Keidys estaba recogiendo sus cosas para irse, el tiempo había pasado muy rápido, Josef estaba bastante recuperado y ya podía dar pasos lentos sin las muletas, pero el médico le decía que no se esforzara, tenía que seguir con ellas e ir a las terapias.
Keidys había firmado contrato y retomaría su carrera, no podía estancarse en aquel lugar cuando ella tenía su vida muy lejos de allí. Su hermano le ayudó a bajar las maletas, la señora González no dejaba de llorar y abrazó a su hija:
—Mi niña… Te voy a extrañar mucho —dijo entre sollozos.
—Mamá… Voy a estar viniendo a visitarlos, no te preocupes —Keidys la abrazó fuertemente.
Keidys no quiso que sus padres la acompañaran al aeropuerto ya que se iría a despedir de todos sus amigos y Josef que no podía estar caminando en
—¡Callaos! —gritó Keidys dando un golpe a la mesa. Miró al grupo, Tomás quedó con una cuchara suspendida a punto de ser metida en la boca—, no parece que sean adultos maduros ya —regañó.—Cállate Keidys, estamos comiendo —regañó Claudia haciendo un movimiento con su mano derecha para que dejara el tema.—Les estoy hablando de que tengo algo importante que decir —insistió bastante enfadada. Todos siguieron comiendo— ¡tengo un retraso! —gritó, todos llevaron su mirada a ella y quedaron impactados.Josef escupió la cerveza que tenía en su boca y empezó a toser.—Es mentira, idiotas, era para que me prestaran atención —soltó Keidys.—Habla de una vez por todas Keidys. Has estado como una lora toda la tarde. Solo nos reunimos en el año todo el grup
Keidys estaba bajando de un ascensor con un paso afanado, su asistente personal no dejaba de hablar a su izquierda, en la derecha estaban dos chicas que conversaban por teléfono.—Debemos darnos prisa, llevamos media hora de retraso —dijo una de ellas.—No podemos cancelar la sesión de fotos Keidys, sabes que es muy importante, la cita con Josef puede esperar, es tu carrera profesional, por favor —insistió su asistente mientras caminaba a paso afanado.Al salir del edificio un tumulto de personas empezaron a gritar como si no hubiera un mañana, los guardaespaldas que esperaban afuera trataban de hacer espacio para que Keidys pudiera pasar, pero de pronto, ella sintió que su mundo tambaleó, rodó su mirada por su alrededor, era como una cámara lenta. Detuvo su paso y uno de sus guardaespaldas la reparó un tanto extrañado.—Señorita Keidys, ¿se s
—Ay, nena, pero vas a poder ir al lanzamiento, no es el fin del mundo, solo fue un desmayo, seguramente para ese tiempo ya estarás trabajando ¿no? Tú nunca haces caso a los médicos —Alejandra quedó confundida con la reacción de su amiga.—Sí, tienes razón —Keidys respiró hondo para poder calmarse.Alejandra salió del cuarto bastante intranquila, al estar caminando por el pasillo recibió una llamada.—¿Sí? —contestó.—Amor, ¿cómo está Keidys? —era Gabriel.—Está bien, fue solo estrés, el doctor dijo que debía retirarse un tiempo de su trabajo o de lo contrario su estado podría empeorar, conociéndola, me imagino que lo hará por un mes o menos. ¿Por qué no viniste a verla?—Estoy ocupado en una sesión de fo
Todos estaban desayunando, Claudia apartó el plato y los ojos de los presentes se concentraron en ella.—Es que… no me siento bien —se levantó y puso sus manos en la boca.—¿Vas a vomitar? —preguntó Gabriel.—Si lo vas a hacer, ve al baño —sugirió Tomás que era el más asquiento de todos.—¿Te sientes muy mal? —inquirió Gera.Claudia se agarró de una silla, Mateo la tomó de un brazo con miedo de que fuera a perder el equilibrio.—¿Te encuentras bien? —preguntó Alejandra levantándose de su silla, así como los demás.—Solo es un mareo, es el embarazo —explicó Mateo.—Pero no se ve bien, vamos a ver al médico o algo —dijo Gera un poco preocupada.—No… es normal en los primeros tres meses &mda
Cuando Claudia, Gera y Alejandra quedaron solas, empezó el debate:—¿Creen que Josef sea capaz de una cosa como esa? —preguntó Claudia.—No lo sé, él ha cambiado mucho últimamente, muy poco habla con nosotros y siempre está de viaje —explicó Alejandra.—Pero hay un bebé de por medio, si él se entera, tal vez cambie —dijo Gera.—Keidys no quiere que nosotros le contemos, es un tema de ellos dos, no debemos meternos allí —Alejandra se levantó de su sillón y se adentró a la casa.Keidys soltó el llanto cuando estuvo acostada en su cama, después escuchó el sonido de la puerta abriéndose, Alejandra pasó y se sentó al lado de su amiga, una de sus manos le hizo masajes circulares en su espalda:—Ay, amiga, creo que tal vez estás exageran
Gera estaba despertándose, escuchó el sonido del agua en el baño, caminó hasta allí y entró.—¿Ya te tienes que ir a trabajar? —le preguntó a Tomás.—Sí, yo no tengo el privilegio de llegar a la hora que quiera al trabajo como tú —terminó de quitarse el jabón en todo su cuerpo.En ese momento Gera entró y lo abrazó por la espalda.—Me gustaría quedarme más tiempo contigo, así, los dos arrunchados dejando que pasen las horas, solo tú y yo —Gera dejó salir una pequeña risa traviesa.—Pero no se puede, tengo cosas que hacer —Tomás hizo que Gera lo dejara de abrazar.—Hoy voy a preparar una cena, te espero a las ocho, no vayas a faltar —informó. Tomás volteó a verla—. Estoy hablando en serio, prepararé
Santiago estaba sentado en frente de su hermana Keidys, ella hablaba por teléfono sobre el escándalo que hubo por su desmayo, al parecer ya todo lo estaban arreglando y la prensa poco a poco apagaba el fuego.Santiago dejó salir un suspiro, entró a la casa en busca de algo para comer.—Alejandra… Que no lo he visto, lo más seguro es que está en su estúpido restaurante que acabó de abrir. A todas estas ¿para qué quieres hablar con él? —se escuchó la voz de Gera.—Tengo un asunto pendiente con él, no vayas a pensar cosas malas ahora —esa era la voz de Alejandra.—Claro que no, ni que fuera celosa —replicó Gera.Las muchachas se sorprendieron cuando entraron en la cocina y encontraron a Santiago allí comiendo un pedazo de sandía.—¿Qué? —inquirió el muchacho—, ¿quieren un pedazo?—Cada vez que llego a esta casa te encuentro comiendo, ¿es que no sabes hacer otra cosa? —Gera hizo un gesto de desagrado.—Es la casa de mi hermana, pue
Gera, Keidys, Alejandra y Claudia empezaron a organizar el apartamento, decoraron el comedor, el cuarto y cuando el reloj marcaba las seis de la tarde todo estaba terminado.—Ahora debes arreglarte, ah… y no se te olvide poner la música que te descargué, será perfecta para la noche —Alejandra le guiñó un ojo a Gera.Cuando las muchachas se fueron, Gera entró al baño para darse un buen baño muy alegre, después maquilló su rostro y arregló su cabello para verse muy bella y vaya que quedó hermosísima. En ese momento escuchó el timbre de la puerta, su corazón se estremeció, seguramente era Tomás quien llegó más temprano de lo habitual.Se puso los tacones altos y quitó algunas arrugas de su vestido, abrió la puerta con una gran sonrisa desplegada, pero la borró al ver que se trataba de Santiago q