Todos miraban con mucha intriga al doctor, su rostro se veía demacrado después de las horas extenuantes en el quirófano:
—Josef está estable, se está recuperando satisfactoriamente. Ahora está dormido. Les recomiendo que se tranquilicen, descansen y mañana…
—quedó pensativo por un corto momento donde se dio cuenta que ya era de madrugada—, bueno, dentro de unas horas podrán verlo.Todos dejaron salir un suspiro de alivio:
—Muchas gracias doctor —soltó el señor Sandoval.
Keidys sintió que su alma volvió a su cuerpo:
—Gracias Dios —musitó. Recostó su cabeza en el pecho de Alejandra.
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Tomás estaba en la sala de espera tomando un café mientras en el televisor que estaba colgado en una pared pasaban la noticia sobre lo ocurrido esa noche con Josef. Ya era de mañ
Cuando Alejandra quiso ver ya estaba en el auto al lado de Gabriel. Lo que ella más temía había pasado, su amistad se destrozó y parecía que ya no tenía remedio. No había tema de conversación, tampoco era capaz de mirarlo.—Alejandra ¿por qué te comportas así conmigo? —preguntó Gabriel.—¿Qué? —Alejandra volteó a verlo. No sabía qué contestar—, bueno… sabes que está pasando esto con Josef.—Eso no es excusa.—Bueno Gabriel, no sé cómo explicarlo, es que pues…—Bien, ya entendí.Alejandra le pareció que ese “bien” decía mucho, tanto que le asustó. Se bajó del auto y entró a su casa.Después de bañarse y dormir un poco bajó a comer algo, su tía no dejaba de
Gabriel llevó su mirada hacia el volante, Alejandra no podía ver su rostro, pero sabía que estaba llorando en silencio. Ella solo lo que hacía era mirar, estaba impactada por el comportamiento de Gabriel, ¿qué había escuchado o visto? Era lo que quería saber, mataría a quien le dijo aquello. Por su culpa estaba pasando un gran momento incómodo.—¿Qué te dijeron para que estuvieras así? —preguntó Alejandra.Gabriel no contestaba, había explotado y no podía contenerse, no soportaba lo que sentía en ese momento:—Gabriel… Perdón, nunca he creído que seas un estorbo en mi vida o que me fastidie tenerte cerca —dijo Alejandra. Se daba cuenta que era muy serio lo que estaba pasando.—Eso no es lo que le dices a otras personas Alejandra —llevó su mirada hasta la chica. A Alejandra le
—De Gabriel. Si él me espera todo ese tiempo estaré decidida a enamorarme de él. Aunque no pongo ninguna esperanza, en ese tiempo puede conocer a una mujer mejor que yo. Una tarde lluviosa hablamos todo ese tiempo mientras esperábamos que la lluvia cesara, fue una conversación bastante difícil, hablamos sin tapujos sobre todos nuestros pensamientos; él se va a ir a vivir a otro país, conocerá a muchas mujeres y puede que encuentre la indicada, yo estaré aquí perdiendo todos mis miedos y aprendiendo a ser una mejor persona. Le hice mucho daño Josef, no merezco a alguien como él, pero aun así dijo que me esperará el tiempo que sea necesario para que yo olvide a Tomás, le dije que serían cinco años, en ese tiempo terminaría mi carrera de literatura y Gabriel me dijo “todos los que sean necesarios”. Eso me da miedo, ¿crees que s&ia
—Nada, solo que ya no estamos peleados —respondió Alejandra.—No me habías contado nada —soltó Keidys un poco enfadada.—Tenías muchos problemas por lo que estaba pasando Josef, no quería incomodarte con los míos —explicó Alejandra.—Bueno, en fin, ¿qué te dijo Gabriel? —preguntó Gera.—Me dijo que sí, cuando acabe la sesión de fotos vendrá —respondió Alejandra bastante sonriente.—Bueno, vamos a decirle a los demás —propuso Keidys emocionada.A Mateo lo mandaron a comprar la comida mientras las chicas estaban en la casa de Josef quien estaba durmiendo en ese momento y Keidys lo despertó. Gera fue a buscar a Tomás a su casa quien terminaba de cambiarle el pañal a su hermanito:—Qué olor… —Gera se tapó la nar
Todos no dejaban de reírse, aquellos chicos habían hecho bastantes cosas en su infancia, tanto que Gabriel y Keidys se sintieron cortos en sus actos de la niñez:—¿Y tú Gabriel? ¿Qué has hecho? —preguntó Alejandra.—Oye sí, da curiosidad saber sobre tus locuras —Claudia se sentía animada.—Bueno… —la mente de Gabriel se remontó a su niñez tratando de escarbar algo cómico y loco de lo cual todos soltaran carcajadas.—Lamento decir que Gabriel siempre se ha creído un chico grande y solo se la pasaba tomando fotos desde pequeño o estando con personas mayores que él —dijo Gera. Todos hicieron rostro de desagrado.—¿En serio? —preguntó Keidys con un tono bastante aburrido.—No tanto así, fui más de estar quieto en un lugar que correr com
Todos estaban en el salón de eventos reunidos en grupos muy emocionados, vieron cuando Keidys estaba entrando con sus padres, se acercó a ellos y los saludó:—Te vez hermosa Alejandra —le dijo a su amiga. Miró a Claudia— tú también, ay, las dos están preciosas.—Tú también Keidys, estás perfecta —dijo Alejandra casi que saltando de la emoción.—¡Hoy es el gran día! —gritó emocionada Claudia y la siguieron sus amigas.Tomás estaba grabando todo e hizo que Keidys dijera unas palabras a la cámara. Algunos padres se acercaron a Keidys para pedirle fotos, ella aceptó y después los hijos de los señores se acercaron para llevárselos:—Está prohibido pedirle fotos a ella en el colegio —susurró un muchacho a su madre mientras se alejaban.—S
En aquel momento entró al patio Mateo comiendo un pan con una caja de yogurt:—¿Por qué mejor no van al cuarto? Tu hermanito no puede ver ese tipo de cosas —dijo, le dio un mordisco a su pan. .—No pienso dejar de tener sexo hasta que una planta crezca —le dijo Gera a la psicóloga cuando estaba en el consultorio.—No debes hacerlo, todos los tratamientos para este tipo de situaciones son diferentes —explicó la psicóloga.—Tampoco voy a contarle a mis padres, puedo resolver mis problemas por mí misma, además, tengo dos meses sin consumir alguna droga, gracias a eso perdí dos kilos, menos mal, pensaba que me estaba engordando —soltó la carcajada—, solo vine aquí porque mañana es mi graduación y en mi salón de clase hay un grupo que consume drogas, entonces… Por más que me ll
Keidys estaba sobre su cama leyendo una revista y Alejandra estaba a su lado bastante pensativa, demasiado podría decir, a Keidys le extrañó que no estuviera hablando sobre su rutina o libros como siempre. Llevó sus ojos hasta ella y se sorprendió al ver que sus mejillas estaban acaloradas:—¿Qué sucede? —preguntó.—Ay, Keidys… Amiga… Me siento tan rara, estoy tan confundida —respondió. Llevó su mirada hasta ella—, hoy estaba con Gabriel en su biblioteca y pues… en un momento inesperado nos besamos.—Oh… Se besaron… —Keidys empezó a emocionarse. Amaba la pareja que ellos hacían.—Sí, estuvimos por un tiempo besándonos ahí, él me recostó a la estantería y hasta por un momento me besó el cuello —recordó el momento cuando entre la ad