Capítulo 223
—Jefa, ten compasión, ¡déjame salir! ¡Te juro que estoy bien!

Walter se había ido hace poco cuando Milena llegó a verla. Mariana, como una niña obstinada, le agarraba el brazo, rogándole sin parar.

Milena, revisando sus informes médicos, respondió: —No es que no quiera darte el alta, es decisión del director, no tengo opción.

—Ah... —Mariana, como un globo desinflado, se dejó caer en la cama, murmurando con tristeza— Amo tanto mi trabajo, no puedo esperar para volver. Jefa, ¿puedes entender cómo me siento?

Milena no pudo evitar reír ante su expresión.

Mariana la seguía todos los días al quirófano, trabajando incansablemente día y noche, y a veces recibía sus regaños. ¿Y aun así se atrevía a decir que amaba su trabajo?

—De acuerdo, hablaré con el director —dijo Milena con resignación, dándole una palmadita en la cabeza.

Mariana, al escuchar eso, empezó a saltar de alegría como una niña que recibe un dulce.

—Entonces, ¿puedo ir a ver a Aurora?

—Claro que sí —asintió Milena.

Mariana se ca
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