—Ya te he visto en traje de baño, no es que tengas un cuerpo como el de una modelo, así que no te preocupes, no te voy a morbosear —Mateo terminó de comer su gelatina.
Claudia se quitó la camisa y caminó en busca de la bolsa donde estaba su ropa:
—No es que seas fea, tu personalidad es horrible, tu cuerpo no es el más lindo, pero me imagino que tienes lo tuyo, algún chico se fijará en ti. Si engordas un poco, si te dejas crecer el cabello y empezaras a maquillarte, tal vez cambies un poco tu apariencia ¿no?, de pronto te vuelvas linda.
—¿Para ti ese es un consuelo? — la joven empezó a ponerse una camisa rosada.
—Eres igual que una tabla, no tienes senos. ¿Ibas a ser hombre o qué? —soltó Mateo respingando una ceja.
—Estás acostumbrado a ver modelos como Keidys y tu prima tiene buen cuerpo, disculpa
—¿Cómo es eso que tienes que irte? —preguntó Josef acercándose a Keidys, ella estaba sentada en la arena de la playa, la muchacha llevó su mirada hasta el joven quien se veía muy triste.—¿Cómo te enteraste? —preguntó.—Tu hermano llamó hace poco, contesté y él creyó que eras tú, dijo que tu tía llamó porque quiere hablar contigo, acordar la fecha de tu viaje —explicó Josef. Se sentó al lado de ella.La tarde caía lentamente y las olas del mar se adentraban en los oídos, aunque la tristeza danzaba a su alrededor y se burlaba en sus caras, tenían que separarse. A Keidys le sorprendió como el año se había ido tan rápido, tanto que no se había dado cuenta.—Yo solo viviría un año aquí, terminaría mi últi
—Lo que sucedió en el cuarto... Perdón por eso, sé que me sobrepasé y te prometo que no volverá a suceder —dijo Mateo mientras caminaba junto a Claudia por un camino que llevaba a un pueblo pequeño cerca de la cabaña.Los grillos sonaban alrededor de ellos y una pequeña y suave brisa soplaba:—Bien. Es mejor que no volvamos a mencionar el tema, se me hace algo incómodo, —dijo Claudia— así es mejor —masculló mientras su mirada lentamente se inclinaba hasta llegar a sus pies.Al bajar una pequeña colina Claudia se resbaló y cayó dando vueltas quedando boca abajo con la boca llena de tierra:"Dios... ¿por qué me odias tanto?" pensó mientras sentía que su vida acababa por la gran vergüenza que tenía en aquel momento.—¡¿Estás bien?! —preguntó
"Recuerdo que la primera vez que observé a Josef, él sostenía una gran sonrisa y sus ojos se achicaron haciendo que su rostro se viera muy tierno. Siempre quise estar con él, estar así, juntos y que el tiempo se detuviera haciendo que este momento fuera infinito. Estar en una cabaña frente al mar, poder escuchar las olas y estar junto a él..." pensaba Keidys mientras observaba el rostro de Josef, el joven le mostró una sonrisa y la hizo acercar más a su cuerpo hasta que la cabeza de la joven se recostó a su pecho.—Para ser nuestra primera vez no estuvo tan mal... —soltó Josef y los dos soltaron carcajadas.—Tenemos que practicar más, ¿vemos vídeos porno?—Keidys sales con unas cosas.—Ellos hacen varias poses que si intentamos hacerlas sé que vamos a disfrutar más. Así que ponte a ver esos vídeos y es
Los días en la cabaña se estaban acabando, y Alejandra se sentía muy mal como para poder salir de su cuarto:—Dios... Mi cabeza... —sollozó.—Toma, debes estar sedienta —escuchó la voz de Tomás.Se acomodó en la cama y lo observó detenidamente, estaba con un jugo de naranja:—Lo preparé para ti, quiero disculparme por haberte tratado mal anoche, fui muy grosero. Perdón —dijo Tomás, se sentó en la cama y mostró una sonrisa.Aquellas palabras estremecieron el pecho de la joven, había esperado tanto la noche anterior para poder escucharlas, estaba muy mal, la pasó pésimo por aquel acto que hizo. Aquella declaración que tanto había repasado una y otra vez fue despreciada por el mismo joven que ahora pedía perdón, ¿es justo el que una persona se vaya una y otra vez y cuando
—¡Gabriel! —llamó Keidys acercándose a él.—¡Keidys! —soltó el joven alegre de verla.—¡Hola! —lo abrazó— ¿qué haces aquí?—Vivo por aquí, ¿y tú?—Estaba de vacaciones con mis amigos, acabo de llegar —explicó la joven.—Con razón la piel bronceada.—Sí... —llevó su mirada a Alejandra que estaba confundida con lo que estaba pasando— ¿se conocen?—Ah... No, su perro se lanzó a mí hace un momento —explicó Alejandra rápidamente.—¡¿Este es Toby?! —inquirió Keidys sorprendida.—Crecen muy rápido —dijo Gabriel sonriente.—Mi pequeño Toby —Keidys se agachó y empezó a acariciar al perro&mda
Josef estaba en el salón de clases viendo como el profesor hablaba y hablaba. No podía concentrarse, tenía muchos problemas, sentía que su cabeza iba a estallar; acomodó sus lentes y empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza:—Amor... ¿te sientes bien? —inquirió Keidys tomando una mano de su novio. Él llevó su mirada a la joven e hizo un sí con su cabeza.Ella sabía que pasaba algo, lo conocía muy bien, tenía algo que no lo dejaba tranquilo:—Sabes que puedes contar conmigo, me preocupa verte así, por eso quiero que te desahogues, no es bueno enfrentar los problemas solo si puedes recibir ayuda de alguien —dijo Keidys. Estaban en el parque trasero del colegio, se escuchaban algunos grillos y el ambiente era un poco caluroso.—Te voy a contar, pero no hoy, quiero pensar el tema un poco más.—Bueno, pero
—Lindo nombre —soltó Alejandra.—El tuyo también —dijo Gabriel.—¿Sabes mi nombre? —inquirió la joven confundida.—Es Alejandra ¿no?—Así es, pero ¿cómo lo sabes?¿Cómo podía decirle el muchacho que desde hace tiempo conocía su vida porque Keidys le contaba todo?, no podía meter en problemas a su amiga.—Keidys dijo tu nombre aquella vez que nos conocimos —explicó el joven.—Ah... Sí, eres amigo de ella —soltó Alejandra con una gran sonrisa.Estaban llegando a la casa de Alejandra, ella quedó pensante por un instante, lo más seguro era que Tomás estaba en su casa esperando a que ella llegara:—Gabriel... —dijo ella algo insegura.—¿Dime? —inquirió el joven con un tono suave.<
—Hablamos después —dijo Gabriel. Alejandra le mostró una sonrisa y después el muchacho se marchó.Tomás no entendía lo que estaba pasando, le sorprendía el que Alejandra se comportara de esa manera.—¿Por qué no llegaste? —preguntó Tomás.—Claro que llegué- —dijo Alejandra, pero Tomás la interrumpió.—¿Quién es él? ¿Por qué estaba contigo?—¿Estás celoso? —inquirió la joven confundida— Tomás nosotros no somos nada para que me reclames sobre lo que hago o dejo de hacer. Te quedé esperando por dos horas y no llegaste, pero contigo las cosas siempre son así.—Yo te estaba llamando, pero apagaste el celular —reprochó Tomás.—¡De todos modos llegaste tarde! ¡No s&ea