—Creo que deberías hacerlo...—susurré lentamente como aquella vez y la sonrisa que recibí de su parte hizo flaquear mis piernas. Con suma lentitud acercó nuestros rostros y acarició su nariz con la mía lentamente con los ojos cerrados, como si tratara de alargar nuestro momento. —Prométeme que no dejaras que otro hombre te bese—susurro angustiando dejando un leve beso sobre mis labios haciéndome desear mas—Ni te toque—deslizó el dorso de su mano por mi mejilla lentamente y suspiré abrumada por su toque—Promételo Emma. —Es es una gran cosa que prometer Axel...—advertí—Necesitaría la misma promesa de vuelta. —Prometo que eres la única mujer que me interesa en este momento—dijo separándose levemente mirándome a los ojos. —En ese caso... No dejaré que otro hombre se me acerque, a no ser, claro esta, que sea en contra de mi voluntad—pensé tontamente. —Oh y créeme que si algún gilipollas se atreve, me encargaré de romperle la boca—contestó molesto—¿Entonces en que punto estamos?
AXEL. La manera en la que su pelo se movía debido a la leve brisa de la tarde, la manera en que sus ojos brillaban cuando Aria la abrazaba fuertemente, incluso la manera en la que fruncía el ceño cuando mi hermana señalaba algún árbol llamándolo por su nombre científico. Si, mi hermana sabia mas de árboles que de sumas y restas. —¡Mirad! ¡Esta parte del parque esta llena de Arces del Amor! Nos encontrábamos en un pequeño camino de tierra rodeados de Arces de una mediana altura con copas bastante circulares de hojas coloreadas de rojo. Era un sitio bastante bonito adornado con algunos bancos y farolas. —Sus hojas ahora están de un rojo medio paliducho por el calor del verano—siguió hablando animada—¡Pero en otoño son de un rojo demasiado bonito! ¡Tenemos que venir a verlos los próximos meses! —Claro pequeña botánica— sonrió Emma despeinando el cabello de mi hermana—¿A donde iremos ahora Axel?—preguntó centrando su atención en mi humedeciendo sus labios. Mi cama es una gran o
EMMA. Eran alrededor de las siete de la tarde y nos encontrábamos en el coche de Axel rumbo a dejar a Ari en casa de sus padres. Coldplay sonaba en la radio e instintivamente subí el volumen esperando que a el dios griego de mi lado no le importara, realmente amaba esta banda. Comencé a tararear y mover mis manos y pies al ritmo de "Hymn For The Weekend" la cual me sabia de memoria y escuché la risa de Axel haciendo que dejara de lado mi pequeña actuación un poco avergonzada. Miré su rostro esperando alguna burla de su parte cosa que nunca llegó, se limitó a sonreír de manera encantadora y guiñar un ojo. ¿Porqué es tan jodidamente guapo? —¿Vendrás un rato a mi casa?—Aria llamó mi atención haciéndome girar la cabeza hacia los asientos traseros y me miró suplicante utilizando la misma táctica de puchero y ojitos que usaba yo cuando quería conseguir algo. —Nos quedaremos contigo hasta que mamá o tu padre vuelvan del trabajo—contestó Axel y mi mirada esta vez calló sobre el. —¿Su
AXEL. Debo señalar que ver a Emma bajar con una tiara de juguete en la cabeza me resultó bastante cómico a la vez que adorable pero, sin lugar a duda, lo mejor fué su cara al darse cuenta de que la había llevado puesta mientras hablaba con mi madre. Admito que no entraba entre mis planes que conociera a mi familia tan repentinamente pero mamá me dejo mas que claro que no se movería del salón hasta que la mujer que le había robado toda mi atención bajara. Quería comprobar en primera persona si mi princesita era tan buena como yo le contaba. Si, mi madre es la única mujer a la que puedo confiarle todo. —¿No os quedaréis a cenar?—preguntó mi madre por décima vez en un fallido intento por retenernos en su casa. —Lo siento mamá, esta noche tenemos planes. Emma le sonrió avergonzada por el doble sentido de mis palabras y jugó con sus manos como siempre hacía cuando se encontraba incomoda. —Cenáremos con algunos amigos en mi casa—. Emma habló y sonrió apenada a mi madre. El suspi
EMMA. La confusión de los presentes era notoria. Miré a Oliver el cual me devolvió la mirada igual de sorprendido que yo con sus ojos un poco mas abiertos de lo normal. ¿Que demonios habían hecho mis jodidas amigas? No pude aguantar mas la mirada de Oliver cuando empezó a hacer extrañas muecas y me eché a reír como una estúpida seguida por Noah, la cual, sujetaba su estomago mientras se inclinaba levemente. —Viste...—habló mi amiga entre risa—Sus caras...—las palabras se le cortaban—Las caras de ellas fueron épicas—siguió riendo como loca. —Pagaría por haber podido grabarlas—le seguí serenándome un poco secando las pequeñas lagrimas que habían salido de mis ojos. —Nunca había visto a Nina ser rechazada—comentó Noah enderezándose sobre su sitio recuperando la compostura—En serio Emmet, la enfadaste. Todas las miradas recayeron en el anteriormente nombrado, el cuál, ni siquiera se inmutó. Tenia la mirada fija en la servilleta que Nina le había lanzado antes de salir huyendo d
AXEL. —¡Full!—gritó Ryder desafiando a Emma con la mirada—¿Quién tendrá de desnudarse ahora dulce Noah?—sonrió con orgullo. Nos encontrábamos en el interior de la casa donde formamos una especie de mini fiesta cuando las chicas decidieron jugar al poker, pero no un poker normal, decidieron jugar al strip poker. Maldito sea en el momento en el que pensamos que estas chicas no tendrían nada que hacer contra nosotros, Oliver se encontraba sin camisa bastante enfadado, Emmet y yo habíamos perdido nuestras chaquetas, suerte que aun nos quedaban nuestras camisetas. En cambio nosotros solo habíamos logrado que Alexa se deshiciera de la camiseta transparente que traía sobre su top de tirantes. Ahora Ryder se encontraba jugándose su suéter contra una Noah que lo miraba con malicia. —Escalera de color—sonrió Noah malévolamente depositando sus cartas frente a un Ryder que la miraba con los ojos como platos—¡Fuera ese suéter, listillo! —¡Sois unas jodidas arpías!—gritó mi amigo mientras
AXEL. Maldita sea la hora en la que accedimos a jugar con ellas y maldito sea el momento en el que se me ocurrió que Emma se quitara el jodido vestido delante de todos. Efectivamente las consecuencias a mis arrebatos de deseo me habían dejado mal parado cuando vi las miradas de mis dos amigos sobre ella. No podía culparlos, su cuerpo era algo digno de admirar, cada curva se encontraba en su lugar, sus pechos eran de un tamaño demasiado perfecto para mis manos y su pelo cayendo alrededor de ellos haría suspirar a cualquier ser masculino que la tuviera delante. Aun así, mi estomago se contrajo al pensar en ellos contemplando lo que moría por hacer mío y no pude evitar cargarla sobre mi hombro derecho y sacarla de allí cuanto antes. —Oye Axel—escuché su voz achispada—Tengo grandes vistas de tu trasero desde aquí abajo— me tensé al notar como la descarada que llevaba a cuestas mordía mi culo sin ninguna vergüenza. Suspiré pesadamente ante su acto y necesité de todo mi autocontrol par
EMMA. No podía parar de dar vueltas en la cama, mi mente se negaba a dejar de pensar en Axel y mi piel cosquilleaba en cada parte que el había tocado y besado a su antojo. Suspiré frustrada por décima vez y giré sobre mi cama para mirar la hora en el reloj que colgaba de la pared. Las 04:33. Me levanté con cuidado de no despertar a Alexa, la cual dormía al otro lado con un estúpido pijama de ovejitas igual al mío, solo que en color rosa y esquivé a las dos gemelas que dormían a pata suelta sobre unos colchones bajos en el suelo. Bajé las escaleras sintiendo la confortable sensación de la moqueta bajo mis píes y entré a la cocina buscando algo que me hiciera poder dormir. Opté por chocolate, sí, el chocolate relajaba mi sistema. Emprendí camino hacia mi habitación tarareando cualquier melodía que se me vino a la cabeza y paré en seco cuando pasé frente a la puerta entreabierta de mi hermano al escuchar que hablaba con alguien. Distinguiría esa fina y suave voz en cualquier parte. O