Tomás llegó a la mesa donde estaban las mujeres planeando la boda, en ese momento empezó a sonar una música romántica:
—Keidys, deberías bailar esa canción con tu futuro esposo —le dijo a la joven mientras se sentaba a su lado. En ese momento llegó Josef y la hizo levantar de la mesa.
Después las parejas de cada mujer llegaron para sacarlas a bailar. Así que Gera quedó sola en la mesa con la incomodidad de saber que en una esquina estaba Tomás, no quería arruinarse la noche por él, así que empezó a tomarse varias copas de vino.
—Podemos ser amigos, como antes, ¿no crees? —dijo Tomás de la nada impresionando a la muchacha, volteó a mirarlo.
—Si quieres que seamos amigos sería bueno que no me dañes la noche con tus conversaciones absurdas, llevemos la fiesta en paz hasta que nuestros
—No debiste decirle eso, al pobre no le ha ido muy bien con las mujeres, siempre que conoce a alguna sucede algo y él queda ilusionado —explicó Keidys a Gabriel.—No lo sabía —dijo el joven un poco avergonzado.Estaban sentados alrededor de una mesa mientras veían a los invitados bailar y comer alegremente.—Tranquilo, Santiago ya se resignó a estar solo, lo más seguro es que se fue a dormir, no es de los que hace locuras, así que no te preocupes —dijo Keidys.—Ah… sí, se llevó una botella de vino.—Sí, él es de los que se encierra, se embriaga y se queda dormido, pobrecito. No vuelvas a mencionar el tema —pidió Keidys.—Pobre Santiago, debe estar pasándola muy mal ahora por mi culpa —Gabriel dejó salir un suspiro..Tomás entró a la casa para po
Tomás miró a todos sus amigos que estaban desayunado:—Aquí falta un par —dijo de repente.—¿Ah? —inquirió Mateo extrañado.—Nada. Es imposible que hubieran sido ellos los de anoche —soltó Tomás mientras volvía a ver la comida.—Ay, no… —Keidys se levantó de la mesa y al dar dos pasos hacia atrás se fue en vómito.—Uish… —Alejandra tapo su boca.—Ohs… Keidys —Claudia se levantó y se acercó a la joven—. Vamos al baño, tranquila, te entiendo amiga —las dos salieron del comedor.—Recuerdo esos días en los que estaba embarazada de Keidys —la señora se levantó de la mesa para limpiar el vómito de la joven.—Ya se me quitó el hambre —Gabriel apartó su mano del pl
“Y mientras corríamos por la arena blanca de la playa nuestras carcajadas se escapan de nuestras gargantas. Me rodeó con sus fuertes brazos haciendo que cayéramos al suelo, de esta manera me encarceló entre sus piernas y nuestras miradas se penetraron en gran manera, me di cuenta que mi corazón estaba palpitando muy fuerte — estoy locamente enamorado de ti, no sé qué es lo que me has hecho, pero no puedo dejar de pensar en ti. Deseo pasar el resto de mi vida a tu lado —me dijo y lo besé, fue la primera vez que un beso fue tan apasionado, tan locamente lleno de adrenalina”. Alejandra terminó de escribir en su computador y quedó observando por la ventana el hermoso atardecer, decidió salir al balcón para apreciar el pálido cielo.En aquellos momentos sentía su corazón lleno de aquellos sentimientos adolescentes que la envolvían en tard
Josef terminó de cambiarse y caminó hasta la cama donde estaba Keidys recostada:—¿Ya se te pasó el malestar? —le preguntó mientras la rodeaba con sus brazos y Keidys comenzaba a acurrucarse en su pecho.—Sí… Perdón, prepararon toda esa comida y yo no pude probar nada.—Tranquila, después de haberte visto vomitar me di cuenta que esos malestares son bien feos —Josef dejó salir una pequeña carcajada.—No hablemos de eso ahora, tengo mucho sueño —Keidys dejó salir un bostezo e hizo que Josef se acomodara en la cama para que así los dos pudieran dormir abrazados—. Teníamos tiempo que no dormíamos así, me encanta —la joven dejó salir una pequeña carcajada.—De ahora en adelante todas las noches serán así, te lo prometo —dijo Josef casi en un s
Tomás estaba llegando a la casa de Keidys, ese era el punto de encuentro que las mujeres citaron para dar una noticia. Sabía que recibiría una buena impresión, cuando pedían reunirse era para algo loco.—Será una sola boda —informó Keidys emocionada de pie frente a sus compañeros, estaban en el patio de la casa, todos hicieron completo silencio.—Espera, ¿qué? —inquirió Mateo, rodó su mirada a Claudia que se encontraba al lado de Keidys, ella se puso de pie y mordió su labio inferior de la emoción.—Decidimos hacer una sola boda, nos casaremos juntas —explicó Claudia.—¿Cuándo planearon eso? —preguntó Josef.—El día de nuestro compromiso. Chicos, es una buena idea, nosotras prepararemos todo, no se preocupen —dijo Keidys.—Si planear una boda es
—¿Pero por qué se odian tanto?, ¿qué fue lo que te hizo Santiago? —preguntó Keidys frente a Gera.“Mierda, ¿qué les digo?” pensó Gera tragando en seco, todas sus amigas tenían la mirada fija en ella.—Es que… —trató de hablar, por primera vez comparó a su grupo con los cuervos, ni parpadeaban esperando la respuesta “Gera piensa en algo” decía la chica en su mente—. Bueno, lo voy a decir, es que… Cuando conocí a Santiago él me había gustado mucho, pero nunca me prestó atención y no sé por qué quedé tan herida que después no lo pude soportar, cada vez que él dice algo hace que yo me enoje —Gera habló bastante rápido y las chicas quedaron con las bocas abiertas.Josef y Tomás estaban detrás de la
Santiago estaba recostado en su carro y a su lado se encontraba Mateo.—Debes de calmarte, no será bueno que ahora que vendrán tantos preparativos ustedes estén todo el tiempo discutiendo. Ella pudo haberse hecho daño con ese vaso, eso es peligroso, Santiago —aconsejaba Mateo.—Lo sé, esto no volverá a pasar —aceptó Santiago.—Sí... Además, es una mujer, mira todo el problema que se formó cuando Keidys y Josef discutieron de esa manera. Tú explotaste ese día, ahora imagina a Gabriel que tiene el temperamento seis veces más fuerte que el tuyo, te has salvado que nunca lo has visto discutir, ese tipo pierde la cabeza de una manera impresionante. Si solo fue esa vez que hubo el malentendido entre ella y Josef el año pasado y casi le parte el tabique al pobre tipo —a Mateo se le erizó la piel con solo recordarlo.—
Eran las cinco y media de la mañana cuando Alejandra se despertó por el sonido del despertador, el dolor de las piernas la estaba matando, pero si no iba a hacer la rutina Tomás vendría a sacarla del departamento.Llegó al gimnasio.—El día que vayas a usar el vestido en la boda me lo vas a agradecer —dijo Tomás mientras ayudaba a Alejandra a estirarse—. ¿Has comido pizza en estos días?—¿Cómo voy a comer si siempre me estás vigilando? —inquirió Alejandra.—Tú me dijiste que lo hiciera antes de comenzar con los entrenamientos, más adelante me lo agradecerás. Bueno, ahora debemos de darle las diez vueltas a la cancha —se levantó del piso y estiró su mano para que Alejandra se reincorporara.Tomás se veía tan tranquilo trotando, lo contrario a Alejandra que cada vez que d