Silvain se había despertado con un tremendo dolor de cabeza, se sostuvo la misma entre sus manos, aturdido con lo terrible que se sentía, eso le pasaba por haber ingerido alcohol como si no hubiera mañana, ahora estaba viviendo las consecuencias; sabía que tenía que ir al trabajo, y más cuando ameritaba de su presencia diversas reuniones; ese día tenía el horario apretadísimo y faltar significaba un gran problema para él. —¿Quieres tylenol? Escuché que funciona para...—Sé para que es —le interrumpió no queriendo ser brusco, pero sus palabras fueron duras de todos modos; la chica salió de la habitación, solo lo quería ayudar, no era menester que se dirigiera a ella de ese modo. Era tan grosero. Silvain maldijo, tampoco pretendía ser así con ella. Marie apareció ese día de imprevisto, alegrándose de ver la muchacha, ella solía visitarla a menudo, y Rachel siempre trataba de mantener una sonrisa en su rostro, pero elevar sus comisuras ese día fue imposible. —¿Todo bien? Aunque por t
Cinthia y su hija, estaban en la casa encargándose de la limpieza, por esa razón la muchacha no se sentía tan sola, al menos entre ellas conversaban un poco. —Rachel, ¿quieres que te prepare algo se comer? Estoy desocupada porque ya terminé de hacer la limpieza en las habitaciones y mi hija se encargará de la cocina. Puedo prepararte algo, ya llegó la hora del mediodía y debes alimentarte a tiempoAmbas eran demasiado delicadas y atentas con ella. Cinthia siempre tan cálida y maternal. —Podría prepararme yo misma el almuerzo aunque suena genial que lo hagas por mí. Sin embargo, tengo demasiadas restricciones en cuanto a la comida... no puedo devorar lo que me plazca, siempre me debo quedar al margen de ciertos alimentos debido a mi diabetes. —Lo entiendo muy bien, mi padre también tenía diabetes, así que siempre cocinaba para él, con el tiempo me acostumbré a comer lo mismo, es más saludable después de todo. —Lo entiendo, supongo que él ya no está contigo. —No, hace mucho que mur
Se levantó del suelo lo más rápido que pudo, avergonzada por haber sido encontrada con las manos en la masa, revisando lo que no le pertenecía, independientemente de la razón por la que estaba hurgando entre las pertenencias de Silvain, no tenía pretexto para salvarse. —Silvain... —dijo casi sin aliento, a lo que él expiró. —¿Si sabes qué puedes preguntarme lo que sea en lugar de comenzar a revisar mis cosas? —¿Lo que sea? No creo que quieras hablar sobre tu divorcio o de esa separación que te marcó. Silvain, debo confesarte algo, todo este tiempo te lo estuve ocultando pero ya no puedo seguir haciéndolo, debes ponerte al tanto de la situación y te lo diré hoy mismo —resolvió decidida, él no tenía idea. —Solo deja todo allí, y vayamos afuera —le pidió. La joven lo siguió. Ambos terminaron sentados en el diván al pies de la cama. —Siento mucho lo de hace un momento, la verdad no pensaba revisar nada sin tu permiso, pero todo el día desde que vi la noticia estaba cuestionando muc
—Jefe, no es mi intención interrumpirlo, pero afuera está el señor Boseman y quiere verle. —¿Mi padre? —Sí, él está afuera —confirmó suspirando. —De acuerdo. Hazle saber que pase —se desinfló. —Con su permiso. Sabía que su padre se quedaría un buen rato y no solo estaba de paso, seguramente para averiguar cómo iban los planes del próximo lanzamiento, se dejó caer a la espera de su aparición, no pasó mucho tiempo cuando él ingresó a verlo. —¿Tú y Lorena en el mismo sitio? Hace un momento vi las fotos y me quedé impactado. No pensé que ustedes después de todo se volverían a ver... ¿Acaso es una reconciliación secreta? Algo así a estas alturas es terrible. —Te pediré que no te precipites a los hechos, no es lo que estás pensando —pronunció exhalando. —¿Ah no? Ahora estás en primera plana de diversas revistas, páginas de internet... los tabloides te señalan a ti y a Lorena. ¿No eres ya lo suficiente adulto para tomar en cuenta que este tipo de encuentros son tela que cortar para l
Eso era lo que tanto a la joven la descolocada, porque sentía que su corazón se iba a salir, que explotaría debido a todas las sensaciones que experimentaba en ese precioso instante. Él la llevaba más allá de la estratosfera, dejándola completamente aturdida en una situación que la perdía. Porque... ¿qué era exactamente eso y cómo lo debía tomar? Supuso que aún debían averiguarlo, aunque él era de los dos, el que menos estaba seguro. Al separarse presionó su frente y le sonrió. El corazón de Rachel latía al ritmo de un galopeo veloz. —Gracias por todo, Silvain, eres realmente bueno. Otra vez el hombre asumía que se había dejado llevar por el momento... Y por esa razón la besó, de manera que correspondió con una sonrisa pero no emitió ni una sola palabra al respecto, mientras que su joven esposa Rachel sentía que todo colisionaba dentro de su ser; era ese cosquilleo constante atravesando cada parte de su fisonomía, cada vez que se dejaba envolver por su roce y bajo su mirada se en
Se apresuró en ponerse algo bonito, su suegra estaba de visita y le dio una sugerencia respecto a la ropa, ella se lo tomó de maravilla porque le hacía falta... había tardado demasiado. Era increíblemente difícil escoger solo una prenda de vestir cuando tenía un ropero repleto de diversos vestidos y más. No pasó demasiado tiempo cuando se encontró lista, ya podía sentirse bien consigo misma. Cuando se miró frente al espejo de cuerpo completo, supo que la sugerencia era la correcta, el vestido maternal le quedaba preciso, gracil y bonito al mismo tiempo. —¿Lo ves? Solo es cuestión de evaluar un poco más lo que elegimos a la hora de vestirnos, no todo nos va a quedar bien, pero cada cuerpo encontrará lo acertado. Porque todos son importantes. ¿Te pasará recogiendo? —Eso me dijo hace rato cuando me llamó, creo que terminaba de firmar unos papeles y vendría por mí... Muchas gracias. —De acuerdo... Ustedes se ven tan enamorados que me recuerdan a mí y mi marido cuando nos casamos reci
Jerome se estaba arreglando junto a su esposa para ir a ese evento, pese a los inconvenientes que habían surgido con su hijo y tantas discrepancias, no podía faltar a ese evento importante. Marie ya solo se ponía perfume, y estaría completamente lista. ...No estaba satisfecha con el silencio, porque Rachel esperaba que le diera de una vez por todas una definición a todo eso, sus ojos cayeron sobre la florecilla, era tan bonito el colgante. Pero, detrás de todo eso, ¿por qué se lo dio? Es lo que más quería saber. Y no conseguía la respuesta. La fiesta se llevó a cabo en un lujoso salón que poseía la compañía y estaba destinado para ese tipo de eventos, en aquel lugar nunca había estado la joven por eso se le abrieron sus ojos de par en par, al observar todo a su alrededor aunque dejó a orillas el escrutinio al darse cuenta de que ella era quién estaba siendo observada con la misma impresión inyectada en todos esos pares de ojos. Estaba enganchada del brazo de su esposo y se aferr
A la hora de subir la cremallera del vestido, le tuvo que pedir ayuda a Silvain y para quitarlo también, tan solo con sentir el roce de sus dedos deslizando el cierre, apretó los párpados con fuerza.De pronto el aire en la habitación era demasiado escaso, al punto de sentir que se iba a extinguir el oxígeno, ella respiraba con dificultad y los latidos de su corazón eran fuertes. Su órgano vital se batía contra su pecho y se sentía despiadado. Silvain se inclinó y posó su barbilla en su hombro, haciendo que se paralizara. Él causaba mucho en ella. —Estuviste bien hoy, ¿nerviosa? —Lo estaba. —¿Y ahora? —¿A qué te refieres? —siguió expirando, en cualquier momento se iba a desvanecer y más al tenerlo cerca. No podía con tanto. Él la giró, y conectó con sus ojos, esa mirada en la que inevitablemente perdía en cuestión. —Mañana es la cita, ¿no? —le dijo, de repente con un poco de duda y ella creyendo que seguiría por otro rumbo, que al fin y al cabo la ponía incómoda. —Sí, así e