Dante no soltó su mano hasta que ya no pudo entrar al ascensor, regreso al pequeño sofá que estaba en la sala de espera, comenzó a sentir los ojos pesados que se cerraban, el movió la cabeza de un lado a otro tenía que estar despierto cuando regresará Bianca, pero el sueño no lo permitió se quedó dormido en la sala.
—Dante tienes una llamada— abrió los ojos, mirando a Pía, no sabía cuánto tiempo había pasado, a tientas saco su celular del bolsillo de sus pantalones. Agradeció y contestó, tenía que ser Alfonzo ya debía tener a Angello y Sophie
—Si
—Señor, la evidencia contra el señor Santino Palmieri a desaparecido— si aún no despertaba por completo eso sí,
—¿Qué estas diciendo?— la pregunta la hace en un tono de molestia, como era posib
Al fin la encontré— había dejado el piso donde supuestamente tenían a Bianca cerrado, gracias a qué nadie había abierto la boca, nadie del medio sabía que Bianca había sido secuestrada por su exnovio y su padre que había regresado de su viajé relámpago a España— aunque hizo varias escalas queriendo despistarnos no lo logro—Ya dime dónde está— apremio Dante que le faltaba el aire desde que sabía que Sandro la tenía, si el infeliz le tocaba un cabello, si le daba una bofetada el se la regresaría por diez—En una clínica privada en las costa de España, es un lugar que tiene la fama de hacer procedimiento no muy éticos— Dante apretó con fuerza el respaldo de la silla, si le habían algo a Bianca y a su hijo ellos no vivirían— ella está registrada como Bianca Marchetti<
Los días iban pasando sin aún poder encontrar la manera de rescatar a Bianca de las manos de Sandro, Santino había pagado mucho por tener a su hija segura o mas bien escondida de Dante. Pero no había valido de nada, ahora estaba muy cerca aunque pensará que estaba lejos. Santino para mantener tranquilo a Sandro había mandado vigilarlo y gracias a Ágata que siempre estaba alerta se dieron cuenta de un auto que permanecía a unos metros de su casa mirándola, y el mismo hombre permanecía de día y de noche sentado. Dante al saberlo, le dijo su plan a Ágata para que ayudará al hombre de Alfonzo entrar a la casa, cambiarse con ropa suya y después saliera de la casa, y así lo hizo Ágata, tan pronto saliera el auto de Dante el otro comenzó su marcha, a una distancia prudente, el sujeto que se había disfrazado como Dante le decía todo lo que veía a Alfonz
Bianca caminaba por los viñedos, respirando el aire fresco, por primera vez en días no se sentía presa, por qué ese viñedo se había vuelto una cárcel, en que la única presa era ella. Siempre teniendo a uno de los hombres de Sandro atrás o al mismo Sandro sentía que no podía respirar, que se ahogaba en esa casa. Al salir por la pequeña puerta de la capilla había pensado en ir al pueblo nuevo, ir sola, y caminar hasta que los pies se cansarán pero el tiempo no daba para más, no quería que Sandro descubriera esa pequeña puerta, no que ahora mismo había burlado a uno de sus hombres para salir corriendo por el viñedo, sabía que tenía que volver pero quería disfrutar más del aire que llenaba sus pulmones, tenía que planear muy bien las cosas si quería escaparse unas horas, primero tendría que ser casi de
Sandro soltó a Bianca yendo directamente a dónde de había producido la maldición, Bianca al notar a dónde iban los pasos de Sandro sintió como se le aceleraba el corazón, si no lo detenía encontraría la puerta que tanto quería esconder, su única forma de escapar por unas horas de la custodia de los hombres de Sandro, pensó rápidamente buscando algo que convenciera a Sandro, miro al techo de la capilla y notó unas cuantas palomas que había— cariño de seguro fue una paloma mira están ahí arriba— lo detuvo tomando su mano y con la otra señalando el techo, Sandro levantó su rostro para ver qué le indicaba Bianca, mientras tenía distraído a Sandro voltio a dónde estaba la pequeña puerta que se abría y salía una sombra grande por ella, comenzó a sudar frío, miro la puerta esper
En la parte más alta de la carretera Dante tenía unos binoculares observando la habitación de Bianca, ella yacía dormida tranquilamente en esa maldita cama que compartía con el imb3cil de Sandro. Después de salir corriendo de la capilla a causa de su falta de control, Alfonzo le había dicho que ya no podía mantener por más tiempo apagadas las cámaras así que corrió a salir por dónde había entrado, y descubrió otro camino que podía usar con el auto para salir con ella sin que nadie se entere. Al estar sobre la carretera no pudo evitar sacar los binoculares del auto y ver por última vez a Bianca, gracias a dios ya acabado su tortura, estaba sola, durmiendo como un ángel, el día del cóctel tenía que controlar sus impulsos, pero de solo recordarlo de nuevo su sangre hervía de coraje, miro el rostro de Bianca y su mente le jugó u
Bianca miró al señor Luca Vitali, si era el mismo que había conocido en el bazar, pero su acento italiano había desaparecido, y porque no mencionaba que ya se habían conocido, pero ella misma tenía que explicar porque tampoco lo había mencionado el día que salió, así que era mejor mantener las cosas así; sumergida en sus pensamientos no sé dio cuenta cuando había inclinado su cabeza sobre su mano que aún sostenía, sus labios ahora estaban tocando el dorso de su mano y solo sentirlos sintió un calor intenso que le recorrió todo el cuerpo quería que esos labios no la dejarán que recorrieran cada centímetro de piel. Pero todo termino cuando Luca levantó su cabeza pero sin apartar los ojos de ella; apenas podía idear en su cabeza una palabra, sus ojos color ámbar le decían tanto, pero que estaba pensando, al fin de sus la
Bianca miró a Sandro que sonreía incómodo, no le gustaba la idea de que ella bailará con Dante, pero tampoco había una manera de negarse. Lanzó la moneda al aire le dejaría la decisión a Bianca esperando que ella se negará;—Claro será un placer, pero yo no tengo la última palabra, mi amor que dices— Sandro tomo la barbilla de Bianca con su mano, ella sonrió nerviosa, su cuerpo, sus sentidos querían gritar si, con todas sus fuerzas, quería estar rodeada de sus brazos, quería sentir su respiración sobre su cuello, y sus labios… no podía creer lo que estaba pensando pero solo quería un beso— ¿Querida?— preguntó esperando su respuesta, ella soltó un suspiro sin demostrar la emoción que sentía—Si, sería un placer— Sandro dejo caer los hombros en forma
Sandro sintió como le fallaban las piernas, había escuchado bien, habían secuestrado a Bianca pero ¿quién? Quién había sido capaz de algo así— ¿Qué que estás diciendo?Apretó los puños poco le faltó para golpear lo que tuviera frente a él—Un hombre llevaba a la señora cargando — bajo corriendo las escaleras, la única persona que faltaba era Luca Vitali, y había sido con la última persona que la había visto, con la que la había dejado en sus brazos, él se la había llevado pero ¿Por qué?, Se preguntaba recordando como la veía, como la tomo cuando bailaron, cerro los ojos mirándolo directamente a los ojos, y comenzó a repetir una y otra vez su nombre Luca, Luca, era un verdadero idi0ta como había caído en la trampa de él, el muy infeliz se