Bianca caminaba por los viñedos, respirando el aire fresco, por primera vez en días no se sentía presa, por qué ese viñedo se había vuelto una cárcel, en que la única presa era ella. Siempre teniendo a uno de los hombres de Sandro atrás o al mismo Sandro sentía que no podía respirar, que se ahogaba en esa casa. Al salir por la pequeña puerta de la capilla había pensado en ir al pueblo nuevo, ir sola, y caminar hasta que los pies se cansarán pero el tiempo no daba para más, no quería que Sandro descubriera esa pequeña puerta, no que ahora mismo había burlado a uno de sus hombres para salir corriendo por el viñedo, sabía que tenía que volver pero quería disfrutar más del aire que llenaba sus pulmones, tenía que planear muy bien las cosas si quería escaparse unas horas, primero tendría que ser casi de
Sandro soltó a Bianca yendo directamente a dónde de había producido la maldición, Bianca al notar a dónde iban los pasos de Sandro sintió como se le aceleraba el corazón, si no lo detenía encontraría la puerta que tanto quería esconder, su única forma de escapar por unas horas de la custodia de los hombres de Sandro, pensó rápidamente buscando algo que convenciera a Sandro, miro al techo de la capilla y notó unas cuantas palomas que había— cariño de seguro fue una paloma mira están ahí arriba— lo detuvo tomando su mano y con la otra señalando el techo, Sandro levantó su rostro para ver qué le indicaba Bianca, mientras tenía distraído a Sandro voltio a dónde estaba la pequeña puerta que se abría y salía una sombra grande por ella, comenzó a sudar frío, miro la puerta esper
En la parte más alta de la carretera Dante tenía unos binoculares observando la habitación de Bianca, ella yacía dormida tranquilamente en esa maldita cama que compartía con el imb3cil de Sandro. Después de salir corriendo de la capilla a causa de su falta de control, Alfonzo le había dicho que ya no podía mantener por más tiempo apagadas las cámaras así que corrió a salir por dónde había entrado, y descubrió otro camino que podía usar con el auto para salir con ella sin que nadie se entere. Al estar sobre la carretera no pudo evitar sacar los binoculares del auto y ver por última vez a Bianca, gracias a dios ya acabado su tortura, estaba sola, durmiendo como un ángel, el día del cóctel tenía que controlar sus impulsos, pero de solo recordarlo de nuevo su sangre hervía de coraje, miro el rostro de Bianca y su mente le jugó u
Bianca miró al señor Luca Vitali, si era el mismo que había conocido en el bazar, pero su acento italiano había desaparecido, y porque no mencionaba que ya se habían conocido, pero ella misma tenía que explicar porque tampoco lo había mencionado el día que salió, así que era mejor mantener las cosas así; sumergida en sus pensamientos no sé dio cuenta cuando había inclinado su cabeza sobre su mano que aún sostenía, sus labios ahora estaban tocando el dorso de su mano y solo sentirlos sintió un calor intenso que le recorrió todo el cuerpo quería que esos labios no la dejarán que recorrieran cada centímetro de piel. Pero todo termino cuando Luca levantó su cabeza pero sin apartar los ojos de ella; apenas podía idear en su cabeza una palabra, sus ojos color ámbar le decían tanto, pero que estaba pensando, al fin de sus la
Bianca miró a Sandro que sonreía incómodo, no le gustaba la idea de que ella bailará con Dante, pero tampoco había una manera de negarse. Lanzó la moneda al aire le dejaría la decisión a Bianca esperando que ella se negará;—Claro será un placer, pero yo no tengo la última palabra, mi amor que dices— Sandro tomo la barbilla de Bianca con su mano, ella sonrió nerviosa, su cuerpo, sus sentidos querían gritar si, con todas sus fuerzas, quería estar rodeada de sus brazos, quería sentir su respiración sobre su cuello, y sus labios… no podía creer lo que estaba pensando pero solo quería un beso— ¿Querida?— preguntó esperando su respuesta, ella soltó un suspiro sin demostrar la emoción que sentía—Si, sería un placer— Sandro dejo caer los hombros en forma
Sandro sintió como le fallaban las piernas, había escuchado bien, habían secuestrado a Bianca pero ¿quién? Quién había sido capaz de algo así— ¿Qué que estás diciendo?Apretó los puños poco le faltó para golpear lo que tuviera frente a él—Un hombre llevaba a la señora cargando — bajo corriendo las escaleras, la única persona que faltaba era Luca Vitali, y había sido con la última persona que la había visto, con la que la había dejado en sus brazos, él se la había llevado pero ¿Por qué?, Se preguntaba recordando como la veía, como la tomo cuando bailaron, cerro los ojos mirándolo directamente a los ojos, y comenzó a repetir una y otra vez su nombre Luca, Luca, era un verdadero idi0ta como había caído en la trampa de él, el muy infeliz se
Nadie la podría amar más fuerte e intensamente que Dante, por tanto esfuerzo que pusiera Santino su amor era tan infinito que no podía alejarla de él y eso era algo que no comprendía, que debía quedarle claro que ahora ella era suya. Ya podía respirar observándola recostada en su cama, con sus párpados resguardando sus hermosos ojos, sus labios pálidos y su respiración como una suave brisa le daban la tranquilidad que le había quitado hace semanas, se acercó lento para robarle un suave roce de sus labios, trago ante el deseo de recuerdos dulces de su historia, de palabras que envolvieron sus espacios y confirmaban cada día el amor fiel de sus corazones, le tomo la mano y coloco el beso entre sus dedos, coloco la palma abierta sobre su rostro reconfortándose en lo que podía obtener de ella su aroma su suavidad.El tibio calor de su piel lo hacía sentir v
—Te lo dije que Bianca te golpearía— le había dicho Valente entre la risa que no pudo evitar cuando Dante le contó lo que había pasado cuando su hermana había despertado, para Dante no había sido más que una caricia, era la prueba que no estaba en un sueño, aunque si tenía que reconocer que tenía la mano algo pesada. Después que Amellie y todos entrarán a ver a Bianca, a abrazarla habían dejado que se bañará y se cambiará con lo que habían traído de su ropa, ya cómoda solamente con unos pantalones deportivos, una camiseta y su cabello recogido en una coleta bajo junto a Dante que no había podido evitar estar con ella, había entrado al baño junto a ella y habían tenido su momento íntimo, algo que los dos querían, al salir de la habitación felices y dichosos, se reunieron con todos. el pr
Peter regreso a casa de Santino sin ninguna noticia de Bianca y Dante, de los vuelos que llegaban de España ninguno había llegado, ni Pía, ni Amellie, Peter pregunto si una hora antes habría llegado algún vuelo de España y la señorita le contesto que no, hasta pregunto por algún vuelo privado pero de ese nadie le pudo dar información, ¿Si no habían regresado a Italia a dónde la había llevado?, En los medios no había ninguna noticia de Bianca, Dante desde la explosión había mantenido todo en silencio, gracias a eso había logrado sacar a Bianca del hospital, y se la había llevado a España, teniendo a los Marchetti de su lado estaba seguro que podría dejar quedar su pequeño tropezón en el olvido. Miro el tablero de ajedrez tenía hecho un movimiento y había perdido ahora debía recuperar a la reina ¿pero como