Un día antes
Señor Santino le han traído este sobre amarillo— su joven secretaria de cabello rojizo y tez blanca entraba a su oficina, entregándole el sobre recién llegado
—¿De parte de quién? y ¿quién lo trajo Rita?— lo toma y mira aquel sobre amarillo
—No tiene remitente señor y lo trajo un mensajero— Santino lo mira a todos lados no encontrando nada que le indique quien lo manda, lo abre mirando en su interior que trae una hoja de papel con letras de recorte de periódico o revista, le el mensaje, mira la otra hoja que estaba en su interior, era…
—Rita busca al señor Alfonzo Fontana cuánto antes voy a necesitar los servicios de uno de sus hombres— la secretaria tan pronto escucho la orden fue por su agenda. Miro de nuevo las hojas de papel, sintiendo angustia; tan pronto estuvo la llamada Rita la conecto al teléfono de su jefe Santino— señor Alfonzo necesito los servicios del mejor guardaespaldas de su agencia...
En otro punto de la ciudad;
En un departamento un tanto desordenado con botellas de vodka tiradas y cajas de comida rápida esparcidas por el lugar, hay un rastro de ropa esparcida por el suelo. En una amplia cama un hombre duerme, pero su sueño es intranquilo— No Andrew, vete… es una trampa… porque… porque haces esto…— de pronto se incorpora de un brinco, su frente suda a mares, su cuerpo fuerte tiene pegada una sábana que cubre la desnudes de su cadera, toma su teléfono que se encuentra en su cómoda, tiene una semana sin que su jefe le traiga un nuevo trabajo, así que debe aprovechar para ir al bar y tomar un poco. Se frota sus ojos con las manos, se estira aún sentado en la cama, de pronto siente como unas finas manos acarician sus torso y unos labios besan su espalda, de manera automática saca un arma debajo de su almohada, se levanta de un brinco de su cama dejando caer la sabana que le cubría su cadera dejándolo completamente desnudo ante la intrusa que está en su cama que ahora le apunta con un arma, ella suelta un grito
—Tranquilo amor,— levanta sus manos— no te acuerdas lo bien que la pasamos toda la noche tu y yo— le sonríe mordiéndose el labio inferior mientras admira el cuerpo que tiene delante. Cierra los ojos tratando de concentrase que había pasado la noche anterior, llegó al bar, pidió un trago de su vodka favorito, ir ahí y tomar era una manera que lograba olvidar su pasado. Se toca la cabeza al ver a la chica del otro lado de la barra, ella de una manera coqueta levanta su copa, al principio se hizo desear mientras seguía pidiendo otras cuatro copas. Al recordar cómo fue quien lo abordo primero, bajo el arma, era otra que con la que había pasado la noche. La mira mientras ella se cubre con las sábanas, con un aspecto más relajado los llama de nuevo a la cama— anda ven a la cama para recordar esta noche muñeco— mira al hombre de uno noventa de pie desnudo, de piel bronceada y ojos azules. El no se mueve, pensando como decirle que se fuera, que solo había sido una noche de diversión y nunca llegaría a nada con ninguna mujer; soltó un suspiro
—Mira…— su cerebro aún con dolor se pone a trabajar tratando de saber si le había dado su nombre en la noche en mientras con la vista busca unos pantalones deportivos— como te llames— la mujer se desconcierta— lo siento, pero tengo muchas cosas que hacer y tú no estás en esos planes vete de mi casa,— le da la espalda para ir a una pequeña puerta— puedes tomar lo que quieras de la cocina para desayunar y después vete ¿si?— dice descortésmente, se pone rápidamente los pantalones que están en el suelo e ingresa al baño; no quiere estar a fuera escuchando los reproches que le hace la mujer desconocida, como la mayoría esperan algo más, tal vez una cita después, salir más días y que la relación se vuelva algo formal, algo que él no necesita en ese momento.
—Eres un imb3cil, hijo de…— logra escuchar antes de abrir el grifo del agua, la acuna en las dos manos, teniendo lo suficiente se lo echa en la cara, se necesita despejar, toma una toalla con la que se seca la cara, de pronto la mujer abre la puerta y la mira por el espejo como se acerca llena de irá y decepción, él se da la media vuelta— ¡Idiota!— la mujer lo abofetea, él solo se frota la mejilla, es habitual si no le pegan, azotan algún objeto de su casa, han existido sus excepciones que cuando él despierta no hay nadie en la cama esos días son los mejor porque así evita este tipo de escenas, mira a la mujer salir y segundos después se escucha como azota con irá la puerta de su departamento.
—La próxima tengo que escoger bien, ya debería decirles que solo es por diversión y necesidad de desahogarme— deja la toalla en un aro plata que está cerca, sale del baño aún con las imágenes de sus amigos siendo torturados… toma su teléfono para revisar su correo, necesitaba tener pronto un nuevo trabajo, quería estar distraído para olvidar su pasado y el dolor de dejar atrás ser lo que tanto había deseado en su vida, el mejor agente de investigación de policía, y al final lograr meter a la cárcel los responsables de la muerte de sus padres, algo que no había logrado y todo por culpa de un maldito que se sintió acorralado y los mando a torturar a él junto con sus amigos. Ya sin trabajo tuvo que ingresar en la agencia de guardaespaldas de su superior Alfonzo Fontana; así que en su nuevo trabajo era por pocos días y los días que no trabajaba era ir algún lugar donde beber y conocer a una mujer para tener relaciones, solo eso ya no quería compromiso de otro tipo, no desde que se sufrió esa decepción, mira de nuevo su reflejo en el espejo cierra los ojos y ve de nuevo todo de pronto los abre con desesperación, solo ha buscado paz que le han robado desde aquel día.
Al salir del baño del suelo toma una sudadera que se pone, es invierno y afuera en las pequeñas calles de Italia hace mucho frío, ya en el parque hace su rutina de todos los días, calentar, trotar y después ir al área donde están algunos aparatos de ejercicio, la mayoría de los días ve los mismo rostros, algunas mujeres se han acercado para proponerle cosas indecorosa, le han dejado incluso su número de teléfono pero Dante nunca le había prestado atención.
Respira hondo el aire matinal durante su rutina de ejercicio, cierra los ojos disfrutando sentir el aire en su cara, el cantar de las aves, el sonido de la ciudad. Al terminar su rutina de ejercicio hace una parada en el puesto de periódico,
—Aquí tiene su periódico señor De Luca
—Gracias Castor— toma el periódico del día— todo bien
—Pues otra vez la policía hace un operativo en un local de Capello y no lo lograron agarrar— Dante mira el encabezado, no puedo ser que no puedan arrastrarlo nadie, el había estado a nada de desmantelar su red de mafia hasta que
—Maldito Capello— arruga el periódico, al leer que los policías que habían entrado al local había muerto porque que la hizo explotar, otras quince familias sufriendo la perdida de sus seres queridos— pero esos hombres tienen que pagar lo juro, de una forma tengo que lograrlo aunque no esté cómo agente
—¿Todo bien señor?— pregunta el joven al ver aquella reacción.
—Si, gracias Castor nos vemos después.
—Si señor tenga un excelente día— para Dante los excelente días habían acabado muchos días atrás.
La organización de Capello era la con la que llevaban años luchando, pero el jefe de la organización lo había sacado de su camino muy fácil. Estaba seguro que el había metido mano en que fuera sacado de la policía después de sobrevivir a su tortura, sabía que tenía gente de la policía comprada pero nunca había dado con los nombres, pensaba que agarrando a Capello tendría a sus ayudantes en el gobierno y llevarlos ante la justicia.
Ya de regreso entra al baño, el agua fría ayuda a relajar sus músculos, y un tanto olvidar, escucha su teléfono sonar debe ser un mensaje de Alfonzo tal vez ya tiene trabajo para él, sonríe pensando que es bueno, necesita un poco de acción para sobrellevar sus recuerdos que aún duelen. A los ocho años se queda solo sin sus padres, que eran todo en ese momento de su vida, aún tiene presente cuando su nana llegó con la noticia, sus padres habían ido de fin de semana a celebrar su aniversario, durante el camino el auto donde iban explotó, en la investigación arrojo que el artefacto explosivo venía de una sola persona, aunque nadie le quiso decir a Dante quien había sido él lo sabía por una conversación que había escuchado entre sus padres, su madre temía por la seguridad de ellos por el juicio que haría su esposo contra el hijo de un mafioso, tenía la orden de exonerarlo de los cargos de pornografía, y tráfico de drogas pero el padre de Dante no podía salir, era un peligro para la sociedad así que lo condeno. Dante no sabía el nombre de ese hombre y los papeles de su padre fueron recogidos de su casa así que nunca pudo verlos. Su nana lo llevo con su abuela materna quien lo cuido hasta que cumplió la mayoría de edad. Era un alumno ejemplar, siempre haciendo lo que su padre le había dicho ser el mejor en todo, y siempre tener la justicia por delante sin miedo. Al terminar sus estudios superiores entro a la academia de policía quería vengar la muerte de sus padres, ahí fue donde conoció a Andrew y Richard que se convirtieron en inseparables.
El pasó de Dante por la academia fue perfecto, era el mejor en su clase y gracias a eso llegó muy pronto a ser un agente de investigación. Comenzó a trabajar y llevar a varios criminales ante la justicia, hasta que Capello harto de su intromisión mando hacerle una trampa, todo fue planeado y desgraciadamente el informante había hecho que cayeran, aquel día que iba por Capello paso lo peor, la perdida de sus amigos Andrew y Richard sus hermanos, y perdió su trabajo después de meses en el hospital, todo aquello era su vida y al perderlo se sumergió en el alcohol. Gracias a su amigo Alfonzo que tenía una empresa de guardaespaldas le propuso trabajo y gracias a eso salió de aquel holló que se sumergía todos los días, aunque primero se negó a hacer ese trabajo porque su deseo era volver a ser agente de investigación nuevamente pero los exámenes médicos que le hicieron dijeron que no era apto para seguir en ese puesto de trabajo, así se esfumaba poder arrestar a Capello y llevarlo ante la ley, así que terminó aceptando, necesitaba una entrada de dinero.
Al salir de la ducha toma su teléfono que había sonado era un mensaje de su ahora jefe,
“Nuevo cliente su nombre es Santino Palmieri, político, dueño de empresas de transporte”
“Ese político ¿necesita un guardaespaldas?”— da enviar, sabe perfectamente que el gobierno siempre le pone escolta así no sabe porque necesita más seguridad. Su celular vuelve a sonar
“No es para él, es para cuidar a su hija la actriz Bianca Palmieri”— se toca la barbilla, analizando la propuesta el trabajo— “Te quiere a ti”
“¿Por que a mí?”— pregunta pensando si debe aceptar o no, sería estar detrás de una niña mimada,
“Pues vio el catálogo de los libres y te escogió a ti”— lo analiza, lee los mensajes, ve su profesión de actriz.
“Busca a otro…
Deja a un lado el teléfono, no quería ser una niñera de esa chica, así que Alfonzo tendría que buscar a otro que lo hiciera. Baja a su cocina a preparar algo de comer, olvidando por completo el nuevo trabajo. Al llegar la noche decide ir a un bar, tiene la necesidad de olvidar el fracaso de su vida, y el dolor de perder a sus amigos. Solo llegar a la barra del bar ya estaba siendo visto por una mujer alta, que le guiña un ojo y levanta su copa en señal de saludo, Dante la ignora tomando el vodka que ha pedido, ve como la mujer llama al bartender y le susurra algo pero no pasa desapercibido para Dante que lo señala, segundos después el bar ténder se acerca a él—Lo manda la señorita de la esquina— le entrega una copa de whisky, Dante mira a la mujer que le sonríe y vuelve a guiñarle el ojo, Dante levanta la copa en forma de agradecimiento y de un solo trago se lo toma. Escucha como suena su teléfono, lo saca viendo una notificación de su correo personal.Era de Alfonzo:
Una mano sostiene una foto de Bianca, la mira con adoración, dulcemente paso sus yemas por el contorno de sus labios;—Tu otra veces viendo esa estúpida foto— una mujer alta de cabellos negros está recargada viendo al hombre que observa la foto de Bianca Palmieri— ella nunca se fijará en ti—Eso no es verdad, ella me amara, un día me amará— se levanta de la silla como un resorte—Sabes que ella es el arma que tiene tu papá contra Santino— suelta una risita al ver su rostro, no sabía que su padre había amenazado a Santino con ella— el cuello de tu amor pende de un hilo, como ves—No le va pasar nada, yo la protegeré de mi padre— la avienta haciendo a un lado a la chica— aunque tenga que hacer algo peor— la mujer suelta carcajada, sabe perfectamente como era el muchacho, un hombre que le faltaba el valor para cumplir con sus amenazas— no te rías estúpida por Bianca soy capaz de matar—Si tú lo dices— sale de la habitación riendo por su declaración
Al escuchar Bianca primero sintió como la sangre se le va a los pies, y analizando las palabras “¿una amenaza contra mi?”; por Dios ¿Por qué?, ella nunca se había metido con nadie, sabía muy bien que siempre su padre era quien había recibido amenazas por había contratado a dos guardaespaldas, ella le llamaba sus perros falderos pero ahora—Tranquilo papá no va pasar nada— lo dijo tan relajada, de una manera quería hacer sentir bien a su papá— yo me cuidaré— su papá negó con la cabeza, no sería así de fácil— además solo fue una amenaza para intimidarte de seguro para que no te seas candidato a la presidencia…—No Bianca Palmieri está no es una amenaza vana— su padre cambio su tono de voz por algo más autoritario, y cuando él le decía por su nombre era que estaba preocupado— así que he tomado medidas que tú tendrás que acatar, hermosura— eso último no le gusto a Bianca, su padre le acarició la mejilla tratando de dominar el temperamento de ella, ya veía venir los insultos,
—Odio correr detrás de una mujer— dice al ver cómo Bianca corre por la calle, le extraña no verla correr a su mini Cooper que esta estacionado a tres metros— ¿Dónde está la mujer que vi en la oficina de su padre?— dice mientras camina más a prisa para alcanzarla, al verla defendiendo sus derechos, le pareció una mujer independiente e inteligente, pero ahora verla huir de él con unos enormes tacones se asienta más la idea de ser una niña mimada y el sería el guardaespaldas de ella.Bianca corre quiere irse al fin de mundo donde no existiera esa maldita amenaza, dónde no tuviera que tener a un hombre detrás de ella sepa por cuanto tiempo, de pronto su celular suena, lo toma y mira la pantalla es Pía que le ha mandado un mensaje, llega a un pequeño parque donde se detiene a leer el mensaje de seguro tendría que ver con la salida de la noc
Bianca mira por el espejo retrovisor todo el tiempo, detrás de ella viene De Luca muy pegada a ella, su Mercedes gris claro es bonito, si era verdad la amenaza quien había querido hacerle daño. Con quién sé había metido ahora su padre que ella tendría que pagar las consecuencias de llevar a todos lados a De Luca, la cena con Pía, ya podía ver la sonrisa en la cara de su amiga, siempre se habían burlado de las personas que tenía que traer gente a su alrededor y ahora le tocaría a ella, pero ahora ella tenía un guapo y elegante guardaespaldas— Por Dios Bianca que estás pensando— se recrimina, comienza a sonar su teléfono, se pone sus audífonos inalambricos para contestar —Bueno Pía ¿Qué pasó amiga?—Eso mismo quiero saber que paso, ¿Qué te dijo tu papá?— Bianca no sabe que decirle, ni como explicarle que ahora está llegando a su casa con un hombre detrás de ella— ¿fue para decirte de Sandro?—Pues no,— estaciona en su lugar su auto, y mira por la ventanilla como
—Listo— se mira en el espejo de cuerpo completo, había escogido un vestido negro con un escote en “V” en la espalda, dejando ver su perfecta piel, llevaba el cabello recogido en un moño, hace lucir su figura muy bien, toma su teléfono— voy saliendo ahora nos vemos— manda el mensaje a Pía que de inmediato su teléfono vuelve a sonar—Yo también voy saliendo ya quiero ver a tu guardaespaldas— y termina su mensaje con un emoji de una carita riendo. Bianca elevaba los ojos al cielo, ya ni le contesta el mensaje a su amiga, no tenía caso. Toma un labial y lo pasa suavemente por sus labios, de nuevo se ve con aceptación. Toma su bolsa plateada, y sin pensar mucho mete su celular, y con paso decidido sale de su habitación, se sorprende de no verlo ahí, frunce el ceño, si era su guardaespaldas no debería estar en su casa, camina a la pequeña
Bianca abrió los ojos, solo de pensar en esas manos sobre ella palmeando su desnuda piel, no podía pensar en eso, y queriendo borrar el pensamiento movió la cabeza; voltio a ver a Pía que gracias a dios estaba distraída viendo al chico cadenero y no había escuchado lo que acababa de decirle su guardaespaldas. No podía creer que fuera capaz hacerlo, pero de nuevo miro su rostro y vio un brillo en sus ojos que le hizo saber que si sería capaz, y era mejor no ponerlo aprueba, era mejor no tentar la suerte,—Vamos— Pía vuelve a sacar de sus pensamientos al tomarla de la muñeca— gracias Rafi—De nada disfruta la noche— entra al antro por un pequeño pasillo que estaba solo iluminado con luz neón, al ir más adentro se puede escuchar más fuerte la música que está en todo su apogeo, Pía se abre paso entre la gente que s
—Dicen que está limpio— esas palabras se repetían una y otra vez, era difícil dejar las drogas y más para Sandro que desde su adolescencia había comenzado a consumir, cuando le pidió vivir juntos nunca le dijo que su padre lo había corrido de casa, no que le había quitado el apoyo económico y como la fama de drogadicto se estaba esparciendo por los pasillos de la empresa ya nadie había querido darle empleo, no le ofrecían ni ser modelo de alguna campaña publicitaria, porque en la última había llegado en un terrible estado, y agresivo que terminó demandado pero todo el escándalo se detuvo por su padre que pago mucho, al ver así a su hijo pensó que sería mejor dejarlo en la calle y que tal vez dejaría el vicio con lo que no contaba fue que le pidió ayuda a Bianca y la envolviendo en ese mundo.—Ya me voy, nos