—Gabriel ¿cómo uno le dice a un hombre que quieres tener sexo con él? —preguntó Gera en el marco de la puerta del cuarto del muchacho. Él estaba sentado frente al computador de mesa.
—¿Ah? —soltó el chico pasmado.
—¡Oh...! —la chica se asomó por la ventana— ¡salió a trotar! —soltó una risita maliciosa.
—¡Gera...! —gritó el chico y la alejó de la ventana— ¿cómo que quieres tener sexo con un hombre?
—¿Qué? Eso es normal ¿no?, tú varias veces lo hiciste con esa chica que vivía frente a nuestra casa, así que no me digas nada —se cruzó de brazos.
—¿Cómo sabes eso?
—Porque una vez me quedé escondida en tu closet.
—¡Ay, tú eres un caso! —se enoj&
—¿De qué estás hablando? — preguntó Claudia tratando de resolver lo que había dicho.—O sea que todo esto es por Keidys, ¿es en serio Claudia?—No sé de qué estás hablando. Ya déjame ir... —Claudia se fue, esta vez Mateo no le dijo nada, al joven le pareció que aquellos celos eran absurdos, tan infantil.¿Acaso eran algo para que ella se pusiera en aquella posición?, pero lo que él no comprendía era que Claudia se había enamorado, no entendía que ella estaba sufriendo igual que él, Claudia por él y Mateo sufría por Keidys.Claudia llegó al baño y trataba de hacer que sus lágrimas no salieran, pero el nudo que tenía en su garganta era tan fuerte, le maltrataba tanto su garganta que no lo soportaba.—Pero que tonta soy, estoy llorando por algo tan in
Mateo estaba en blanco ¿qué había hecho?, veía que Tomás estaba muy enfadado, se notaba la impotencia en su rostro, Claudia no dejaba llorar, nunca la había visto así. En aquel momento a su mente vino el recuerdo de cuando estaban corriendo por la playa y ella recogía caracoles:—Mira Mateo, este tiene tu color favorito —dijo ella mostrándoselo. —¿Cómo sabes que es el rojo? —le preguntó. —Siempre lo usas.Mateo volvió a la realidad y vio que Claudia se estaba yendo con Tomás:—¿Cómo dejas que te trate así? ¿Siempre lo hace? —le iba preguntando Tomás—, deja de llorar. No me gusta verte así, me hubieras dejado que le rompiera la cara a ese poco hombre.—¡Claudia, espera! —gritó Mateo detrás de ella.
—¿Qué quieres Mateo? —preguntó Claudia.—No sé por qué te estoy llamando —dijo Mateo.—Entonces voy a colgar.—No por favor, no lo hagas. Claudia, ¿sabes? Yo no quiero que dejemos de ser amigos, es que en realidad la paso muy genial contigo, eres una chica muy alegre y eso me encanta —aunque Mateo no la podía ver sabía que ella estaba sonriendo, le daba la impresión que Claudia por más triste que estaba en aquel momento tuvo que haber soltado una sonrisa— ¿recuerdas el día que en la cabaña trataste de cocinar y toda la comida quedó salada? —los dos soltaron las risas—, quiero que sigan pasando momentos así. Yo en realidad no te odio para nada, no eres un estorbo en mi vida y amo tu bipolaridad, porque es muy gracioso que estés enojada y de la nada sueltes la risa, me gusta cuando ríes d
"Esta tipa me da miedo..." pensó Tomás y la empujó.—Tú estás loca, mejor busca ayuda —dijo mientras bajaba de la cama, abrió y se fue.No supo de dónde sacó aquella fuerza para poder dejar semejante tentación, anteriormente él hubiera sido quien acosaría a aquella muñequita. Bajó las escaleras rápidamente, estaba terminando de arreglar su camisa cuando vio a Gabriel entrar a la casa.Tomás quedó paralizado por un instante, vio como aquellos ojos lo recorrieron de arriba abajo, su semblante se vio muy serio:—Tienes labial en la mejilla —soltó, caminó y pasó por su lado, Tomás no lo entendió, pero cuando lo sintió caminar cerca de él sintió que todo su cuerpo se erizó.—No le hice nada a tu hermana —dijo Tomás.—
Keidys estaba mirando por la ventana del auto, allí estaba Mateo, atento al momento en que ella bajara. En aquel instante Keidys se sintió muy mal por todo. Por no haberse dado cuenta que aquel chico la había seguido amando y ahora estaba con un gran remordimiento. Ella esperaba a Josef, faltaban unos cuántos días para que regresara. Pero Mateo esperaba por ella y parecía que no le importaba el tiempo que pasara, él la seguiría esperando.Bajó del auto y saludó a Mateo. En aquel momento llegó Claudia y un gran momento incómodo se formó, pero la joven hizo que aquel estado incómodo desapareciera con una gran sonrisa que mostró a Mateo y Keidys.—Hoy tengo un examen a primera hora y no he repasado nada —dijo Claudia con el mismo tono animado que utilizaba en sus palabras.—Eso es como tan normal en ti —soltó
Keidys estaba junto con Tomás a la salida del colegio, la joven quería ir a visitar a su suegra, estaba mal de salud así que todos los días iba a visitarla. Caminaban sin ningún afán por el andén mientras hablaban de temas generales, esos que no son incómodos sino algo rutinarios y un poco aburridos, pero para el momento era perfecto. Le gustaba la presencia de Tomás a su lado, el que Josef no estuviera junto a ella la hacía sentir un poco sola, el estar al lado del mejor amigo de su novio la aliviaba un poco.—Hola Keidys... —saludó la señora Tatiana cuando divisó la presencia de la joven en el marco de la puerta del cuarto desde su reposo en la cama. Se veía que aquella madre estaba cansada del sufrimiento de su enfermedad, una silueta un tanto triste de ver, pero ella enmarcaba una sonrisa sosegada.Tomás veía a las dos mujeres mien
El padre de Tomás le pegó en la cabeza al niño con un periódico enrollado:—Mira que golpear a Josef, ¡¿eres idiota o te haces?! —lo regañó—, sabes por lo que está pasando ¿y encima lo vas a golpear?—Lo siento —se disculpó Tomás. Nunca le había dicho el por qué lo había golpeado y por eso tuvo varios castigos por parte de su padre.Josef había visto de lejos como el señor regañaba a su hijo, por un lado, le daba gracia la forma en como el señor regañaba a su hijo, pero por otro, se sentía sumamente triste por las cosas que Tomás tenía que pasar por su culpa.Empezaron a transcurrir los días y Tomás siempre llagaba a su casa para estar con él, así también lo hacían Mateo y Alejandra. Pero en esos días la madre de Josef e
Tomás y Keidys salían de la casa de Josef ya entrada la noche, algo que vieron al instante les llamó mucho la atención, Alejandra y Gabriel llegaban caminando juntos, se notaba que la conversación que tenían era muy interesante, Alejandra no dejaba de hablar y Gabriel sostenía una gran sonrisa:—Como se nota que bota la baba por Alejandra —soltó Tomás más como un quejido.—¿Estás celoso? —inquirió Keidys.—Claro que no... Ay, por favor, a mí no me gusta Alejandra, la veo más como una amiga de la infancia —explicó Tomás mientras observaba como Gabriel se despedía de Alejandra—. Así nunca va a conseguir que ella se fije en él. Solo mira como ella lo ve como amigo, está muerto ese chico, a Alejandra no la van a poder enamorar si es un chico lindo así, tiene que ser m