Al final de su clase Ariadne Lizbrook tenía dos opciones: Regresar a su casa o ir al lugar de trabajo de Ignacio e intentar obtener más información con respecto al caso de su madre. En el fondo sentía que Ignacio sabía más de lo que le había dicho. Su curiosidad había ganado y ahora mismo estaba de camino a ese lugar, sin importar cuáles iban a ser las consecuencias de su nueva visita. —Ariadne.— Clarisse apareció en su auto justo a su lado. Estaba sonriente, —¿Adónde vas? —A darle una visita al futuro suegro de mi hermana mayor.— Contestó Ariadne, —No es una cita normal, sino para indagar lo de mi madre. —Con respecto a eso. Necesito hablarte de algo...— Clarisse abrió la puerta del lado del copiloto de su auto. Ariadne entró confundida e interesada, —Mi marido me contó que junto con tu hermana fuiste para pedir que se vuelva a reabrir el caso. —Es que la confesión de Verónica Berlín nos llama la atención y solamente queremos que se haga justicia. —¿Crees que haya sido la
—¿Cómo te enteraste de eso? ¿Acaso Rodrigo te lo contó?— Ariadne estaba casi con el corazón salido del pecho. —Tienes que evitar los errores que después vas a lamentar.— Contestó Verónica, —Yo estaba en esa clínica y bueno, no se me hizo tan difícil volver a tomar el resultado que tiraste a la basura. —¿Ahora con eso pretendes chantajearme? —Nadie está hablando de eso. Solamente quiero que sepas que estoy enterada de todo lo que te está pasando. —Eres demasiado misteriosa y también muy... ¿Sabes qué? Mejor no sigo perdiendo mi tiempo. —Espera, Ariadne. No me dejes con la palabra en la boca. Es una orden. Ariadne se sorprendió por el tono de voz autoritario que estaba usando Verónica Berlín en la llamada. Sin embargo, no le causaba ninguna clase de incomodidad o pánico, sino confusión. —¿Me vas a decir quién asesinó a mi madre?— Ariadne espero unos segundos, —¿O en realidad la mataste tú y solamente planeas poner las cosas a tu favor? —¿Me estás acusando? Créeme que es g
Finalmente la fecha de la mágica y tan soñada boda de Yesenia Lizbrook había llegado.Su hermana menor Ariadne se estaba encargando de su cabello y de darle un estilo divino y maravilloso para está noche. Delante de ellas había un hermoso espejo que estaba pulcro y reluciente.—Ya el ciclo de espera acaba de terminar.— Dijo Yesenia, mirando su hermosa sonrisa a través del reflejo. También podía visualizar a Ariadne sujetando y haciendo cosas de estilismo en su cabello, —La boda es como pasar de ser una oruga a una mariposa.—Y finalmente tus alas coloridas están listas para volar... El momento de que te poses en una flor a llegado.— Dijo Ariadne.—Y esa flor es Rodrigo. Él es como una flor tan hermosa cuyo néctar de pasión estoy dispuesta a disfrutar.Ariadne comenzó a reírse. No lo hacía a modo de burla, sino para poder disimular la incomodidad que estaba sintiendo. En el fondo de su corazón estaba comenzando a sentir: Culpa y celos.Pero, ¿Por qué celos? —Eres buena para sacar fra
—Al menos está noche podrías olvidar todo el absurdo odio que me tienes?— Ariadne se cruzó de brazos y miro fijamente a Malak a la espera de una respuesta, —¿O es qué planeas molestarme toda la noche? —No estaría mal dejarte claro con palabra y obra el odio que te tengo encima.— Contestó Malak con una sonrisa falsa, —Pero también considero que tengo cosas más importantes que hacer. —Podemos llevar la fiesta en paz. Es una buena idea, ¿O prefieres arruinar la fiesta de Rodrigo? —Siempre y cuando te me pierdas de vista, es que tu cara me provoca náuseas, ¿Sabías? —Bueno tómate una pastilla o un remedio. Pero te dejo claro que me vas a tener que seguir viendo.— Dijo Ariadne con una sonrisa de labios cerrados. Después paso por un lado de Malak y la rozo por un brazo con toda la intención del mundo. Malak se aproximó hasta Yesenia que estaba parada en medio del lugar. Llevaba su hermoso vestido y su cabello atado a una cola alta y elegante. —Me gustas porque eres diferente a Ari
—No la he visto ni siquiera se ha aparecido por acá.— Contestó Rodrigo un poquito confundido. —La tengo que encontrar. Ella tiene muchas cosas que aclararme. Justo en el momento en que ella iba a comenzar a caminar. Rodrigo la tomó por uno de sus brazos y la detuvo, provocando un suspiro de impaciencia en ella. —¿Qué quieres? No tengo tiempo para quedarme acá hablando. —No es el momento para que te pongas a buscar respuestas.— Le dijo él, soltando su brazo, —¿Puedes esperar que al menos se acabe la boda? ¿Puedes respetar la noche más importante de tu hermana? Ariadne lo miró con firmeza. Sus ojos grises manifestaban lo que parecía ser una mezcla de rabia e impotencia. —La palabra respeto es algo que no tuvimos con Yesenia.— Dijo ella en voz baja, —Ahora. Tengo que buscar a Verónica para que me aclare cada una de mis dudas. 。◕‿◕。 —Esa desgraciada solamente vino a remover las cosas.— Malak se estaba sirviendo un trago de tequila. Un par de gotas quedaron derramadas sobre esa
—¿Es que ella está loca? ¿Por qué se va corriendo de esa manera? Ariadne señaló hacia la dirección a la que se había retirado Verónica. No entendía y no había lógica del porqué había salido corriendo de esa manera. —Es que te pones intolerante.— Dijo Malak, mirándola con desprecio, —Estábamos acá hablando de cosas personales y tú vienes a arruinar todo. —No me culpes de tus desgracias. Además estaban hablando de algo más delicado. Yo los estaba escuchando detrás de la puerta. —¿No te da vergüenza? ¿Sabías que estar escuchando conversaciones ajenas es de mala educación?— Ignacio preguntó en un tono de voz alto y lleno de alteración. —Yo sé que estaban hablando acerca de mi madre. Al menos uno de ustedes dos sabe si Verónica Berlín tiene algo que ver, ¿O no? —¡No nos interesa! Ahora lárgate de acá que no puedo ni verte a la cara.— Malak se cubrió el rostro y miraba a otra dirección, —Me das náuseas, Ariadne. —No crean que por nada del mundo me voy a quedar con la duda, ¿Les
—¿Quién?— Rodrigo la estaba mirando a la cara, usando sus manos para poder sacarle las lágrimas que fluían rápidamente por sus mejillas.—¡Verónica!— Gritó Yesenia en respuesta, —¿Por qué se viene a morir en la noche más importante de toda mi vida?—¿Verónica está muerta?— Clarisse Haldorn fue corriendo hasta el lugar del que venía Yesenia.Todos los presentes fueron hasta el lugar. La escena no parecía alarmante y en medio del suelo de esa sala, estaba Verónica Berlín tendida con los brazos cruzados por encima de su pecho y la cabeza a un lado.—Alguien la asesinó.— Dijo Rodrigo, mirando el cadáver, —Yo no creo que Verónica haya querido atentar contra su propia vida.—Ella era una loca... Yo si la creo capaz de matarse así misma.— Malak habló con seriedad, mirando con desprecio el cadáver de Verónica.Yesenia Lizbrook estaba observando la posición del cadáver. En ese momento tuvo un fugaz recuerdo de su infancia, en la ocasión en que había visto a su madre tendida sin vida.La posici
—¿Eso significa que fue usted la última persona que vió con vida a Verónica Berlín?—¿Qué? No. No lo sé. Pero yo le juro que cuando deje de hablar con ella en ese salón, estaba viva.— Contestó Ariadne, sintiendo su corazón acelerado. Era primera vez que estaba bajo una situación como esa.—Pero con esa explicación me está dando entender que lo hizo.— Esteban Morales golpeó el escritorio con la palma de su mano, —¿O es qué me estoy equivocando?—Te estás equivocando. Ahora te pido que me dejes hacer una llamada telefónica.— Dijo ella más calmada que hace segundos, —Es un derecho que me corresponde.Esteban Morales asintió y la dejo sola para que hiciera su respectiva llamada telefónica. Pero con la condición de no tardarse más de tres minutos o sino le quitaría el celular de las manos.Ariadne una vez que el detective se retiró de la sala de interrogatorios. Tomó su celular que estaba en una cajita y marcó rápidamente el número telefónico de la persona que la podía ayudar.Su hermana Y