—Lo siento Gabriel —Santiago siguió su camino, no estaba de muy buen ánimo como para conversar.
Gabriel sintió un nudo en la garganta, entró a la habitación donde tenían a Gera, se le acercó y después soltó el llanto:
—Por favor, abre los ojos, hermanita, no me dejes, no quiero que te mueras, debes de ser fuerte; lucha por tu vida, no puedes dejarnos ahora —tapó su boca con sus manos, no quería seguir viendo a su hermana en ese estado.
Salió de la habitación y comenzó a caminar sin rumbo fijo, después se recostó a una pared blanca y dejó caer su cuerpo lentamente mientras soltaba el llanto. Alejandra lo vio a lo lejos y corrió hasta él muy asustada:
—¿Qué sucede? —se agachó hasta poder mirarlo directamente a los ojos.
Gabriel la abrazó con fuerza:
—¡Ah… Coshita hermosa! —gritó Gera cuando le pusieron el bebé de Claudia entre sus brazos—. Y saber qué no pude verlo antes por estar en esta cama… Es muy hermoso el Cristian, va a ser todo un galán.—Si vieras, el parto fue todo un espectáculo, hasta le jaló el cabello a Tomás —contó Keidys.—¡¿En serio?! —soltó Gera.—Nena, es que estaba muy asustada, imagínate, mi primer hijo —contó Claudia.—Keidys, ahora viene el tuyo —soltó Gera.—¡Ya sé, al ver a Claudia así me dio un miedo! —dijo Keidys mientras su piel se erizaba.Todas hablaban emocionadas en el cuarto de Gera, parecía la misma, aunque tuviera todo su cuerpo maltratado, se recuperaba rápido y ella, con aquel entusiasmo que la caracterizaba, ponía de
—Yo también imaginé ese mundo paralelo y no era para nada feo —susurró Tomás mientras la abrazaba.—Gracias, es muy bonito saber eso —Alejandra lo abrazó con más fuerzas.Sintió que al decirle todo aquello que retuvo por años la hizo sentir más liviana, como si acabara de tachar algo más en la lista. En ese momento lo supo, debía de cerrar los siclos en su vida para comenzar uno nuevo, al comenzar por contarle sus pensamientos a Tomás se dio cuenta que algo placentero se produjo dentro de ella, algo así como tomar agua cuando se tiene una gran sed. El siguiente paso era hablar con sus padres.Tomás siguió su camino y llegó a un parque donde vio que Marisol tenía un tacón atorado en una pequeña rejilla del piso. Se acercó curioso y con algo de burla hasta la chica.—¿Es en serio? &m
—Si solo es una actuación, no me quiero imaginar cómo serás de novia de verdad —se burló Tomás.—Oye… Soy una persona normal, muy cariñosa con su pareja —replicó la muchacha.—¿Ah sí? ¿Igual como esa noche que estabas enferma?, tenías miedo de que te tocara.—Pero eso es porque, porque… Tú y yo no somos nada, así que no se vale —se excusó.—Claro, y fui tu primera vez y ahora soy el que te abraza —Tomás rodeó la cintura de Marisol y le dio un beso en el cuello.—Tomás, espera, ya… —pidió la muchacha.En aquel momento llegaron las amigas de Marisol a la mesa.—Ah… Hola chicas —saludó la joven.Las tres muchachas no dejaban de reparar a Tomás quien seguía abrazando a Marisol, despu
Tomás soltó una carcajada que acompañaron las amigas de Marisol. Ya no se encontraban en el restaurante, ahora estaban en una discoteca. Esas chicas la estaban pasando de maravilla con aquel joven, de hecho, Tomás llamó a algunos amigos de él para que los acompañaran y ahora nadie quería irse del lugar, bueno, Marisol sí quería hacerlo. “Se supone que esto apenas era una pequeña cita” pensó la muchacha mientras vía a Tomás tomarse una cerveza mientras hablaba con una de sus amigas.—Vamos a bailar —pidió Tomás a Marisol con una sonrisa desplegada.—No, mejor me voy, estoy cansada —dijo Marisol.—Ay, no seas aburrida, la estamos pasando genial. Ven, vamos —la tomó de una mano y la arrastró hasta la pista de baile—. No te estreses, todo está saliendo bien ¿no?&mdash
—No quiero vivir más en ese apartamento, casi maté a alguien allí, quiero mudarme a otro lado. Hoy tuve una maldita pesadilla y me desperté muy temprano, no hago eso cuando la noche anterior estuve de fiesta. Mira las ojeras que tengo, me muero del sueño —le dijo Tomás a Josef. Su amigo dejó salir un suspiro.—¿Tenías que decirme eso en mi día de descanso? No voy a ponerme a buscar un apartamento contigo hoy, domingo, ¡es un maldito domingo!, quería dormir hasta tarde, me despertaste Tomás —renegó Josef, seguía en pijama, se acomodó en el mueble subiendo sus piernas para así poder cruzarlas.—Porque es por tu culpa que el apartamento de mis sueños ya no me gusta, no quiero estar ahí, solo, es horrible. Dame posada en tu casa hasta que consiga un nuevo lugar. Sabes lo exigente que soy con el tema de los apartam
—¿Tú fuiste quien le metió todas esas ideas a Keidys? —preguntó Tomás a Josef cuando iban en el auto.—¿Cuáles? —preguntó Josef.—Esa, de dejar el modelaje y la actuación.—¿De qué estás hablando? —inquirió Josef inocente del tema.—Nada, ¿de qué hablas? —soltó Tomás al ver que iba a meter la pata hasta el fondo.—¿Tú qué tienes hoy? —inquirió Josef confundido.—Ay, que nada, mira al frente, no quiero accidentarme, suficiente tengo con vivir en el apartamento del infierno —soltó.Llegaron a un edificio que conocía Tomás muy bien, era donde vivía Marisol.—No puede ser, qué coincidencia ¿o malestar? —se cruzó de brazos mientras observaba el edifici
—Por favor Tomás, disculpa, no quise que pensaras eso, pero entiéndeme, es mi mejor amiga y por más que seamos amigos, en ese aspecto debo de ser estricto, entiéndeme —pidió Gabriel. Tomás comenzó a meditar la situación.—Está bien, te prometo que nunca voy a enamorar a tu mejor amiga, de hecho, nunca lo había pensado, solo somos amigos y eso, porque sé que es tu amiga y necesitas protegerla, la pobre es muy inocente —dijo Tomás—. Solo vigilaré que nadie le haga daño y si pasa la defenderé y te avisaré si está en peligro. —Gracias —Gabriel desplegó una sonrisa—. Disculpa por lo de antes.—Tranquilo, te entiendo..—Yo siempre quise decorar mi apartamento de esta manera, todo es tan bonito, pero no, tenía que vivir con Gabriel —dijo Alejandra y de
Aquellas palabras fueron una flecha justo para el corazón de Marisol, algo que la hizo volar para después dejarla con un pensamiento totalmente diferente sobre la persona que caminaba a su lado.—Oye, ¿quieres probar mis tortillas?, sé que te van a encantar, así me haces un poco de compañía, no me gusta estar solo —Marisol solo sabía apreciar los labios de Tomás moverse al hablar—, ¿qué dices?—Claro que sí, me encantaría —respondió con una tierna sonrisa.Después, Marisol solo se vio en el apartamento de Tomás escuchándolo hablar sobre sus historias, a él que no le gustaba hablar (sarcasmo) se le ocurrían muchas historias que podía contarle.—¿Qué te parece si vemos la película? —preguntó Tomás con una gran sonrisa desplegada. Parecía