Alejandra se dio media vuelta y se marchó, Mateo empezaba a odiar a Claudia, había dañado todo.
—Mira... Tomás ya ama a alguien, por eso mismo no quiere nada contigo, él es novio de mi prima —explicó Mateo.
Claudia empezó a ruborizarse y sus ojos se aguaron en gran manera.
—Lo siento por ti, pero esa es la verdad, así que mejor busca a otra persona ¿sí? —se levantó del puesto y se marchó en busca de Alejandra.
La encontró sentada en una banca, estaba llorando y se veía muy lastimada.
—Tranquila —le dijo mientras la abrazaba.
—¿Por qué mi vida es así?, es tan difícil para mí el poder tener a alguien que me ame, es tan difícil que Tomás esté conmigo...
Alejandra abrazó fuertemente a su primo.
—Ay, Alejandra, tú
Era de noche, Alejandra estaba acostada en su cama, en el cuarto sonaba una canción triste y melancólica, de la nada, su celular sonó, con algo de pereza hizo un movimiento con su mano y lo alcanzó debajo de su almohada, era Tomás quien la llamaba.—¿Estás en tu casa? —preguntó el muchacho.Alejandra estuvo en silencio por un momento.—Sí, estaba a punto de dormir ¿necesitas algo?—¿Podrías venir un momento al apartamento?—¿A esta hora? ¿Para qué? —Alejandra se sentó en la cama cruzada de piernas.—Quiero verte —respondió Tomás.El corazón de Alejandra empezó a latir con fuerza ¿él quería verla? ¿Para qué?—Mis tíos están en la casa, no me dejarán ir y Mateo se enojará mucho, son las diez y media de la noche, Tomás —explicó Alejandra.Por un momento hubo silencio por medio de los dos. Pero, después, Alejandra se vio arreglándose para ver a Tomás, no le importó lo que dijeran sus tíos o lo que pensara su prim
Alejandra parpadeó dos veces y reaccionó al observar que ya no estaba sola.—Disculpa, no te había visto —dijo mientas terminaba de limpiar sus lágrimas.—No, no te disculpes, soy yo quien debería hacerlo. Es que te vi... y quise hablarte, aunque no sabía que necesitabas estar sola.—Ah… Bueno —soltó Alejandra un tanto fastidiada con el momento incómodo.Gabriel iba a hablar cuando sonó el celular de Alejandra, ella lo sacó de su bolso y vio en la pantalla algo que la alegró en gran manera, contestó y empezó a caminar lejos del muchacho.Gabriel se sintió absurdo en ese momento. Era la primera vez que le pasaba algo así, por cosas como esas es que no se le acercaba a extraños..Keidys estaba sentada en el piano mientras Josef la observaba de lejos, Mateo estaba concentrado ju
—Vaya, no me sorprende en lo absoluto —dijo la mujer.—¿Por qué? —preguntó Josef.—Porque ustedes debieron estar juntos desde el principio. Siempre se amaron, se les notaba en la mirada —llevó sus ojos a Keidys— tú, mi niña, siempre estuviste detrás de Josef desde muy pequeña —rodó su mirada a Josef— y tú hijo, siempre estuviste siguiendo los pasos de Keidys desde lejos, me decías que te sorprendía lo cambiada que estaba y te hacías la pregunta de si se acordaba de ti. Estuvieron pensándose todos estos años.La señora tenía razón, de lejos siempre estuvo en la mente de aquellos enamorados la imagen del otro, querían verse, estar juntos. Hasta que por fin pudieron hacer su sueño realidad..Alejandra estaba sentada en una banca de un parque donde Tomás
En aquel lugar no se veía ni una sola persona, nadie que le pudiera ayudar. Pero él quería vivir, quería volver a casa, hacer que su madre dejara de llorar y que sus amigos, su familia, los que lo conocían, dejaran de estar preocupados por él.Sin saber de dónde había sacado fuerzas pudo levantarse, cada vez que caminaba dejaba las manchas de sangre por la carretera, toda su ropa estaba empapada de sangre, ya no podía respirar, tosía sangre y para él todo su alrededor se movía, se parecía a las alucinaciones que tenía al estar drogado, esas que le gustaban, pero esta vez lo odiaba en gran manera, sabía que era la muerte abrazándolo, diciéndole “ven a mí, pequeño hijo” y lo odiaba, detestaba ver a la muerte burlarse en su cara.Destellos de su vida pasaron frente a él en cuestión de segundos, desde pequeño,
—Nunca creí que esto pudiera traer estas consecuencias, si tan solo esa tarde no lo hubiera dejado ir, yo me fui enfadada con él y lo dejé ahí. Seguramente él quería dinero y por eso hizo eso. Por eso lo dejaron en ese estado —decía Alejandra mientras lloraba. Mateo la abrazó para así poder consolarla.—No es tu culpa, nadie tiene la culpa, él fue el que quiso meterse en ese mundo, ahora está pagando las consecuencias —explicó Mateo.Estaban en el hospital, aunque era como perder el tiempo, Tomás estaba en cuidados intensivos y no dejaban verlo. Solo esperaban que pasara algo y aquel joven decidiera quedarse con los vivos.—Muchas gracias por haber ocultado la verdad de todo Keidys. Nuestro hijo tomó muchas malas decisiones y ahora está pagando las consecuencias —dijo el padre de Tomás, se cruzaba de brazos y dejaba
—Ya te he visto en traje de baño, no es que tengas un cuerpo como el de una modelo, así que no te preocupes, no te voy a morbosear —Mateo terminó de comer su gelatina.Claudia se quitó la camisa y caminó en busca de la bolsa donde estaba su ropa:—No es que seas fea, tu personalidad es horrible, tu cuerpo no es el más lindo, pero me imagino que tienes lo tuyo, algún chico se fijará en ti. Si engordas un poco, si te dejas crecer el cabello y empezaras a maquillarte, tal vez cambies un poco tu apariencia ¿no?, de pronto te vuelvas linda.—¿Para ti ese es un consuelo? — la joven empezó a ponerse una camisa rosada.—Eres igual que una tabla, no tienes senos. ¿Ibas a ser hombre o qué? —soltó Mateo respingando una ceja.—Estás acostumbrado a ver modelos como Keidys y tu prima tiene buen cuerpo, disculpa
—¿Cómo es eso que tienes que irte? —preguntó Josef acercándose a Keidys, ella estaba sentada en la arena de la playa, la muchacha llevó su mirada hasta el joven quien se veía muy triste.—¿Cómo te enteraste? —preguntó.—Tu hermano llamó hace poco, contesté y él creyó que eras tú, dijo que tu tía llamó porque quiere hablar contigo, acordar la fecha de tu viaje —explicó Josef. Se sentó al lado de ella.La tarde caía lentamente y las olas del mar se adentraban en los oídos, aunque la tristeza danzaba a su alrededor y se burlaba en sus caras, tenían que separarse. A Keidys le sorprendió como el año se había ido tan rápido, tanto que no se había dado cuenta.—Yo solo viviría un año aquí, terminaría mi últi
—Lo que sucedió en el cuarto... Perdón por eso, sé que me sobrepasé y te prometo que no volverá a suceder —dijo Mateo mientras caminaba junto a Claudia por un camino que llevaba a un pueblo pequeño cerca de la cabaña.Los grillos sonaban alrededor de ellos y una pequeña y suave brisa soplaba:—Bien. Es mejor que no volvamos a mencionar el tema, se me hace algo incómodo, —dijo Claudia— así es mejor —masculló mientras su mirada lentamente se inclinaba hasta llegar a sus pies.Al bajar una pequeña colina Claudia se resbaló y cayó dando vueltas quedando boca abajo con la boca llena de tierra:"Dios... ¿por qué me odias tanto?" pensó mientras sentía que su vida acababa por la gran vergüenza que tenía en aquel momento.—¡¿Estás bien?! —preguntó