Todos estaban en el salón de eventos reunidos en grupos muy emocionados, vieron cuando Keidys estaba entrando con sus padres, se acercó a ellos y los saludó:
—Te vez hermosa Alejandra —le dijo a su amiga. Miró a Claudia— tú también, ay, las dos están preciosas.
—Tú también Keidys, estás perfecta —dijo Alejandra casi que saltando de la emoción.
—¡Hoy es el gran día! —gritó emocionada Claudia y la siguieron sus amigas.
Tomás estaba grabando todo e hizo que Keidys dijera unas palabras a la cámara. Algunos padres se acercaron a Keidys para pedirle fotos, ella aceptó y después los hijos de los señores se acercaron para llevárselos:
—Está prohibido pedirle fotos a ella en el colegio —susurró un muchacho a su madre mientras se alejaban.
—S
En aquel momento entró al patio Mateo comiendo un pan con una caja de yogurt:—¿Por qué mejor no van al cuarto? Tu hermanito no puede ver ese tipo de cosas —dijo, le dio un mordisco a su pan. .—No pienso dejar de tener sexo hasta que una planta crezca —le dijo Gera a la psicóloga cuando estaba en el consultorio.—No debes hacerlo, todos los tratamientos para este tipo de situaciones son diferentes —explicó la psicóloga.—Tampoco voy a contarle a mis padres, puedo resolver mis problemas por mí misma, además, tengo dos meses sin consumir alguna droga, gracias a eso perdí dos kilos, menos mal, pensaba que me estaba engordando —soltó la carcajada—, solo vine aquí porque mañana es mi graduación y en mi salón de clase hay un grupo que consume drogas, entonces… Por más que me ll
Keidys estaba sobre su cama leyendo una revista y Alejandra estaba a su lado bastante pensativa, demasiado podría decir, a Keidys le extrañó que no estuviera hablando sobre su rutina o libros como siempre. Llevó sus ojos hasta ella y se sorprendió al ver que sus mejillas estaban acaloradas:—¿Qué sucede? —preguntó.—Ay, Keidys… Amiga… Me siento tan rara, estoy tan confundida —respondió. Llevó su mirada hasta ella—, hoy estaba con Gabriel en su biblioteca y pues… en un momento inesperado nos besamos.—Oh… Se besaron… —Keidys empezó a emocionarse. Amaba la pareja que ellos hacían.—Sí, estuvimos por un tiempo besándonos ahí, él me recostó a la estantería y hasta por un momento me besó el cuello —recordó el momento cuando entre la ad
Keidys estaba recogiendo sus cosas para irse, el tiempo había pasado muy rápido, Josef estaba bastante recuperado y ya podía dar pasos lentos sin las muletas, pero el médico le decía que no se esforzara, tenía que seguir con ellas e ir a las terapias.Keidys había firmado contrato y retomaría su carrera, no podía estancarse en aquel lugar cuando ella tenía su vida muy lejos de allí. Su hermano le ayudó a bajar las maletas, la señora González no dejaba de llorar y abrazó a su hija:—Mi niña… Te voy a extrañar mucho —dijo entre sollozos.—Mamá… Voy a estar viniendo a visitarlos, no te preocupes —Keidys la abrazó fuertemente.Keidys no quiso que sus padres la acompañaran al aeropuerto ya que se iría a despedir de todos sus amigos y Josef que no podía estar caminando en
—¡Callaos! —gritó Keidys dando un golpe a la mesa. Miró al grupo, Tomás quedó con una cuchara suspendida a punto de ser metida en la boca—, no parece que sean adultos maduros ya —regañó.—Cállate Keidys, estamos comiendo —regañó Claudia haciendo un movimiento con su mano derecha para que dejara el tema.—Les estoy hablando de que tengo algo importante que decir —insistió bastante enfadada. Todos siguieron comiendo— ¡tengo un retraso! —gritó, todos llevaron su mirada a ella y quedaron impactados.Josef escupió la cerveza que tenía en su boca y empezó a toser.—Es mentira, idiotas, era para que me prestaran atención —soltó Keidys.—Habla de una vez por todas Keidys. Has estado como una lora toda la tarde. Solo nos reunimos en el año todo el grup
Keidys estaba bajando de un ascensor con un paso afanado, su asistente personal no dejaba de hablar a su izquierda, en la derecha estaban dos chicas que conversaban por teléfono.—Debemos darnos prisa, llevamos media hora de retraso —dijo una de ellas.—No podemos cancelar la sesión de fotos Keidys, sabes que es muy importante, la cita con Josef puede esperar, es tu carrera profesional, por favor —insistió su asistente mientras caminaba a paso afanado.Al salir del edificio un tumulto de personas empezaron a gritar como si no hubiera un mañana, los guardaespaldas que esperaban afuera trataban de hacer espacio para que Keidys pudiera pasar, pero de pronto, ella sintió que su mundo tambaleó, rodó su mirada por su alrededor, era como una cámara lenta. Detuvo su paso y uno de sus guardaespaldas la reparó un tanto extrañado.—Señorita Keidys, ¿se s
—Ay, nena, pero vas a poder ir al lanzamiento, no es el fin del mundo, solo fue un desmayo, seguramente para ese tiempo ya estarás trabajando ¿no? Tú nunca haces caso a los médicos —Alejandra quedó confundida con la reacción de su amiga.—Sí, tienes razón —Keidys respiró hondo para poder calmarse.Alejandra salió del cuarto bastante intranquila, al estar caminando por el pasillo recibió una llamada.—¿Sí? —contestó.—Amor, ¿cómo está Keidys? —era Gabriel.—Está bien, fue solo estrés, el doctor dijo que debía retirarse un tiempo de su trabajo o de lo contrario su estado podría empeorar, conociéndola, me imagino que lo hará por un mes o menos. ¿Por qué no viniste a verla?—Estoy ocupado en una sesión de fo
Todos estaban desayunando, Claudia apartó el plato y los ojos de los presentes se concentraron en ella.—Es que… no me siento bien —se levantó y puso sus manos en la boca.—¿Vas a vomitar? —preguntó Gabriel.—Si lo vas a hacer, ve al baño —sugirió Tomás que era el más asquiento de todos.—¿Te sientes muy mal? —inquirió Gera.Claudia se agarró de una silla, Mateo la tomó de un brazo con miedo de que fuera a perder el equilibrio.—¿Te encuentras bien? —preguntó Alejandra levantándose de su silla, así como los demás.—Solo es un mareo, es el embarazo —explicó Mateo.—Pero no se ve bien, vamos a ver al médico o algo —dijo Gera un poco preocupada.—No… es normal en los primeros tres meses &mda
Cuando Claudia, Gera y Alejandra quedaron solas, empezó el debate:—¿Creen que Josef sea capaz de una cosa como esa? —preguntó Claudia.—No lo sé, él ha cambiado mucho últimamente, muy poco habla con nosotros y siempre está de viaje —explicó Alejandra.—Pero hay un bebé de por medio, si él se entera, tal vez cambie —dijo Gera.—Keidys no quiere que nosotros le contemos, es un tema de ellos dos, no debemos meternos allí —Alejandra se levantó de su sillón y se adentró a la casa.Keidys soltó el llanto cuando estuvo acostada en su cama, después escuchó el sonido de la puerta abriéndose, Alejandra pasó y se sentó al lado de su amiga, una de sus manos le hizo masajes circulares en su espalda:—Ay, amiga, creo que tal vez estás exageran