—De Gabriel. Si él me espera todo ese tiempo estaré decidida a enamorarme de él. Aunque no pongo ninguna esperanza, en ese tiempo puede conocer a una mujer mejor que yo. Una tarde lluviosa hablamos todo ese tiempo mientras esperábamos que la lluvia cesara, fue una conversación bastante difícil, hablamos sin tapujos sobre todos nuestros pensamientos; él se va a ir a vivir a otro país, conocerá a muchas mujeres y puede que encuentre la indicada, yo estaré aquí perdiendo todos mis miedos y aprendiendo a ser una mejor persona. Le hice mucho daño Josef, no merezco a alguien como él, pero aun así dijo que me esperará el tiempo que sea necesario para que yo olvide a Tomás, le dije que serían cinco años, en ese tiempo terminaría mi carrera de literatura y Gabriel me dijo “todos los que sean necesarios”. Eso me da miedo, ¿crees que s&ia
—Nada, solo que ya no estamos peleados —respondió Alejandra.—No me habías contado nada —soltó Keidys un poco enfadada.—Tenías muchos problemas por lo que estaba pasando Josef, no quería incomodarte con los míos —explicó Alejandra.—Bueno, en fin, ¿qué te dijo Gabriel? —preguntó Gera.—Me dijo que sí, cuando acabe la sesión de fotos vendrá —respondió Alejandra bastante sonriente.—Bueno, vamos a decirle a los demás —propuso Keidys emocionada.A Mateo lo mandaron a comprar la comida mientras las chicas estaban en la casa de Josef quien estaba durmiendo en ese momento y Keidys lo despertó. Gera fue a buscar a Tomás a su casa quien terminaba de cambiarle el pañal a su hermanito:—Qué olor… —Gera se tapó la nar
Todos no dejaban de reírse, aquellos chicos habían hecho bastantes cosas en su infancia, tanto que Gabriel y Keidys se sintieron cortos en sus actos de la niñez:—¿Y tú Gabriel? ¿Qué has hecho? —preguntó Alejandra.—Oye sí, da curiosidad saber sobre tus locuras —Claudia se sentía animada.—Bueno… —la mente de Gabriel se remontó a su niñez tratando de escarbar algo cómico y loco de lo cual todos soltaran carcajadas.—Lamento decir que Gabriel siempre se ha creído un chico grande y solo se la pasaba tomando fotos desde pequeño o estando con personas mayores que él —dijo Gera. Todos hicieron rostro de desagrado.—¿En serio? —preguntó Keidys con un tono bastante aburrido.—No tanto así, fui más de estar quieto en un lugar que correr com
Todos estaban en el salón de eventos reunidos en grupos muy emocionados, vieron cuando Keidys estaba entrando con sus padres, se acercó a ellos y los saludó:—Te vez hermosa Alejandra —le dijo a su amiga. Miró a Claudia— tú también, ay, las dos están preciosas.—Tú también Keidys, estás perfecta —dijo Alejandra casi que saltando de la emoción.—¡Hoy es el gran día! —gritó emocionada Claudia y la siguieron sus amigas.Tomás estaba grabando todo e hizo que Keidys dijera unas palabras a la cámara. Algunos padres se acercaron a Keidys para pedirle fotos, ella aceptó y después los hijos de los señores se acercaron para llevárselos:—Está prohibido pedirle fotos a ella en el colegio —susurró un muchacho a su madre mientras se alejaban.—S
En aquel momento entró al patio Mateo comiendo un pan con una caja de yogurt:—¿Por qué mejor no van al cuarto? Tu hermanito no puede ver ese tipo de cosas —dijo, le dio un mordisco a su pan. .—No pienso dejar de tener sexo hasta que una planta crezca —le dijo Gera a la psicóloga cuando estaba en el consultorio.—No debes hacerlo, todos los tratamientos para este tipo de situaciones son diferentes —explicó la psicóloga.—Tampoco voy a contarle a mis padres, puedo resolver mis problemas por mí misma, además, tengo dos meses sin consumir alguna droga, gracias a eso perdí dos kilos, menos mal, pensaba que me estaba engordando —soltó la carcajada—, solo vine aquí porque mañana es mi graduación y en mi salón de clase hay un grupo que consume drogas, entonces… Por más que me ll
Keidys estaba sobre su cama leyendo una revista y Alejandra estaba a su lado bastante pensativa, demasiado podría decir, a Keidys le extrañó que no estuviera hablando sobre su rutina o libros como siempre. Llevó sus ojos hasta ella y se sorprendió al ver que sus mejillas estaban acaloradas:—¿Qué sucede? —preguntó.—Ay, Keidys… Amiga… Me siento tan rara, estoy tan confundida —respondió. Llevó su mirada hasta ella—, hoy estaba con Gabriel en su biblioteca y pues… en un momento inesperado nos besamos.—Oh… Se besaron… —Keidys empezó a emocionarse. Amaba la pareja que ellos hacían.—Sí, estuvimos por un tiempo besándonos ahí, él me recostó a la estantería y hasta por un momento me besó el cuello —recordó el momento cuando entre la ad
Keidys estaba recogiendo sus cosas para irse, el tiempo había pasado muy rápido, Josef estaba bastante recuperado y ya podía dar pasos lentos sin las muletas, pero el médico le decía que no se esforzara, tenía que seguir con ellas e ir a las terapias.Keidys había firmado contrato y retomaría su carrera, no podía estancarse en aquel lugar cuando ella tenía su vida muy lejos de allí. Su hermano le ayudó a bajar las maletas, la señora González no dejaba de llorar y abrazó a su hija:—Mi niña… Te voy a extrañar mucho —dijo entre sollozos.—Mamá… Voy a estar viniendo a visitarlos, no te preocupes —Keidys la abrazó fuertemente.Keidys no quiso que sus padres la acompañaran al aeropuerto ya que se iría a despedir de todos sus amigos y Josef que no podía estar caminando en
—¡Callaos! —gritó Keidys dando un golpe a la mesa. Miró al grupo, Tomás quedó con una cuchara suspendida a punto de ser metida en la boca—, no parece que sean adultos maduros ya —regañó.—Cállate Keidys, estamos comiendo —regañó Claudia haciendo un movimiento con su mano derecha para que dejara el tema.—Les estoy hablando de que tengo algo importante que decir —insistió bastante enfadada. Todos siguieron comiendo— ¡tengo un retraso! —gritó, todos llevaron su mirada a ella y quedaron impactados.Josef escupió la cerveza que tenía en su boca y empezó a toser.—Es mentira, idiotas, era para que me prestaran atención —soltó Keidys.—Habla de una vez por todas Keidys. Has estado como una lora toda la tarde. Solo nos reunimos en el año todo el grup
Keidys estaba bajando de un ascensor con un paso afanado, su asistente personal no dejaba de hablar a su izquierda, en la derecha estaban dos chicas que conversaban por teléfono.—Debemos darnos prisa, llevamos media hora de retraso —dijo una de ellas.—No podemos cancelar la sesión de fotos Keidys, sabes que es muy importante, la cita con Josef puede esperar, es tu carrera profesional, por favor —insistió su asistente mientras caminaba a paso afanado.Al salir del edificio un tumulto de personas empezaron a gritar como si no hubiera un mañana, los guardaespaldas que esperaban afuera trataban de hacer espacio para que Keidys pudiera pasar, pero de pronto, ella sintió que su mundo tambaleó, rodó su mirada por su alrededor, era como una cámara lenta. Detuvo su paso y uno de sus guardaespaldas la reparó un tanto extrañado.—Señorita Keidys, ¿se s