—Yesenia, ¿Te encuentras bien?Ariadne se levantó, mirando como el rostro de su hermana mayor se mantenía lleno de seriedad a la espera de una respuesta. Ariadne estaba confundida.—¿Te vas a quedar callada o me vas a explicar lo que pasó?— Yesenia elevó una de sus cejas y comenzó a caminar de un lado a otro de esa sala.—¡Pero qué quieres que te diga!—¡Ariadne! ¿Cuándo pensabas decirme lo que pasó en la feria?Ariadne sintió una chispa de alivio al escuchar esa pregunta. Por un momento pensaba que la respuesta que estaba esperando Yesenia era acerca de su embarazo.Ese era un tema que en un futuro saldría a a la luz y no podía esperar a última hora para poder encontrar una solución.—Solamente fue un altercado. Un problema...—Mira...— Yesenia saco su teléfono y entro a las redes sociales. Un video se comenzó a reproducir segundos después y se mostraba a una mujer rubia, amenazando a Ariadne con un cuchillo, —¿Cuándo pensabas contarme que estuviste en peligro? ¡Casi te matan!Rodrig
Veinticinco minutos antes...Ignacio estaba contra la espada y la pared. Después de leer ese resultado sabía que ahora las cosas se le iban a complicar más y por esa razón había decidido esconder ese papel en la caja fuerte de su mansión.—Malak... ¡Malak! ¿Será que puedes venir rápido a mi oficina?Ella llegó rápidamente al lugar. Estaba más calmada. Pero todavía había evidencia de su reciente llanto por medio de sus pómulos. Ignacio le hizo señas para que se sentará y espero de manera paciente a que ella obedeciera.—¿Qué sucede?— Malak hizo esa pregunta con nervios.—Tengo que salir justo ahora. Necesito que te quedes callada y si preguntan por mí no digas qué estoy haciendo o para dónde estoy, ¿Te quedó claro?—¿Vas a reunirte con las personas del castigo oscuro?—Malak.— Él hizo mención de su nombre entre dientes, —Yo espero y aspiro que no se te vaya la lengua.—Si quieres me encierro en el cuarto hasta que llegue.—Tengo que ir a la casa de Verónica Berlín para revisar algunas
—¿Y qué crees que sea eso que mis padres tengan oculto y que tú estás dispuesta a descubrir como sea?Rodrigo no se sentía tan cómodo con respecto a esa idea de Ariadne. No tenía dudas de que sus padres si tuvieron un pasado con Verónica Berlín y hasta con la misma Laura Lizbrook. Sin embargo, ellos eran sus padres y no los quería juzgar.—Algún vínculo o alguna conexión entre ellos.— Contestó Ariadne, —Pero esas son cosas que quiero indagar por mi cuenta.—¿Qué harías si resulta que uno de mis padres asesinó a tu madre o a Verónica Berlín?—La justicia se tendrá que encargar del responsable y no me importa quién haya sido.—¿En qué quedamos ahora?— Rodrigo estaba relamiéndose los labios con su lengua. No era una muestra de deseo, sino una acción inconsciente que se combinaba con su rostro pensativo, —¿Al fin qué vas a hacer con ese embarazo?—Yesenia está casi que nos descubre...— Ella se le acercó para hablar en voz baja y cerca de su oído. Después retrocedió y lo observó fijamente,
—¡Tienes que acelerar! ¡No te detengas! ¡Rápido!— Ariadne estaba desesperada, tocándose el vientre. Las lágrimas fluían por su rostro sin parar.—¡Eso es lo que estoy tratando de hacer!— Dijo Clarisse, pisando el acelerador con todas sus fuerzas y aferrando sus manos al volante, —Pero no puedo correr el riesgo de que suframos un accidente de tránsito.—¡Pero si no aceleras esa persona que nos viene persiguiendo nos va a alcanzar!— Ariadne estaba más desesperada, tratando de mirar hacia atrás, —Yo no quiero que nos pase nada y mucho menos a mi bebé.Clarisse Haldorn no dijo nada más. Tenía que analizar la situación si es que quería lograr escapar y no morir en el intento. Estaban en medio de una carretera y era de noche. Por lo tanto, la iluminación era escasa y para empeorar la situación estaba cayendo una fuerte lluvia que estaba volviendo el pavimento resbaloso.—Yo te prometo que te voy a sacar de ésta situación, Ariadne. Solamente no te alteres que eso no le hace bien a tu bebé.—
Phoenix, Arizona. Tres meses antes... —Yesenia.— Ariadne se detuvo en la entrada con una sonrisa de labios cerrados, —Sabía perfectamente que te podía encontrar en tu taller. —¿Cómo sabías que estaba acá?— Yesenia le preguntó con curiosidad bienhumorada, sin mirarla porque estaba concentrada en su arte. —El arte es uno de tus mayores pasatiempos.— Contestó Ariadne, terminando de entrar para admirar la hermosa obra realizada en ese enorme lienzo, —La pintura es la principal causa de tu felicidad. —Incorrecto.— Yesenia dejo el pincel a un lado. Ariadne tenía la mirada ampliada y sus ojos grises estaban llenos de curiosidad, —Mi mayor felicidad es mi matrimonio con Rodrigo Longwoth. —¿Es es una semana? ¿Verdad? —En una semana. Siete días para poder sellar mi unión con el amor de mi vida. Yo amo a Rodrigo Longwoth. Ariadne sintió un nudo en su garganta y al mismo tiempo un sentimiento de culpabilidad dominó su mente. Jamás se iba a perdonar el error tan grande que había com
—¿Secretos?— Rodrigo comenzó a reír, —Me divierte mucho tu imaginación.—¿Vas a entrar a la mansión o te vas a quedar afuera, Ariadne?— Yesenia poso su mirada sobre su hermana menor. Ariadne asintió de manera dubitativa, dando unos pasos lentos y meticulosos al interior, —No tengas miedo. Mis futuros suegros tampoco son capaces de matarte.—El hecho de que me odien sin ninguna clase de sentido es suficiente...— Ariadne se quedó en silencio, tomando asiento en uno de las sillas de la sala, —¿Ellos están acá en la casa?—Mi padre está en una reunión en su oficina y mi madre debe estar dormida.— Rodrigo hablo con mucha calidez, —¿Quieres un trago? ¿Un vino? ¿O prefieres un café?Ariadne nego con la cabeza. Ahora sus ojos de color gris estaban fijos en un punto desconocido. Su mente estaba trayendo recuerdos de ese momento amoroso que había tenido con Rodrigo Longwoth.—Yo vine para acá para buscar mi regalo.— Yesenia meneó sus cejas de arriba para abajo. Una sonrisa hermosa estaba en su
—¿Qué?— Ariadne se detuvo en medio de la sala de emergencias. Las enfermeras y pacientes que estaban por el lugar los miraban, —¿Cómo crees que voy a abortar al bebé?— Susurró ella, —¿Te volviste loco?—Es una locura el hecho de que estés embarazada de mí.— Dijo él en voz baja y entre dientes, —¿O es que ya se te olvidó que soy el prometido de tu hermana mayor?Ariadne comenzó a caminar hasta la salida de esa clínica. Estaba molesta con la situación y mucho más ahora que Rodrigo la estaba siguiendo a toda prisa.—¿Por qué no pensaste eso cuando te acostaste conmigo?— Ella clavo sus ojos grises ardientes en rabia sobre él, —Rodrigo, ¿Dónde teníamos metida la cabeza?—Todo fue un error. Un maldito error que tenemos que eliminar.— Dijo él en voz baja, tomándola de la muñeca, —La solución es que ese bebé nunca nazca.—No.— Hablo ella con voz ampulosa, —Ahora déjame ir. Me tengo que ir para la casa para pensar en una solución.—De acuerdo.— Él la soltó, —Pero me tienes que prometer que no
Ariadne por suerte logró terminar de cruzar esa calle. El carro negro se detuvo unos metros más adelante y del mismo descendió una mujer de unos treinta y tantos años. —Oye, ¿Te encuentras bien?— Preguntó. La mujer era de cabellera negra, —Casi te choco. —Sí.— Contestó Ariadne, procesando la situación, —Lamento mucho todo lo que pasó. Estaba tan metida en mis pensamientos que... —Es un hecho que a todos nos puede suceder.— Dijo la mujer, dándole la mano para presentarse, —Mi nombre es Clarisse Haldorn, ¿Cómo te llamas? —Yo me llamo Ariadne Lizbrook. —Encantada.— Clarisse visualizo el enorme edificio, —Veo que estás saliendo de la sede principal de la cadena hotelera del reconocido multimillonario Ignacio Longwoth, ¿Estabas buscando trabajo? —No. Mi hermana mayor es la prometida del hijo del dueño.— Explico Ariadne, —Me tengo que ir. Un placer conocerte, Clarisse. —Espera.— Hablo Clarisse, —¿Qué te parece si damos un paseo por la ciudad? Ariadne se quedó pensativa. —Bueno. Un