¿Qué haces aquí?— Sandro después de pensarlo mucho, de beber todo el alcohol que tenía y de algunas cosas más decidió que debía volver, tenía que enfrentar a su padre y decirle lo que había pasado realmente, ya sin Bianca a su lado, sin ella no quería salir adelante, ni la joven asistente había logrado sacarla de su mente. Después de una noche con ella se levantó y sin decirle adiós tomo sus maletas salió del viñedo lo miro por última vez, si había sido un sueño muy bonito pero había acabado muy pronto, sin ella no tenía ningún caso seguir en España, además tarde o temprano ella sabría lo que había hecho, y de nuevo hundiría a la familia en un escándalo cuando saliera a la luz que había secuestrado a Bianca, porque estaba seguro que Bianca no dudaría en denunciarl
Bianca no podía creer lo que escuchaba, ¿siempre había buscado su bien?, Pero cuál era su bien en obligarla a casarse con Bruno, dónde estaba su bien alejarla del único hombre que la amaba, que siempre estaba buscando su bien, que de bien tenía entregarla en las manos de Sandro que había sido el primero en abusar de ella, aunque tenía que reconocer que está vez en España se había comportado bien. Todo lo malo que le había pasado últimamente era su culpa, el abuso de Bruno había sido porque lo tenía amenazado con unas fotografías, y ahora lo dudaba que existiera, porque eran socios en los negocios sucios, si no hubiera estado coludido con ellos tampoco hubiera comenzado con las amenazas que eran a su persona— por eso vengo a pedir que favor no me denuncies— dijo Santino, y para Bianca todo quedó estaba quedando claro comenzó a re
El día había llegado para Santino, el que tanto había esperado, con el que había soñado toda su vida, ser nombrado el candidato oficial del partido social democrático a la presidencia. Después que Sandro dejará que De Luca se la quitará, no sabía nada de él y era mejor, estaba harto de escuchar sus lloriqueos, no había sido lo suficientemente hombre para lograr que Bianca se volviera a enamorar de él, no había logrado estar con ella y hacerle creer que ese engendro que crecía en el vientre de su hija fuera de él y no De Luca, había llamado antes de ir a Lucca y la mujer de servicio le había confirmado que Sandro estaba en casa con una botella en mano y muchas pastillas en la mesa, al escuchar eso Santino estaba convencido que Sandro había vuelto a consumir, el niño no tenía control, pero eso sirvió para sus planes, si no había hablado con su papá lo tenía en sus manos, tendría su apoyo incondicional en las elecciones internas y mientras los demás militantes lo vieran tenía el votó de
Santino había logrado salir del país con su pasaporte falso, con el que había estado saliendo para ir a ver a Bianca que estaba en España, estando ya fuera de Italia, se enteró que su empresa estaba ya en la quiebra, la mayoría de los contratos se habían roto, porque nadie quería trabajar con él, no querían que lo relacionarán con él, también le habían mandado su despido del senado y aparté ya se había interpuesto una denuncia por la muerte de su primera esposa, así que el nombre de Santino Palmieri estaba ya marcado y tendría que parecer que había muerto, cerró el portátil, y antes de salir de la habitación del hotel se miro en el espejo, en cambio de color de cabello le había quedado bien. Sonrió pensando en la casa que visitaría, dónde comenzaría su nuevo negocio, tenía claro que debía manejar un perfil bajo, y sobretodo no saliera su asentó italiano, nadie podía saber dónde podría encontrarlo, y de eso estaba seguro porque casi nadie conocía su otro nombre, daba gracias a su madre
Dante sintió un golpe en la boca del estómago, su hija, la niña que estaba buscando la tenía ahí cerca, en ese hospital pero enferma, ¿Qué podría tener para la llevarán al hospital? ¿Sería grave? Fueron las preguntas que se formulo en la cabeza, sin saber en qué momento comenzó a sentir como las lágrimas rodaban por su rostro, y de pronto sintió la mano de Bianca sobre su hombro, sentirla fue grato para él, porque sintió que estaría a su lado, le agradeció con la un gesto en la cabeza y de nuevo miro a Angello que estaba mirándolos a los dos— ¿Qué tenía tu hermanita?— el niño levantó los hombros en señal que no sabía—No sé, mi abu dijo que tenía mucha fiebre—¿Dónde está ella?— le pregunto tragando el nudo en la garganta, tenía que calmarse, no podía ver el panorama negro—Por ahí— dijo señalando atrás de él— ven te llevo— Dante tomó la mano de Angello que lo llevo por el pasillo por dónde había venido y al final dieron vuelta a la izquierda y siguieron el pasillo hasta que llegaron
¿Te gusta la pizza?— Bianca estaba en la cocina junto a Ágata mirando al pequeño Angello comer con gusto la rebanada de pizza de pepperoni que él había pedido—Si señorita— dijo con la boca llena, Bianca sonrió al ver al niño comer bien—Dime Bianca Angello— le dijo dulcemente al pequeño que sonrió— toma aquí está una rica agua de naranja— tomo el vaso con gusto y le dio un gran trago— como Angello— dijo al separarse para ver hablar con Ágata, estaba preocupada por la Sophie que había pasado para que llegará al hospital— ha llamado Dante Ágata—No niña Bianca, espero no sea nada grave— eso mismo deseaba Bianca, miro la ropa sucia de Angello, no tenían con que cambiarlo si querían que se diera un buen baño —Hay que limpiar tres habitaciones Ágata— asintió— y hay que comprar algo de ropa para Angello y Sophie…— comenzó a sonar el timbre de la puerta—Ahora regreso niña Bianca— Bianca sonrió porque no podía decirle solamente Bianca, regreso junto a Angello que estaba feliz comiendo—Do
Los días pasaron muy rápido a Sophie le habían dado el alta y ahora estaba en casa de Dante jugando feliz con Angello que al verla corrió feliz a su encuentro, Dante estaba abrazando a Bianca y disfrutando el sonido de las risas de los niños, la mamá de Anabella fue junto a su nieto habían sido tres días sin verlo que tenía planeado en cuanto lo viera le daría los besos que no había recibido estos días, —¿Estas feliz?— Bianca le acarició su mejilla con ternura, el la miro como siempre con amor, —Si, estoy muy feliz— todo había cambiado tanto, ya no era ese hombre que buscaba a las mujeres para satisfacer sus necesidades, no porque ahora estaba completo con Bianca, su otra mitad,— te tengo a ti, ya está aquí mi hija, sabes se parece tanto a mi mamá— Bianca sonrió— está conmigo Angello que haré un hombre de bien, —Te creo— acarició su cabello— mi amor, organice una pequeña reunión para darle la bienvenida a Sophie, no te molesta —Por supuesto que no, así ella va ir conociendo a la
En la sala de un departamento en la hermosa Venecia dos hombres se miran sin perderse en ningún momento los movimientos el uno del otro, al fondo se escucha los gritos de una mujer que lucha por salir de la habitación donde ha estado por varias noches;—¡Dante!, ¡Dante!, ¡Abre está maldita puerta! ¡Dante!!, ¡¿Quién llegó?! ¡Dante abre!—se escuchaba el golpeteo de las manos de la joven sobre la fina madera, los dos hombres ignoran los gritos para discutir ellos solos;—Ella no merece un tipo como tu— uno de los hombres de cabello rubio, tez blanca y ojos azul celeste miraba con desprecio al más joven, nunca imaginó que al contrata a ese hombre su hija fuera a cometer el peor error de su vida, bueno el segundo, el primero había tenido que pagar para que su familia lo alejará de ella,—Pero si la merece un maldito como Sandro
—Que no entiendes que no te amo, olvídate de mi—No puedo, te has metido en mi piel, entiéndelo yo te amo— un joven la tomo a la abrazo e intentaba besar a la chica, ella luchaba con todas sus fuerzas para evitarlo, se podía ver el miedo en ella al ser tomada así,— te amo Alfonsina entiéndelo—Pero yo no Pedro, déjame ir— el hombre al escuchar su negativa menos la quería dejar ir, la levantó en el aire, le demostraría cuánto la amaba para que ella siempre se quedará a su lado…”—¡¡Corte!!— grito un hombre rechoncho que estaba sentado en la silla dónde se podía leer productor— Bianca eres fantástica, la escena quedó muy bien te felicito— la joven sonrió de satisfacción por el halago en las palabras del productor, mientras tomaba un pañuelo para limpiar las falsas lágrimas.—Gracias señor— llegó una mujer con una pequeña toalla en las manos que se la entrego a Bianca Palmieri, era la mejor actriz juvenil del país, con veinte dos años ya muchos productores se pe