Tomás y Keidys salían de la casa de Josef ya entrada la noche, algo que vieron al instante les llamó mucho la atención, Alejandra y Gabriel llegaban caminando juntos, se notaba que la conversación que tenían era muy interesante, Alejandra no dejaba de hablar y Gabriel sostenía una gran sonrisa:
—Como se nota que bota la baba por Alejandra —soltó Tomás más como un quejido.
—¿Estás celoso? —inquirió Keidys.
—Claro que no... Ay, por favor, a mí no me gusta Alejandra, la veo más como una amiga de la infancia —explicó Tomás mientras observaba como Gabriel se despedía de Alejandra—. Así nunca va a conseguir que ella se fije en él. Solo mira como ella lo ve como amigo, está muerto ese chico, a Alejandra no la van a poder enamorar si es un chico lindo así, tiene que ser m
Tomás soltó una carcajada, no servía para ese tipo de momentos, él no era para nada serio:—Gabriel —llevó sus manos a su barriga, de tanto reírse le estaba doliendo—, disculpa, es que no pude contener la risa —se calmó—. Ya te dije, yo solo quiero ayudarte, sé que estás enamorado de ella y Alejandra ha sufrido mucho, merece ser feliz. Es solo que tú estás siendo muy amable con ella y lamento decirte que te está viendo solo como amigo, te mandó a la friendzone —Tomás trató que la risa no se le saliera—. Es por eso que te quiero ayudar a que la conquistes, ya te dije, yo la conozco muy bien, desde que éramos unos niños siempre hemos estado juntos y tú solo eres un aparecido en su vida, un pretendiente, y déjame decirte que ella tiene muchos, pero muchos pretendientes —lo observó de arriba aba
Alejandra salía en la mañana junto con Mateo, en ese momento Tomás salió de su casa:—¡Tomás! —saludó Mateo sonriente y cruzó la calle.—¡Mateo! —dijo Tomás sonriente.—Oye préstame la tarea de la primera hora, no la hice —dijo Mateo tomando el bolso de Tomás, lo empezó a abrir.—Ya decía yo que eso era realmente raro que me saludaras de esa manera —soltó Tomás mientras le daba un pequeño golpe en la cabeza a Mateo, este soltó una sonrisa algo picarona.En ese momento Gabriel salió junto con su hermana de la casa:—¡Gabriel! —saludó Tomás yendo hasta él.Alejandra observó desde lejos toda la situación:—No pues, ¿ahora cómo les digo? —se cruzó de brazos.&mdash
Todos hicieron que no escucharon, Alejandra se dio cuenta que habían planeado algo, estaban actuando extraño:—¿Te molesta que sea amigo de Tomás? —preguntó Gabriel.—¿Molestarme? —inquirió Alejandra, dejó salir una risa muy fingida."Esa lengua mía me mete en unos problemas" pensó Alejandra.—El que sea amigo de Tomás no tiene nada de malo Alejandra, no voy a olvidarme de ti. Por eso no cambies conmigo, eres muy especial para mí, no dejaré que nos alejemos —dijo Gabriel.—¿Especial para ti? —preguntó mientras sentía que su corazón latía con mucha fuerza.Gabriel tomó una servilleta y limpió un sucio que Alejandra tenía en el rostro, le mostró una sonrisa:—Claro, si no lo fueras no estaría tan al pendiente tuyo &m
—Perdón, en serio, perdón Keidys —empezó a decir Mateo.Ella no era capaz de decir algo, ¿qué había pasado? ¿Era porque no podía pensar con tranquilidad?—Keidys... —dijo Gabriel llegando al patio— ¿cómo te sientes? —se sentó a su lado.—Sí... Ya se me pasó el malestar —contestó la joven.—Bien —soltó Gabriel desplegando una sonrisa, miró a Mateo.—Disculpen —Mateo se levantó de la silla y salió del patio.Se fue de la casa, la calle estaba completamente sola, mientras caminaba dejaba salir las lágrimas. Estaba cansado de sentir aquel sentimiento que lo ahogaba; el solo recordar aquel beso que acababa de dar se le revolvía todo, se suponía que Josef era un gran amigo suyo que ahora estaba pasando por grandes problemas en su vi
Keidys estaba esperando en el aeropuerto a que llegara Josef, algunas personas la quedaban viendo, claro que sabían quién era. Alejandra le preocupaba que las personas se la quedaran viendo:—¡Mira Alejandra, es él! —gritó Keidys al ver que Josef se acercaba a ella.Keidys corrió hasta él y se le lanzó encima, Josef la abrazó fuertemente y después se besaron.—Te extrañé un montón —dijo Keidys mientras lo volvía a abrazar.Alejandra y Tomás se miraron las caras y después vieron cuando unas personas les tomaron unas fotos, obviamente que eso se convertiría en un gran escándalo. Pero al parecer a Keidys no le importaba en lo absoluto.De la nada Keidys se vio en una sala junto con Josef, allí estaba el abuelo del joven con su mirada severa:—¿Y ahora qué harás? Ac
Keidys se demoraba mucho en salir del baño, Josef se cansó de esperar y se fue a la cama, aunque había dormido en todo el viaje y no tenía nada de sueño, se quedó jugando en su celular. Pasó media hora y por fin escuchó que se abrió la puerta del baño, alzó la mirada y vio que Keidys traía puesta una lencería roja de encaje, se acomodó en la cama y tragó en seco:—Amor... —musitó.—¿Te gusta? —le preguntó mientras peinaba su cabello con una de sus manos, algo que se vio muy bien.—Te ves muy hermosa —su mirada recorrió hasta lo más mínimo del cuerpo de Keidys, entendió en ese momento el por qué era modelo, su corazón empezó a latir con fuerza al ver que la joven se acercaba a la cama.La mirada de Keidys era pervertida, dejó salir una risita
Mateo llegó a la casa de su hermana, pero ella no estaba allí. Quedó sentado en el andén pensando en el largo camino que había tenido para nada. Recordó en aquel momento que Claudia vivía a unas cuantas calles de allí. Entró en el auto y decidió ir a donde ella, era bueno tener una amiga como ella. Estuvo llamando al celular de la muchacha, pero lo tenía apagado.Claudia estaba viendo una película con su hermano, era de comedia y no dejaba de reír. En aquel momento sonó el timbre.—Ay… ¿Quién molesta a esta hora? —preguntó ella mientras caminaba con pasos arrastrados hacia la puerta, abrió y vio a Mateo con una sonrisa desplegada en su rostro.—Mateo... —musitó ella con un rostro triste.—¿Quién es? —inquirió su hermano detrás de ella— ¡Mateo!
Gera estaba sentada al lado de Tomás, el silencio reinaba entre los dos mientras miraban el mar debajo del cielo nubloso, hacía mucho frío, aunque eso parecía no importarles:—Yo en un tiempo fui drogadicto, solo por unos meses, llegué a irme de la casa y casi muero en ese tiempo —llevó su mirada a Gera—, viví en ese barrio por unas cuantas semanas. Me trajo malos recuerdos el meterme en ese lugar a buscarte, lo que hice no se volverá a repetir.—Lo siento. Aunque no estabas en la obligación de hacerlo.—¿Estás loca? No iba a dejarte en ese lugar de mala muerte.Los dos chicos se miraron fijamente. El mentón de Gera empezó a temblar, el llanto salió descontrolado y Tomás la abrazó:—Lo siento, lo siento mucho —decía Gera.—¿Por qué te disculpas? —pregunt&oac