Los cuatro se sentaron a comer en una mesa que trajeron del restaurante, pescados más grandes que los platos en los que los servían tostones y ensalada rallada de zanahoria y repollo, al terminar de comer Dante se retiró y un poco después regresó con unas sandalias de goma amarillas decoradas en las tiras con piedras plásticas de colores, combinaban muy bien con el traje de baño de Belinda, este se arrodilló delante de Belinda le sacudió la arena de los pies y se las puso.
— Dante, pero no te molestes, pero yo puedo sola.
— Ya te quedan perfectas número 37 tengo buen calculo.
— Gracias Dante, son las sandalias más bonitas que he visto en mi vida, pero de verdad es del todo innecesario, no sigas gastando.
— Belinda son muy bonitas —dijo Elena sonriendo a Dante.
— Elena vamos acompáñame, si quieres vamos a ver las sandalias.
Pablo hizo un cálculo rápido de cuanto material necesitarían, Robert fue en su auto a ubicar el material y que lo trajeran, Dante estaba con los 2 hombres que Robert trajo, eran un herrero y un albañil necesitaban algunas herramientas para enderezar el portón y ponerlo de manera provisional, lo importante era que el orfanato quedara seguro mientras hacían un plan mejor de reconstrucción. — ¿A dónde fue Robert? —le preguntó Dante a Pablo. — Fue a buscar los materiales, para arreglar esta pared y fijar de nuevo el portón. — Justamente, la máquina de soldar y herramientas las tenían ocupadas en la hacienda de tu madrina, supongo que Robert pensó buscar esas cosas después de traer los materiales, pero aquí vamos amanecer, si esperamos tanto. — Déjame llamarlo a ver si ya las herramientas de soldar están desocupadas y vamos nosotros a buscarla mientras el ubica y manda a traer el
Al llegar al hotel, Elena fue con Belinda a registrarla y buscar a Brenda, Pablo se quedó con Dante, Belinda se despidió de ambos con una sonrisa y un movimiento tímido con la mano con la que sostenía el pequeño bolso con sus pertenencias. — Vive y aprende, dice el refrán —dijo Dante con una sonrisa—, me lo tengo merecido, después de tanta parranda y mujeres dispuestas, tenía que encontrarme con la criatura más deseable que he conocido y por completo inalcanzable, el diablo debe estar riéndose de mí. —Guaoque profundo, nunca te había visto así, pensé que, por lo contrario, se volvería un desafío para ti conseguirla. — No, la dejaré tranquila, ella no está preparada para tener sexo sin ataduras, y ni siquiera para una relación seria, así que finalmente llegó el día en que conocí mi límite, ni yo mismo lo creo, vive y aprende Pablo, vive y aprende.&nbs
Elena fue a su habitación, se duchó, se puso un pijama y se acostó a zigzaguear canales en la televisión, quería ir con Pablo, pero tenía un poco de inseguridad y si ya estaba dormido, pero como toda mujer, encontró una excusa para ir, tomo su crema humectante, cuadro los hombros y fue hacia la habitación de Pablo, tocó la puerta pasito, si no le abría era que se había dormido y se devolvería a su habitación, Pablo abrió la puerta con un paño alrededor de la cadera y con otro se secaba el cabello. — Elena, apenas escuché la puerta. — No quería molestarte si estabas dormido. — ¿Estabas llorando? — No, debe ser el agua salada y los lentes de contacto que me acabó de quitar que enrojeció mis ojos—mintió Elena. — Pero pasa nena, no te quedes ahí, ¿Qué es eso que trajiste, crema? — Sí es una crema humectante buenísima.&nbs
— Todas para una y una para todas —dijo Elena— y ahora qué se hace alusión a historias de Francia, me recuerda a los recién llegados de esas tierras, pasa por la ceremonia de iniciación y cuenta Belinda. Belinda enrojeció hasta las orejas, Elena comenzó a reírse y Brenda puso los ojos en blanco. — Mal síntoma, Dios que haré con dos románticas, si pudieras ver cómo te pusiste roja Belinda. — Ya déjenme, bueno les diré que Dante fue muy caballero conmigo, le gusta hacerse el villano, pero es una máscara, es algo como tú Brenda, muestras una fachada, pero si se toman el tiempo en conocerte verían que no eres esa chica ruda que todos piensan. — Y eso lo dedujiste en un día con él, y te diré que yo soy bastante ruda y él bastante mujeriego, yo sé lo que te digo. — No me digas Brenda, que tú y Dante. — No hermanita por Dios, a mí no me gusta para
Pablo regresó al hotel inquieto, pasó parte del día discutiendo con Miguel López, este le echaba la culpa Concept LM Group por las molestias ocasionadas que su familia, no quería vivir en una casa que había tenido un cadáver, que los pobres nervios de su mujer lo traían molesto, Pablo lo escuchó humilde todas sus quejas, después de todo tenía razón, finalmente, Miguel López llegó a un acuerdo con Dante, que le compraría el terreno, pagando un precio por encima del mercado, esto le permitiría al señor López comprar otro terreno y la empresa le construiría la casa acordada al precio acordado, ante esto el señor López se fue contento, al siguiente día llegaría Mauricio Rondón, los detectives irían temprano a la oficina, Pablo tenía un peso en el pecho, los nervios asfixiantes de sentir que su nombre y respeto tan duramente labrado quedaría hecho añicos si Mauricio no solventaba las dudas de los detectives, Dante había quedado con Dinorah su am
— Quédense tranquilos esto exonera a su empresa y sus trabajadores, pueden volver a su trabajo normal, eso sí el terreno aún es la escena de un crimen, pero tan pronto el culpable sea procesado liberaremos el terreno ya que el homicidio no ocurrió allí. — Muchas gracias por todo detectives —Pablo se levantó y dio la mano a Raúl y también a Carolina, lo mismo hicieron Dante y Mauricio, Patricia sonreía. — Bueno, una vez más Mauricio salva el día, es lo bueno de tener alguien paranoico y metódico en nuestra empresa —dijo Dante a Pablo y Mauricio, después de despedir a los detectives que salieron con Patricia, se acercó a Mauricio y le dio un abrazo de oso. — De verdad muchachos debieron encontrar una manera de avisarme, y a mí que se me pasó por alto comentarles lo de las cámaras. Pablo soltó el aire de sus pulmones aliviado y dijo a Mauricio. — Sabes que viejito no i
— Por fin llegaron —dijo Pablo dirigiéndose a las tres, pero solo viendo a Elena, que llevaba un conjunto de falda tubo color vino que llegaba por debajo de las rodillas y una blusa de mangas largas igual ceñida corta en el abdomen, que dejaba ver su cintura esbelta con unas sandalias altísimas de tacón de aguja color champagne — Sexi y despampanante —dijo bajito Pablo al oído de Elena, luego puso sus manos ahí donde la tela no tocaba su abdomen y le dio otro beso tierno en los labios, Elena estaba segura que se derretiría. — Pero que sorpresa tan esplendida —dijoBernhardcolocándose al lado de Pablo y Elena. — Gracias por invitarnos Pablo —dijo Brenda—, Berni, esto es una fiesta, así que vamos a bailar, de alguna forma debo ponerte hacer ejercicio, ya que no te he visto en varios días en el gym. — Cariño contigo hago ejerci
— No seas un chiquillo absurdo Pablo, los celos no te van, además son inmerecidos ahora, de haber conocido a Elena en otro momento de mi vida, no la hubiera dejado escapar, pero no te preocupes es toda tuya. Por ahora. Voy a socializar en la fiesta de allá afuera. Bernhard no pudo evitar aguijonear a Pablo, ya que le molestó que ofendiera a Elena, era evidente que le gustaba mucho si tomaba en consideración la escena de celos, los dejó solos en la sala de conferencias aislados de la fiesta. Elena se levantó, y enfrentó a Pablo, le tomó una mano y este la soltó y fue hacia la ventana, trató de razonar con él. — No me gustó que te expresaras así, ¿consideras que yo sería capaz de tener algo con Bernhard apenas te vayas? No puede ser que siguas creyendo que mi verdadero interés está en Bernhard y solo te usé para manipularlo. Pablo dejó la ventana y se acercó a ella y habló con furia contenida.