Habían pasado los días y aún no podía acostumbrase a estar con Sandro de nuevo, ni mucho menos en esa casa que si era hermosa pero sentía que era otra prisión, por lo menos ahí si la dejaban salir al jardín y los viñedos pero siempre iba seguida por algunos de los hombres que su padre había contratado, según Sandro por su seguridad, pero era mucha gente, muchos hombres cubriendo casi toda la casa, era como si temiera que alguien pudiera entrar por algo muy valioso. ¿Pero que?
Cada tercer día Petra le llevaba las flores para que hiciera los arreglos y los pusiera frente de las pequeñas urnas de madera, gracias a Sandro que había ordenado que cuando entrará a la capilla la dejarán sola era que descansaba y bueno cuando estaba dentro de la casa, eran los momentos que podía respirar sin tener a ninguno de esos hombres detrás de ella. En la capilla d
Dante no podía creer que había tenido a Bianca frente a él, si no fuera por el gorila que iba con ella ahí mismo se la había llevado pero aún no podía, no cuando había creído en las mentiras de Sandro, y de Santino, además no quería asustarla, no sabía si pudiera ser contraproducente para su salud.— que te hicieron amor mío— de nuevo viene como una avalancha todo lo que sintió ese día cuando ya no la encontró…******Después de salir de la explosión miro a tras, el edificio estaba completamente en llamas, ya algunas personas de los alrededores había llamado a los bomberos. Soltó un suspiro de alivió al fin podrían ser felices con ella, ya nadie podría interponerse entre ellos, ya Bruno no sería ningún peligro para Bianca,— ya pasó todo— quitó un mech&oa
Dante no soltó su mano hasta que ya no pudo entrar al ascensor, regreso al pequeño sofá que estaba en la sala de espera, comenzó a sentir los ojos pesados que se cerraban, el movió la cabeza de un lado a otro tenía que estar despierto cuando regresará Bianca, pero el sueño no lo permitió se quedó dormido en la sala.—Dante tienes una llamada— abrió los ojos, mirando a Pía, no sabía cuánto tiempo había pasado, a tientas saco su celular del bolsillo de sus pantalones. Agradeció y contestó, tenía que ser Alfonzo ya debía tener a Angello y Sophie—Si—Señor, la evidencia contra el señor Santino Palmieri a desaparecido— si aún no despertaba por completo eso sí,—¿Qué estas diciendo?— la pregunta la hace en un tono de molestia, como era posib
Al fin la encontré— había dejado el piso donde supuestamente tenían a Bianca cerrado, gracias a qué nadie había abierto la boca, nadie del medio sabía que Bianca había sido secuestrada por su exnovio y su padre que había regresado de su viajé relámpago a España— aunque hizo varias escalas queriendo despistarnos no lo logro—Ya dime dónde está— apremio Dante que le faltaba el aire desde que sabía que Sandro la tenía, si el infeliz le tocaba un cabello, si le daba una bofetada el se la regresaría por diez—En una clínica privada en las costa de España, es un lugar que tiene la fama de hacer procedimiento no muy éticos— Dante apretó con fuerza el respaldo de la silla, si le habían algo a Bianca y a su hijo ellos no vivirían— ella está registrada como Bianca Marchetti<
Los días iban pasando sin aún poder encontrar la manera de rescatar a Bianca de las manos de Sandro, Santino había pagado mucho por tener a su hija segura o mas bien escondida de Dante. Pero no había valido de nada, ahora estaba muy cerca aunque pensará que estaba lejos. Santino para mantener tranquilo a Sandro había mandado vigilarlo y gracias a Ágata que siempre estaba alerta se dieron cuenta de un auto que permanecía a unos metros de su casa mirándola, y el mismo hombre permanecía de día y de noche sentado. Dante al saberlo, le dijo su plan a Ágata para que ayudará al hombre de Alfonzo entrar a la casa, cambiarse con ropa suya y después saliera de la casa, y así lo hizo Ágata, tan pronto saliera el auto de Dante el otro comenzó su marcha, a una distancia prudente, el sujeto que se había disfrazado como Dante le decía todo lo que veía a Alfonz
Bianca caminaba por los viñedos, respirando el aire fresco, por primera vez en días no se sentía presa, por qué ese viñedo se había vuelto una cárcel, en que la única presa era ella. Siempre teniendo a uno de los hombres de Sandro atrás o al mismo Sandro sentía que no podía respirar, que se ahogaba en esa casa. Al salir por la pequeña puerta de la capilla había pensado en ir al pueblo nuevo, ir sola, y caminar hasta que los pies se cansarán pero el tiempo no daba para más, no quería que Sandro descubriera esa pequeña puerta, no que ahora mismo había burlado a uno de sus hombres para salir corriendo por el viñedo, sabía que tenía que volver pero quería disfrutar más del aire que llenaba sus pulmones, tenía que planear muy bien las cosas si quería escaparse unas horas, primero tendría que ser casi de
Sandro soltó a Bianca yendo directamente a dónde de había producido la maldición, Bianca al notar a dónde iban los pasos de Sandro sintió como se le aceleraba el corazón, si no lo detenía encontraría la puerta que tanto quería esconder, su única forma de escapar por unas horas de la custodia de los hombres de Sandro, pensó rápidamente buscando algo que convenciera a Sandro, miro al techo de la capilla y notó unas cuantas palomas que había— cariño de seguro fue una paloma mira están ahí arriba— lo detuvo tomando su mano y con la otra señalando el techo, Sandro levantó su rostro para ver qué le indicaba Bianca, mientras tenía distraído a Sandro voltio a dónde estaba la pequeña puerta que se abría y salía una sombra grande por ella, comenzó a sudar frío, miro la puerta esper
En la parte más alta de la carretera Dante tenía unos binoculares observando la habitación de Bianca, ella yacía dormida tranquilamente en esa maldita cama que compartía con el imb3cil de Sandro. Después de salir corriendo de la capilla a causa de su falta de control, Alfonzo le había dicho que ya no podía mantener por más tiempo apagadas las cámaras así que corrió a salir por dónde había entrado, y descubrió otro camino que podía usar con el auto para salir con ella sin que nadie se entere. Al estar sobre la carretera no pudo evitar sacar los binoculares del auto y ver por última vez a Bianca, gracias a dios ya acabado su tortura, estaba sola, durmiendo como un ángel, el día del cóctel tenía que controlar sus impulsos, pero de solo recordarlo de nuevo su sangre hervía de coraje, miro el rostro de Bianca y su mente le jugó u
Bianca miró al señor Luca Vitali, si era el mismo que había conocido en el bazar, pero su acento italiano había desaparecido, y porque no mencionaba que ya se habían conocido, pero ella misma tenía que explicar porque tampoco lo había mencionado el día que salió, así que era mejor mantener las cosas así; sumergida en sus pensamientos no sé dio cuenta cuando había inclinado su cabeza sobre su mano que aún sostenía, sus labios ahora estaban tocando el dorso de su mano y solo sentirlos sintió un calor intenso que le recorrió todo el cuerpo quería que esos labios no la dejarán que recorrieran cada centímetro de piel. Pero todo termino cuando Luca levantó su cabeza pero sin apartar los ojos de ella; apenas podía idear en su cabeza una palabra, sus ojos color ámbar le decían tanto, pero que estaba pensando, al fin de sus la