.

La presentación estaba por comenzar, pero antes de eso, hubo un espectáculo.

Las luces se atenuaron, y un grupo de bailarinas se esparció por el salón, moviéndose con sensualidad calculada. Una de ellas se acercó a mí, deslizándose con intención. Su cuerpo era un arma, una invitación descarada.

Pero mis ojos estaban fijos en Georgina.

Su expresión era impenetrable, su postura rígida. Ni una sola vez dirigió su mirada hacia mí.

La bailarina insistió. Se movió más cerca, inclinándose lo suficiente para asegurarse de que la notara.

No lo logró.

En mi mesa, mi familia y la de Dayanara estaban reunidas. Sin embargo, había una silla vacía. La de e
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP