El hombre le señaló a la niña una foto en el centro del libro ilustrado donde hay una espada enorme que parece clavarse en el lago. En la empuñadura tiene un puñado de nombres grabados en oro y la hoja está repleta de ellos de pies a cabeza, sus letras brillando en plata.

-La hoja está compuesta por los nombres de las personas sacrificadas y la empuñadura por los Sentinles y Guías sacrificados en la conquista. Ellos son los verdaderos héroes del país.

La niña asintió mirando las demás imágenes y escuchando a su tío narrar la historia.

El hombre pasó la página y una serie de cartas con ilustraciones saltó a su vista.

-Dicen que en la era de la Tierra había una forma de ver el futuro con estas cartas, que estaban formadas por 78 cartas, 22 arcanas mayores y 56 menores.

La niña hizo una mueca mirando las barajas que sostenía.

Cuando su tío pasó las páginas y le mostró las imágenes del libro, también le entregó un mazo con estas.

-Quieres que crea que esto puede decirme mi futuro?

El hombre se rió y le acarició la cabeza con fuerza.

-Una niña de tu edad no debería sorprenderse y decirme “Wuaaau enserio tío?¿Como? ¿Es magia?"

La niña lo miró como si fuera un idiota.

-Si el tío Benjamín te escucha, estoy segura de que nuevamente te dejaría incapaz de ir a ver a tus “amigitas” por dos meses Tío.

Al hombre le bajó un escalofrío por la columna vertebral, y se rió nerviosamente.

-Ejem, continuemos, continuemos…No puedo decirte si es cierto o no, pero que existía, existía - puso una cara pícara y se acercó a la niña - Dicen que una de las guías estaba especialmente fascinada por ello. Que su abuelita le enseñó y cómo entre los Guías y Centinelas justamente sobrevivieron 22, dijo que era el destino y obligó a los demás a nombrar sus ducados como la carta que le correspondía con su responsabilidad.

Ahora la niña sí parecía sorprendida.

-Como pudo obligarles a aceptarlo? ¿No sería normal nombrar los Ducados con los nombres o apellidos de estos, en vez de unas tontas barajas?

Miró las cartas y a su Tío.

El hombre sonrió, sus ojos verdes resplandecían y su hoyuelo destacaba en su piel bronceada.

Volvió a ponerse su sonrisa de chismoso.

-Dicen que obligó a sus subordinados a ayudarla llorando día y noche por 10 días seguidos hasta que cedieron.

La niña lo miró con cara muerta.

-Tío, no engañes a la bebé.

El hombre se rió y le estiró las mejillas.

-No engaño a la bebé. Te lo juro, incluso lo tengo en un libro en mi casa ~ Es un diario de alguien que vivió en esa época, ella es una persona muy divertida~ te lo traeré la próxima vez que vaya de visita~

La niña lo miró escéptica.

Pero con la expectativa de tener un libro nuevo extendió su dedo

-Promesa?

El hombre se rió, pero aun así extendió su meñique enganchando el de la niña.

-¿Promesa~ Bueno, bueno, en qué íbamos?

-Los duques tomaron el nombre de las cartas del tarot.

-Ah, sí. Bueno, agarraron la carta correspondiente con su cargo~ Aun sos muy pequeña para recordarlos todos, así que eso será para otra ocasión~

La niña hizo un mohín y lo miró.

-Ayer el Tío Jonás me enseñó a desarmar un motor y volver a armarlo con sus mismas piezas.

El hombre la miró asustado.

La niña le devolvió la mirada indiferente.

-Y el Tío Benjamín empezó a enseñarme plantas venenosas.

-Para, para, para. ¿Si saben que tienes 6, verdad?

La niña alzó los hombros indiferente.

-Dicen que aprendo rápido y es divertido. A la rata de muestra del Tío Benjamín le creció una flor en la cabeza antes de morir.

El hombre se tapó la cara, llorando.

-Se acabó, se acabó. Quieren convertir a mi linda bebé en un monstruo como ellos. No, no, será un monstruo peor que ellos, pues será una mezcla de todos ellos juntos. Mi linda bebe~

La niña le dio palmaditas en la cabeza.

-Ya, ya tío, no llores. La Tía Adele dice que eso te hincha los ojos y te saca patas de gallo más rápido.

El hombre solo lloró más fuerte.